Muere Kim Jong Il, pero la dictadura continúa

Ha muerto Kim Jong Il, el querido líder y primer heredero de la primera monarquía comunista del mundo, el bon vivant amigo del cine; le sucede su tercer hijo Kim Jong-un, el comandante brillante.El horizonte de este hombre presuntamente educado en un internado suizo es un país devastado por hambrunas terribles, con un culto a la personalidad a lo stalinista o maoísta que roza el nihilismo ridículo y con un potencial nuclear, trasvasado del equidistante Pakistán, que asegura la no intervención en el país y las manos libres para actuar "manu militari" contra cualquier queja interna.La perspectiva es una continua amenaza, como siguiendo el paradigma nietzscheano de la voluntad de poder para perpetuarse en la coacción y el doble discurso: una paz que esconde la amenaza, una amenaza que parece endulzada con la palabra paz. Hasta ahora no sabemos cual será el devenir del país más opaco y hermético pero el mundo no alberga muchas esperanzas de que pueda cambiar a corto plazo.Mientras tantos los norcoreanos cruzan la frontera china para subrepticiamente poder huir de la secta stalinista que es todo el país y acudir a Corea del Sur el verdadero vergel que se oculta tras los cientos de soldados, muros y campos de minas del paralelo 53. Este es el escenario de un dictador y una dictadura que hiende el siglo XXI y donde la inestabilidad se contará como el acceso o no a armas que pueden matar a millones de personas y crear una guerra general.Dictadores que mueren y dictadores que se mantienen en Recuerdos del día de mañana.Foto: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/19/internacional/1324276415.htmlDespierte el alma dormida, avive el seso e despierte. A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar. Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.