Me he dado cuenta de que nuca os he hablado con calma de ninguno de los libros verdes de Mucki. La verdad es que todos son geniales y cualquiera sería una buena elección pero mi preferido siempre ha sido Mucki y el gato Luisín. No me preguntéis por qué, fue un flechazo a primera vista.
Ya sabéis que yo siento debilidad por este perrito que viaja con su dueña y resuelve misterios, eso ocurre en los viajes de Mucki y ya os he contado que son libros realmente divertidos. Pero Mucki es, además, un ferviente defensor de la naturaleza al que le encanta pasear por el campo, hablar con otros amigos animales y contemplar todas las cosas bonitas que la naturaleza nos regala a diario. Por eso y porque es un solete, no le gusta que otros animales lo pasen mal o que se les trate injustamente.
Esta vez comenzamos la aventura con Mucki un poco enfadado. Está intentando dormir y los maullidos desgarrados de un gato, justo debajo de su ventana, no le dejan hacerlo. Nuestro protagonista se acerca a pedirle que, por favor, deje de hacer ruido y así conoce a Luisín, un gatito negro, muy simpático que solo quiere cantar. Lo malo es que nadie parece apreciar su arte.
Esta vez Mucki contará con la ayuda de su amiga, la yegua Boticaria, para resolver el problema de este aspirante a estrella que se han encontrado.
De los libros de Mucki me gustan muchas cosas, ya lo sabéis, pero de los verdes en concreto, debo destacar el respeto que muestran siempre por todo y la alabanza al compañerismo. A pesar de que Mucki encuentra, a aveces, personajes desagradables, las cosas se resuelven siempre de la mejor manera y no importa quién sea el que tiene problemas, siempre se intentará ayudar.
Estos son libros de aventuras también pero al estar destinados a un lector más joven, el texto es más sencillo y la acción más tranquila. Mucki y sus amigos corren menos peligro en estos casos pero aprenden y enseñan tanto como siempre.
Además de una historia divertida, tocada con un humor simpático y un montón de mensajes y consejos, en las páginas de este álbum ilustrado encontramos algo que los hace aún más entretenidos; actividades, juegos, dibujos para colorear... algo que añade mucho dinamismo al libro y que hace que los lectores nos impliquemos y aprendamos más cosas casi sin darnos cuenta.
Por otro lado, esta vez acompañan al texto unas ilustraciones que, bajo mi punto de vista, son absolutamente preciosas y arrolladoras, de colores vivos y trazos sencillos convierten al álbum en un ejemplar muy bonito en fondo y forma.
Estos libros son una manera estupenda de conocer un poco más sobre la naturaleza que nos rodea y nuestra implicación en su cuidado. Señalan la importancia de la amistad, nos divierten, nos enseñan y nos acercan un poco más a unos personajes entrañables y encantadores.
No sé si ya los conocéis pero si no, os animo a que le deis una oportunidad a Mucki y sus libros verdes.