Fernanda Vargas
Estaba un día soleado, sentada en el pasto de la casa de mi tía, cuando sentí unas pequeñas mordidas en mi oreja ni siquiera quería saber que ocurría pensé de todo, pero no era ninguno de mis pensamientos, solo ignore lo que ocurrió minutos después sentí una una pequeña lengua en mi rostro, fue cuando decidí despertar de un sueño en el cual me imaginaba en una playa hermosa. Al abrir los ojos vi algo tan pequeño que no sabía lo que ocurría y entonces pensé.
-En este mundo al parecer encontré lo que me hacía falta.
La tome con mis manos y la abrace, ella no podía abrazarme, pero correspondió mi abrazo con las mordidas más sinceras que pudieran existir y lo mejor esas mordidas gratis eran con mucho amor y fue donde recapacité y me di cuenta que yo no encontré nada, fue al revés Bonny me había encontrado a mí.