Revista Cultura y Ocio

Muere Calabró y renace Michael J. Fox. Ay, la elocuencia del azar

Publicado el 05 noviembre 2013 por María Bertoni

Muere Calabró y renace Michael J. Fox. Ay, la elocuencia del azarEsta mañana la noticia de la muerte de Juan Carlos Calabró expulsó a The Michael J. Fox show de la misma agenda mediática que días atrás contribuyó a promocionar el ultra anunciado desembarco de la serie norteamericana en nuestra televisión paga. La casi coincidencia entre el estreno local que tuvo lugar anoche en el flamante canal Comedy Central y el anuncio del deceso de quien encarnó a Aníbal, Johnny Tolengo y Renato ‘alias El Contra‘ inspira este breve comentario sobre la elocuencia del azar.

Cuando invertimos el orden cronológico de estos hechos, es decir, cuando anteponemos el fallecimiento de Calabró a la emisión del primer capítulo del programa protagonizado por Fox, entonces resulta todavía más explícita la advertencia sobre un ciclo que (hace tiempo) parece cerrarse y otro relativamente nuevo que sigue gozando de buena salud. Desde esta perspectiva, vale comparar el deceso del actor argentino con la rotura de otro azulejo de nuestro mosaico cultural, que más de un compatriota estará dispuesto a reemplazar con un pieza fabricada en la usina de entretenimiento anglosajón.

“Muere Juan Carlos Calabró y renace Michael J. Fox” sería el título ideal para una reflexión sobre la predilección que un tipo de argentino (ABC 1, según las medidoras de ratings y rankings) siente por las sitcoms made in USA y eventualmente UK, en detrimento de las producciones costumbristas de Pol-Ka y sketches/personajes de Diego Capusotto y Pedro Saborido que conforman nuestra programación vernácula. Nobleza obliga, nuestra prensa hace gala de su pretendida ecuanimidad y le dedica tanto o más espacio al adiós a Juan Carlos que a la reaparición de Michael con su Parkinson a cuestas.

Con ecuanimidad similar, la autora de este post se permite confesar la indiferencia que le provocan la partida de Calabró y el regreso televisivo de Fox. Que conste: indiferencia inofensiva, es decir, sin altanería ni sorna, y con el debido respeto que inspiran la muerte por un lado y la lucha contra una enfermedad canalla por el otro.

El show de Michael J. Fox sería una sitcom más si no fuera por el protagonismo acordado al Parkinson que padece Mike Henry”. Con esta oración iba a empezar el post que Espectadores había previsto a propósito del resurgimiento catódico del actor que décadas atrás se hizo famoso por protagonizar Lazos de familia y Volver al futuro

La intención de reseña quedó trunca ante el anuncio de un deceso que coincide -o genera cierta ilusión de continuidad- con el promocionado renacimiento televisivo. De esta manera, el azar nos invita a reflexionar sobre algunas particularidades culturales/generacionales del consumo de entretenimiento masivo en el mundo globalizado y, una vez más, sobre una agenda mediática sometida a la caducidad y relatividad de sus propios criterios de noticiabilidad.


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