Revista Opinión

Muchas cifras y pocas tejas

Publicado el 02 septiembre 2015 por Diariocubano

Efectos del paso de huracán Sandy en el oriente cubano (foto tomada de Internet)

LA HABANA, Cuba.- Con la habitual falta de profesionalidad que caracteriza a la prensa oficial cubana, y que se refleja escandalosamente el manejo de los datos, el Granma del lunes 31 de agosto acaba de publicar una nota abordando un tema tan sensible entre la población como el referente a los materiales de construcción.

La información hace referencia a una producción “superior a los tres millones de metros cuadrados de tejas en los últimos tres años” por la fábrica de fibrocemento de esa provincia oriental, lo que constituye “un importante aporte a la construcción de viviendas, sobre todo para resarcir daños del huracán Sandy”.

Añade la nota que dicha fábrica se especializa en la producción de artículos de fibrocemento, entre ellos tejas, láminas lisas y tanques de entre 50 y 500 galones de capacidad.

A partir de lo reseñado en el texto, y dejando de lado el controvertido punto de los daños que se ha demostrado ocasiona a la salud humana la utilización de asbesto en los materiales de construcción de las viviendas, resulta difícil valorar en qué medida la fábrica santiaguera habrá podido contribuir a la recuperación del fondo habitacional de la región oriental, devastado al paso de un huracán que cruzó por el territorio hace ya tres años.

De hecho, los daños materiales ocasionados por el meteoro, en particular sobre las numerosas viviendas en peor estado constructivo, no son una referencia en esta nota de prensa, por lo cual al lector se le hace absolutamente imposible hacerse una idea de los beneficios que se derivan de la producción de esta fábrica, y mucho menos del tiempo que deberá transcurrir para que ésta sea capaz de satisfacer la demanda de toda la población damnificada.

Es decir, ¿cuántos metros cuadrados de tejas serían necesarios para reparar las viviendas afectadas pendientes? ¿Es suficiente el ritmo de producción de un millón de metros cuadrados anuales que se ha operado hasta el momento? Seguramente no. Pero Granma no solo no lo dice, sino que abruma a los lectores con otras cifras igualmente inasibles e incontrastables, como es el caso de la producción de tanques (¡de fibrocemento!) que suelen utilizarse para almacenar agua para el consumo humano y animal; o el hecho de que un 70% de los trabajadores de esa planta –de una desconocida cifra total– esté “directamente vinculado a la producción”, lo que sugiere un escandaloso 30% restante vinculado a la burocracia o a tareas “no productivas”.

Pero estos detalles, al parecer, no tienen la menor importancia porque en definitiva en esa fábrica “se emplean los sistemas de perfeccionamiento empresarial y gestión de la calidad, este último certificado sobre las bases de las normas ISO 9000 del 2008” (¡¿ ?!), lo cual determina que “en lo que va de año” el salario medio por trabajador asciende a más de 1 100 pesos (¿mensuales?), poco menos de 46 dólares, lo cual –seguramente– justifica la inhalación de fibras de asbesto en sus pulmones durante el proceso productivo y, en consecuencia, el riesgo de contraer cáncer.

Resulta obvio que los periodistas comprometidos con el poder se están esforzando en aquello de la transparencia que les pidió el General-Presidente en el VI Congreso del PCC: sin dudas, cada día se transparenta más su mediocridad. Al menos queda claro que la cualidad esencial del periodismo oficial es el triunfalismo, siempre desde la premisa de asumir la más absoluta idiotez de los lectores. Aunque habría que reconocer que abrumar con cifras al lector es un buen recurso para lograr el extrañamiento de éste, en particular cuando ya le es suficientemente dificultoso encontrar una relación entre los salarios y el costo de la vida.

Como corolario, los cubanos detestan los números escritos tanto como adoran el papel moneda, en especial las divisas, por eso automáticamente toman distancia de todas las cifras que no se traducen en beneficios directos, palpables y cuantificables. ¡Bien por los compañeros de la prensa oficial! Han logrado lo impensable: fabricar rotativos especialmente útiles para envolver la basura que se genera en los hogares. De no ser por lo tóxico de las tintas de imprenta, seguramente los ecologistas les entregarían uno de esos premios que tanto abundan por ahí.

A este paso, quizás en otros 50 años podamos superar la crisis habitacional del oriente cubano. Y hasta es posible que el perfeccionamiento empresarial de esta fábrica santiaguera permita abastecer de materiales constructivos a todo el país. Ya sabemos que, al menos desde las páginas de la prensa, nuestro sistema socio-económico y político es maravilloso.

Via:: Cubanet


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