El viernes pasado recibí una escalofriante llamada de un número que seguro que te suena: el dichoso 1004. Llevaban días llamando a mi teléfono fijo, pero nunca me pillaban en casa. Finalmente le viernes, tras despertarme de la siesta, consiguieron contactar conmigo. Al otro lado del teléfono una señorita muy amable me informó de que MoviStar tenía previsto cerrar la central Telefónica de mi zona (que es la que está en la esquina de Vía Univérsitas con Avenida Madrid, lo digo por si te toca), y que estaban llamando a todos los vecinos de la Avenida Navarra para ofrecerles su cambio a fibra.
En mi caso concreto, que tengo 10MB de ADSL con llamadas a fijos, me mantenían la misma velocidad y servicio, al mismo precio, pero con una permanencia de 12 meses, la cuál llevaba asociada una “sanción” por incumplimiento de 190 euros, que iba reduciéndose cada mes. Ante esta oferta MoviStar se encontró con un rotundo no por mi parte, entre otras cosas porque se me plantearon muchísimas dudas:
- ¿Por qué tengo que aceptar una permanencia por algo que no es problema mío?
- ¿Qué va a pasar con la gente que sólo tiene teléfono en su casa? ¿Les van a obligar a contratar Internet?
- ¿Por qué el Gobierno ha consentido que MoviStar despliegue la fibra de forma exclusiva cargándose toda la competencia?
Vale, espera, antes de que digas nada sobre este último punto, ya sé que estarás pensando que ellos han puesto la fibra, ellos han pagado las obras, ellos han gastado su dinero en una inversión… Sí, estamos de acuerdo. Tan de acuerdo como que las centrales que pretenden cerrar se construyeron cuando Telefónica era una compañía del Estado, que se pagaron con el dinero de todos, que las comunicaciones son un derecho y que deberían ser un bien protegido, y que aquí todo el mundo está cogiendo la tajada más gorda del pastel, mientras la cocinera (el Gobierno) está de espaldas fregando platos.
De igual forma que existe un tendido eléctrico controlado por Red Eléctrica, y de la misma manera que todas las instalaciones de gas a lo largo y ancho del territorio se consideran sitios estratégicos, ¿no se debería dar la misma importancia a las comunicaciones? El legislador debería garantizar que todos los proveedores pudiesen proporcionar a todos los ciudadanos un servicio de calidad, o visto desde el otro lado, garantizar que todos los ciudadanos tuviésemos acceso libre a un servicio de calidad según nuestras necesidades, en materia de telecomunicaciones. No sé si con una infraestructura común (como es el caso de los trenes o de la electricidad), o con normativas que aseguren que todos los que se van a aprovechar de eso deban invertir equitativamente y compartir sus redes. Lo cierto es que a día de hoy, la situación es la siguiente:
- Sigo con mi ADSL de 10 MB mientras MoviStar quiera dejarme tenerlo.
- A la gente mayor de mi bloque de vecinos les van a quitar el teléfono si no se ponen fibra.
- Si contrato fibra, sólo puedo hacerlo con MoviStar, que es quien la instaló en mi zona, y no deja utilizarla a otros operadores.
- Si me instalo ADSL de otra compañía no sé lo que pasará, porque si cierran literalmente la central, ninguna compañía podrá dar servicio a mi par de cobre, que se quedará ahí colgando hasta que alguno vaya y lo recicle para chatarra.
Y todo esto al final porque a MoviStar esta inversión en fibra le sale muy barata de cara al futuro: menos centrales, menos personal, menos problemas. Y todo al precio que ellos quieran cobrar, porque o pagas la tasa por tener su fibra, o no tienes nada. Todo esto huele mal, muy mal, y me temo que empieza a ser muy tarde para reaccionar como consumidores y reclamar nuestros derechos.
Continuará.