Hace unos días venía en el libro que tenemos una ficha en la que tenían que rodear y anotar los ingredientes para hacer limonada. La verdad es que tenía ganas de hacer una receta porque, además de preparar la comida en cuestión, me parece que son un vehículo ideal para trabajar muchos contenidos de lectoescritura y lógica-matemática. Siempre lo veía una complicación enorme y no sabía que receta elegir para que participasen todos en el "cocinado". La limonada no se me había ocurrido y me pareció perfecta. Además, es increíble como los niños, si les dejamos un poquito de espacio y tiempo, hacen mucho más grandes las actividades que llevamos planeadas.
Busqué en internet las proporciones porque como quería que mis alumnos fuesen autónomos en la lectura y ejecución de la receta, no podía hacerla "a ojo" que es como yo la prepararía en mi casa. Luego la escribí en el formato que véis en la foto.
Para que los 20 niños tomasen un poquito (como 2 ó 3 dedos de su taza) tuvimos que hacer el proceso dos veces ya que con una vez salía poquísimo. Para las dos repeticiones (2 litros de limonada) usamos:
- 8 limones.- Un bote de mermelada Hacendado lleno de azúcar.- Agua hasta llenar la jarra de 2 litros donde hacíamos la mezcla.
También necesitaréis:- Un exprimidor.- Un cuchillo.- Una cuchara grande para remover.
Llevé al cole todo lo necesario pero lo dejé escondido. Antes de que los niños llegasen dejé en la alfombra una nota de la mascota Aris que decía "¿Queréis concinar?" y la receta. Este año cada vez que presento algo nuevo les dejo notas y eso les está ayudando muchísimo a aprender a leer de forma significativa y motivadora. Esta vez la nota era sencilla porque quería que la leyesen niños que, cuando son notas más largas, participan menos.
Después de dejarles un rato libremente para que leyesen nota y receta nos sentamos en la alfombra y me fueron diciendo lo que ponía. Cuando ya sabíamos seguro que en la nota nos preguntaba si queríamos cocinar, pasamos a averiguar lo que podía ser el otro papel y a leerlo. Y después, hicimos entre todos una lista en la pizarra con lo que necesitábamos para hacer la receta. Y como Aris nos había traido todo lo necesario, nos pusimos manos a la obra.
Lo primero fue buscar una taza de las que tienen los niños para beber agua que no fuese ni muy grande ni muy pequeña. Comparamos unas cuantas usando "tan grande como", "más grande que", etc. Después teníamos que partir los limones para poder exprimirlos. Yo no sabía cuantos limones necesitaba exprimir para llenar una taza así que cogí 4. Cuando partí el primero se me ocurrió plantearles un problema: "Si cada limón lo parto en dos mitades como estas, ¿cuántas mitades tendré al final, cuando haya partido todos?". Como les pareció muy motivador se pusieron casi todos a pensar aunque sólo un poco más de la mitad de los niños supo la solución. Algunos de los niños que lo resolvieron correctamente explicaron al resto cómo lo habían hecho. Lo más común fue contar los limones pero asignando dos números a cada limón, como imaginándose que ya estaban cortados.[En una entrada futura os contaré cómo hago problemas verbales de este tipo en la asamblea]
Como al final necesitamos dos tazas de zumo de limón, tuvimos que usar otros 4 limones y en este caso cambié el enunciado: "Si en lugar de 4 limones tuviésemos 5 y los partiésemos en dos mitades, en vez de 8 mitades, ¿ahora cuántas tendríamos?".
Y después de los problemas ¡a exprimir!. Los niños fueron saliendo a exprimir en el exprimidor eléctrico y les encantó.
Después de exprimir 4 limones llenamos la taza de medida y otro niño la echó en la jarra. Luego continuaron leyendo la receta y fueron añadiendo la taza de azúcar y removiendo todo el rato para que se disolviese bien. Otro alumno añadió el agua hasta que estuvo rica. Como salió poquita limonada repetimos el proceso.
Nos quedó deliciosa así que fuimos todos a por nuestra taza y bebimos un poquito. Y como nos gustó tanto decidimos que tenía sentido (ahora sí) hacer la ficha para apuntar los ingredientes y poderlos comprar para hacerla en casa. Pero claro, papá y mamá debían saber qué era eso así que en una cuartilla en blanco (bueno, en azul) les escribimos algo así como: "Papá y mamá. Hoy hemos hecho limonada. Un beso. (Nombre del niño/a)".
En la foto véis la de un niño, aunque en este caso no le quedó el texto demasiado ordenado. Aún así me parece fundamental que se enfrenten a la escritura en folio en blanco, sin pautas, sin huequitos... para que sean ellos los que piensen, se organicen y ajusten el tamaño de la letra al espacio disponible.
La actividad podía dar algo más de juego si además escriben el proceso y las cantidades ajustadas (2 tazas en lugar de una de cada ingrediente). Esto último sobre todo me hubiese gustado hacerlo de cara a preparar una actividad de peticiones que hicimos después, pero por falta de tiempo no fue posible.
Todo este proceso lo llevé a cabo con mis alumnos de 5 años pero creo que es muy adaptable a 4 años. La receta la podemos escribir con más dibujitos y la nota a las familias pueden hacerla completando algún hueco en un texto semi-escrito por nosotros o escribiéndola libremente y por detrás anotar nosotros "la traducción".