Inicio una serie de post breves e insustanciales debido a que mi neurona se ha transportado ya hacia la playa, donde en breve le acompañará el resto del body.
Comienzo por una reflexión que me tiene carcomida la moral y es porqué en el tema de la prohibición de las corridas de toros en Cataluña se ha dejado libertad de voto a los diputados y sin embargo, en lo que nos va a afectar de manera dura, como es la reforma del mercado laboral propuesta, ahí no hay libertad de voto, todo es partido y militancia pura y dura y si me salgo del tiesto, te apunto una multa y ya veremos si repites.
La otra es porqué entre los detractores de la ley aprobada hoy en Cataluña, entre ellos muchos socialistas, se utiliza el argumento de que “hay cosas más importantes”, “con la que está cayendo”… etc. Pero luego, a la hora de discutir esas cosas “tan importantes”, se tramitan como decretos ley cagando leches, deprisa y corriendo, con nocturnidad, estivalidad y agosticidad.
Osea que lo importante no hay que discutirlo. Y lo secundario tampoco.
Pues vaya.