Revista Viajes

Mont-Saint-Michel, la montaña mágica francesa.

Por Rafael @merkabici

Desde Qhotel os proponemos una escapada diferente, el Mont-Saint-Michel. Tras desembacar en Normandía comienza el recorrido por la carretera de la costa hasta llegar al Mont-Saint-Michel que dicen que es una de las maravillas de occidente y uno de los lugares más visitados de la costa normanda.

Situado en la frontera entre Bretaña y Normandía, este islote de granito produce una gran expectación sobretodo entre todos los que se acercan a él por primera vez. En lo alto del islote llama la atención la abadía de estilo gótico llamada Saint-Michel fundada en el año 709, hoy día sigue siendo importante punto de encuentro de peregrinaje incesante de cristianos.

Adentrarse en Mont-Saint-Michel es fácil, el camino es de lo más sencillo, una única calle nos conducirá a la abadía a través de un pueblecito de aspecto medieval. Los hoteles, restaurantes, pequeños museos y tiendas de souvenirs abundan en este lugar habituado a un ambiente lleno de turistas. Un fin de semana basta para conocer esta zona de la costa normanda, en la que para muchos es la más bella de las abadías de Francia.

El Mont-Saint-Michel constituye uno de los principales testimonios de la historia sagrada del occidente medieval. Está considerada desde 1984 Patrimonio Mundial de la Unesco. Erigido en el centro de una inmensa bahía invadida por las mayores mareas de Europa, en el año 966 a petición del duque de Normandía, una comunidad de monjes benedictinos se establece en el peñón. Durante ocho siglos no paran de construir, agrandar y embellecer su abadía, hasta tal punto que en el siglo XIII se le asignará el nombre de “Maravilla”. Este gran hogar espiritual e intelectual fue junto con Roma y Santiago de Compostela uno de los más importantes centros de peregrinación del occidente medieval.

La abadía está dedicada al arcángel San Miguel y asentada sobre un islote de granito como ya hemos dicho anteriormente, como consecuencia de un fenómeno geológico las tierras de alrededor se hundieron aislando al monte de las aguas del mar, lo que provoca que la belleza del lugar sea si cabe más emblemática.

Mont-Saint-Michel2

Su historia originaria es cuanto menos enigmática, en el año 708 el arcángel San Miguel se apareció a San Auberto pidiéndole que erigiera en su honor un santuario. Hasta este lugar se acercan unos dos millones de turistas al año, lo que hace de esta roca uno de los lugares más visitados de Francia, peregrinos que llegan a Mont-Saint-Michel en busca de la magnificencia, el encanto, la atracción y el misterio que encierra esta maravilla del oeste francés.

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