La prensa occidental parece creer que los países árabes del norte de África y Oriente Medio están viviendo una Revolución de los Claveles que acabó con la dictadura portuguesa en 1974, pero lo que puede salir de ahí es una red de repúblicas islamistas obsesionadas con reconquistar países infieles, empezando por Israel y siguiendo por España.
El clérigo iraní que pronunció el principal sermón de este viernes en Teherán, el poderoso ayatolá Seyyed Ahmad Jatami, advirtió que las revueltas están inspiradas en principios islámicos, tanto en Túnez, Egipto y Yemen, como en lugares últimamente apacibles, como Jordania.
"Allahu Akbar, Alá es el más grande, arrojaremos a los infieles y impondremos el mensaje del Profeta a quienes rechazan a Alá”, amenazó el ayatolá, propulsor del poder nuclear iraní para destruir Israel y cumplir las apocalípticas profecías sobre la llegada del Mahdi Prometido que hará triunfar el islam.
Los medios occidentales tratan de demostrar que en las revueltas hay pocas fuerzas islamistas, olvidando que los Hermanos Musulmanes, una moderna secta de fanáticos salafistas sunitas, adquieren más presencia cada día.
Obsérvese, además, que en las mayores manifestaciones sólo hay hombres. Si aparecen algunas mujeres llevan mayoritariamente hiyab y niqab, no van descubiertas, como irían de ser laicistas.
Las revueltas coinciden con la divulgación de las conversaciones del líder de la OLP-Fatah, Mahmud Abas, con Israel y EE.UU., lo que ha provocado revueltas también entre los palestinos de Gaza, Cisjordania y el sur del Líbano. Los islamistas de Hamas y Hezbolá están rearmándose para destruir a los laicistas.
Teherán ha anunciado, además, que doce de sus principales buques de guerra navegan hacia el Golfo de Adén, salida del Mar Rojo al Océano Índico, que toca las costas de nueve países, incluyendo Israel, con su importante puerto de Eilat.
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Entre tanto, SALAS cumplía años. De la efemérides salió esta tira, más bien un diagnóstico científico, que publica hoy en El Correo Gallego: