Muchachito por las calles de Valencia. Foto: Jose Cuéllar
Son sólo siete notas las que hay, pero hay que saber darles un orden. El resto es «poesía y ritmo». EnMuchachito Bombo Infierno son 20 personas para hacer el trabajo, pero por razones de espacio y de bolsillo no acuden todas a la entrevista. De momento, la presentación del último disco Idas y vueltas sigue tres fases: en la primera desembarca Jairo —Muchachito. El sobrenombre que se le quedará «aunque tenga cuarenta años»— «de avanzadilla», le sigue la banda y cierra el pelotón el artista Santos de Veracruz, que va elaborando los cuadros mientras la rumba suena que truena en los directos.Valencia es un sitio que ya conocen —hace dos años tocaron en el mismo espacio de Viveros, al que volverán en una semana, y hace tres con el G-5, la versión española de Gorillaz, «un grupo fantasma y muy gamberro» formado por Muchachito, Kiko Veneno, Los Delinqüentes y Tomasito—; les trae «muy buenos recuerdos» y es una tierra en la que han hecho «muy buenos amigos».
A una idea repetida muchas veces se le puede llamar estilo. Y no hay más. Muchachito ya es un espectáculo que sale al escenario para «pasar un rato un poco cafre, alocado, con la gente. Hay que buscar la energía que se encuentra en el equilibrio de gente muy de escuela y gente muy de calle». Hay aviso. Si lo que hacen ahora es interesante lo que viene va a ser mejor: «Espérate a que aprendamos. Ya verás qué discos».
Lo que el grupo maneja con soltura es el momento caprichoso e impredecible de los directos. Por eso han querido trasladar esa sensación al estudio, con un sello propio y a su aire, porque preocupándose por uno mismo «ya se pierde un tiempo muy grande».
El truco para que un trabajo acabe gustando es que contenga las canciones que al grupo le gustaría escuchar pero no encuentra en los cedés de las estanterías. Una vez se juntan unos cuantos compases hay que empujar a toda la gente «hacia ese lado». «Es como saltar a la comba—con la guitarra y el bombo me pongo a marcar el caminillo—y todo el mundo tiene que entrar ahí sin que la cuerda pare. Cuando todos están bailando la canción, entonces es que está bien».
Después de callejear por el barrio del Carmen, de noche y de día, hay algo que en parte tiene la culpa de que Muchachito sea como es: la calle y los bares. «Es importante que ese circuito no desaparezca porque es el primer paso para muchos de los que quieren dedicarse a la música».
Durante la entrevista se entera de que Manolo el del Bombo tiene que volver a Valencia por una neumonía que le hace imposible seguir animando a la Selección en el Mundial. «Reemplazar a Manolo es imposible; es un tío conocido en todo el mundo y tiene un mérito espectacular. Que se mejore, que es un hombre fuerte y seguirá siendo Manolo». Así que no puede haber cambio de bombos. Además, no le quedan fechas libres.
Para EL MUNDO, 02 de julio de 2010