Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, el periodista Juan Carlos Girauta y el ex ministro del Interior Antonio Asunción han presentado ante la sociedad española el "Movimiento Ciudadano", una plataforma con la que buscan conseguir que los millones de españoles indignados que se sienten impotentes para cambiar la triste y lamentable deriva política del país, se unan, exijan y consigan cambios democráticos que transformen la política española. En principio se trata de conseguir tantas firmas y adhesiones que los grandes partidos, sobre todo el PP, el PSOE, IU y los nacionalismos, no tengan mas remedio que asumir las reivindicaciones democráticas del pueblo, que ahora desprecian e ignoran. Si ese objetivo no se consigue porque los políticos, cerrados en banda y cargados de arrogancia antidemocrática, se niegan a cumplir el mandato popular, entonces el Movimiento se transformaría en partido político y se presentaría a las elecciones para cambiar el sistema desde dentro.
El Movimiento Ciudadano ha sido presentado en Madrid, pero pronto viajará por toda España para ser presentado en las principales capitales. En esas presentaciones, como afirma Rivera, se realizará un llamamiento cívico y responsable para "cerrar y enterrar el capítulo de las dos Españas, así como las luchas territoriales, para que crezca sin cortapisas la nación de ciudadanos libres e iguales ante la ley".
Firmar el documento significa exigir reformas como las siguientes: "democratizar los partidos políticos, abrirlos a la sociedad, someterlos al principio del mérito, hacerlos transparentes e implacables con la corrupción, generalizar el mecanismo de las elecciones primarias; conseguir un sistema de representación que devuelva el poder a los ciudadanos, pudiendo los representados escoger a partidos y también, directamente, a sus representantes a través de listas abiertas, de acuerdo con una ley electoral justa y proporcional; asegurar una efectiva división de poderes, alejando a los partidos del Poder Judicial, del Tribunal Constitucional, de los órganos reguladores y de supervisión del sector financiero y de los medios de comunicación; reformar las administraciones públicas poniéndolas realmente al servicio de los ciudadanos y las empresas, asegurando los servicios públicos esenciales y suprimiendo burocracias y duplicidades."
El documento termina con un lamento y un llamamiento a la rebeldía: "Lamentablemente, los partidos políticos representados hasta ahora en las Cortes Generales no han sido capaces de articular ni de vertebrar un proyecto común español que mire hacia el futuro sin prejuicios. Ha llegado el momento de convertir indignación y preocupación en acción e ilusión. Se ha acabado el tiempo de la resignación, de los súbditos; es la hora de la esperanza, de los ciudadanos. Nos veremos en las calles, en las redes y en las instituciones. Todos juntos, como un movimiento ciudadano. ¡Muévete!"
La adhesión al Movimiento Ciudadano, sencilla porque solo requiere una firma que puede realizarse vía Internet, abre un camino a los millones de españoles que se sienten indignados ante la suciedad política española y quieren forzar un cambio, un sentimiento noble que hasta ahora ha sido taponado sin escrúpulos par los grandes partidos, mas interesados en defender sus propios intereses que en la defensa de España y del bien común. Los que hasta ahora se lamentaban de que además de críticas hay que ofrecer soluciones y salidas, ya tienen una plataforma para fustigar a los canallas que están conduciendo a España hacia el abismo y a los partidos y políticos que han convertido España en una cloaca sin prestigio internacional, lamentablemente plagada de desempleados, jóvenes frustrados que tienen que emigrar para vivir, con los grandes valores dinamitados, con la corrupción instalada en el poder y en las grandes instituciones del Estado, con políticos fracasados e incapaces de ser ejemplares, con la democracia prostituido y con una población que pierde a diario alegría, confianza y esperanza en el futuro.
Los grandes partidos han tenido demasiadas oportunidades para demostrar ante los ciudadanos españoles su voluntad de cambiar las cosas y abandonar el camino de abusos y corrupciones que han emprendido, pero han desaprovechado todas, demostrando que lo que les interesa es su propio beneficio y no el interés general ni la defensa de la nación. Esa tozuda cerrazón, aberrante y políticamente malvada, sólo nos deja dos caminos: la rebelión violenta contra los canallas o la rebelión pacífica para acabar con este sistema injusto e indecente. Adherirse al Movimiento Ciudadano es una vía pacífica, democrática y civilizada de acabar con la corrupción y la miseria que han infectado a la clase política y a la degradada democracia española.
Revista Opinión
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