Motivar a los empleados ha sido siempre una de las grandes preocupaciones dentro de las Organizaciones, es decir , satisfacer las necesidades de las personas que desempeñan su talento en la empresa, de tal modo que no caigan en la inercia. Hoy en día, esta inquietud me atrevería a decir que es una de las principales de los directivos porque a la mencionada inercia, hay que sumarle un estado generalizado de resignación, tristeza e incertidumbre, con la que muchas personas se desayunan cada mañana. Las empresas buscan fórmulas novedosas para fortalecer una motivación que difícilmente hoy se puede llenar vía incentivos salariales, planes de carrera, planes formativos o nuevos proyectos que desarrollar. Hay objetivos inmediatos, presentes, y poco más.
Por ello quiero compartir hoy una experiencia que estamos llevando a cabo en nuestra organización y que está teniendo excelentes resultados. Hasta ahora uno de los incentivos que poníamos al alcance de nuestra gente, era el de poder desarrollar actividades deportivas y culturales en compañía de otros empleados. Fomentábamos con ello la camaradería, la participación, la competitividad sana y porqué no, un escape al día a día. Cualquier iniciativa recibía respuesta en forma de dotación presupuestaria modesta, pero suficiente para poder llevarla a cabo.
Analizamos que una de las consecuencias positivas de la crisis ha sido incrementar el espíritu solidario de las personas, supongo que porque todo el mundo se ha visto vulnerable, está viviendo la crisis directa o indirectamente y ello ha sensibilizado mucho a la gente. Se nos ocurrió fomentar la solidaridad interna a través de estas actividades que ya veníamos desarrollando desde hacía muchos años y le pedimos a nuestros empleados primero que mostraran su interés por adherirse a este Plan Social y segundo que nos propusieran actividades. De ahí salió una Coral que organizó un concierto solidario; una excursión a la montaña con invidentes; una salida en barco de vela con niños con síndrome de down; unos talleres formativos sobre aspectos financieros domésticos para muchachos de 4º de ESO….. etc. Todo propuesto y organizado por los propios empleados.
Cuando hablas con ellos, la enorme satisfacción que tienen de haber colaborado con una buena causa, a través de las actividades que ya venían desempeñando y con sus compañeros de trabajo, no la habríamos logrado de otro modo. En este caso, el espíritu solidario desde dentro, ha generado una motivación extra. Es una forma de desarrollar la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) desde dentro, que además está ayudando a la entidad a su proyección exterior e imagen.
A veces, las pequeñas soluciones e ideas, son las que mayor resultado tienen. Ahora el reto es que realmente este espíritu perdure, y seamos capaces de canalizar la motivación hacia más iniciativas de tipo solidario. Alberto Trallero – Barcelona Business Leadership