Mordeduras y picaduras

La mordedura o la picadura de un insecto no suele ser nada grave, aunque en algunos casos se puede producir una reacción alérgica fuerte, un shock o dificultades para respirar. Cualquiera de estas reacciones se manifiesta dentro de los primeros veinte minutos después de realizarse el contacto con el insecto.
Si esto sucede hay que conseguir ayuda médica y realizar la respiración artificial o masaje cardiaco, si es necesario. Pero, por lo general, solo suele ocurrir esto cuando las picaduras o mordeduras son abundantes, o hay algún tipo de alergia, o se localizan en puntos extremadamente sensibles, como por ejemplo, la boca.

Debemos extraer el aguijón de la piel con cuidado y frotar la herida con alcohol o una solución rebajada de amoniaco o, en su falta, con bicarbonato sódico. Si nos han picado en la boca, la solución es enjuagarla varias veces con una solución de una cucharilla de bicarbonato en un vaso de agua.
Si nos muerde una víbora (que es la serpiente venenosa más común en Europa y Norteamérica), no resulta mortal en personas mayores pero es grave en los niños. Nunca hay que abrir la herida, sino lavar con agua corriente sin frotar en la zona afectada, extraer el veneno, inmovilizar el miembro afectado y buscar ayuda médica de inmediato. Reconoceremos una víbora por su cabeza triangular con una marca en V y dibujo en zig- zag en la espalda.
Ante una mordedura de gato o de perro debemos actuar como si fueran heridas normales. Usar tintura de yodo para desinfectarlas y poner una inyección contra el tétanos. Si hubiera indicios de que el animal pueda trasmitir la rabia hay que dar parte a la policía y buscar ayuda de un especialista inmediatamente. Se ha de vacunar a todas las personas que hayan tenido algún contacto físico con el animal. Gracias a la vacuna, actualmente, la rabia está controlada, pero siempre debemos preguntar al dueño por las vacunas del animal, aunque sea conocido.