Revista Bolsa
Las personas no son vagas. Simplemente tienen metas impotentes – es decir, metas que no les inspiran”. Están escritas en un diario o en una nota pegada a la pantalla del ordenador, pero no son metas que les inspiren. No les inspiran un deseo de actuar.
Nos castigamos a nosotros mismos por la falta de disciplina cuando no perseguimos nuestras metas, pero nunca nos paramos a pensar que tal vez nuestras metas no nos sirvan.
Muéstreme una persona a la que le cueste salir de la cama por la mañana y le mostraré una persona con metas impotentes. Ningún niño tiene problemas para saltar de la cama temprano por la mañana el día de Navidad para ver lo que le ha traído Papá Noel. ¿Ese mismo niño un día de colegio? Puede que haga falta llamarle varias veces para que salga de la cama.
Pasamos tanto tiempo de nuestra vida adulta apagando fuegos que nos olvidamos de “prender fuego al mundo”. Los niños no tienen ningún problema soñando en marcar el gol de la victoria en la final del mundial o en ser superhéroes. De alguna forma eso se pierde al preocuparse por las cuestiones “prácticas”, tal y como se dio cuenta el Principito. Pero una vida impotente no es una vida práctica en absoluto.
Su trabajo no es encontrar la siguiente gran tendencia o patrón de mercado. Es encontrar las metas que le inspiren, que le hagan saltar de la cama por las mañanas y entusiasmarse con su día a día. Mientras tenga estas metas, seguirá siendo joven de corazón – y de espíritu. Y persistirá y encontrará esos patrones y tendencias.
Vinculo la fijación de metas en el trading con el bienestar emocional – y especialmente con una buena disciplina de trading.
Los problemas de disciplina típicamente comienzan con experiencias de frustración.
La frustración es una función de no alcanzar nuestras metas y expectativas.
Muchas veces, los traders intentan adoptar estrategias psicológicas para combatir la frustración. Pueden ser útiles, pero no llegan a la raíz del problema de la frustración.
Si no nos fijamos metas que supongan un desafío, pero que sean factibles, no podemos experimentarnos a nosotros mismos como personas eficaces y de éxito. Las metas perfeccionistas no pueden alcanzarse y por tanto generan frustración.
El no fijar metas nos priva de oportunidades para cultivar un sentido de propósito y bienestar.
La fijación de metas no sólo es esencial para dominar los mercados; también es esencial como herramienta de gestión psicológica. Conformamos nuestra experiencia de nosotros mismos controlando lo que perseguimos y cómo valoramos esa búsqueda.
(fuente:steenbarger)