1,2,3, responda otra vez.
- Por y para “conocer” un poco más a alguna de esas persona que están al otro lado de la pantalla colgando sus fotos desde el sofá de su casa.
- Para dar una alegría al buzón, es pobre olvidado que en los últimos tiempos sólo recibe facturas y avisos de algún frío paquete de Amazon.
- Para sacar una sonrisa a esos carteros con un paquete decorado por fuera. Vale, hemos crecido y no pondremos eso de “Corre, corre cartero para llegar a la casa del amigo que más quiero” pero un trozo de whasi, una tipografía mona ensayada y algún que otro dibujo harán de tu paquete el más cool de la oficina.
- Para ilusionarte. E ilusionar. ¿Quién es capaz de no hacerlo si sabe que en algún lugar hay alguien preparando algo con mucho amor para él, ella o vosotros?
- Para, como me escribió Carmen hace unos días, enviar un poco de magia.
- Para sonreír cuando el cartero siempre llame dos veces y descubras el remitente.
- Para ser feliz. Sí, un momento de felicidad de esos que juntos hacen la vida. Porque recibir un regalo, y más si es sorpresa, siempre es motivo de felicidad.
- Para seguir siendo un poco niños, y es que, ¿quién no ha disfrutado de sus primeros amigos invisibles en el cole? Dicen que somos la generación de la nostalgia…
- Para tener otra excusa más para ir al centro de tiendas y aumentar tu wishlist. Porque sí, vas a buscar un detalle perfecto para otra persona pero si por el camino se cruza algún flechazo para ti, no vas a ignorarlo.
- Inserta aquí cualquier excusa que se te ocurra. Porque cualquier excusa es buena para apuntarse al Amigo Invisible.
Sí te has decidido y quieres unirte, escríbeme a [email protected] y pondremos todo en marcha.
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