Muere la duquesa de Alba: su vida en fotografías

Luisa Fernanda Giraldo y Marina Miján

Este jueves 20 de noviembre ha fallecido a los 88 años Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, mejor conocida como la duquesa de Alba.  La mujer con más títulos noviliarios del mundo -más de 45 y un patrimonio valorado en 3.000 millones de euros, según la revista Forbes- murió en el Palacio de Dueñas, donde vivía recluida los últimos meses a causa de una grave neumonía.

Catorce veces Grande de España, la famosa aristócrata tenía en su poder ni más ni menos que  cinco títulos de duquesa, uno de condesa-duquesa, 18 de marquesa, 18 más de condesa y un último de vizcondesa. Todos ellos fruto de las uniones de sus ancentros, entre los que según varias investigaciones se encuentran el rey Jacobo Estuardo, Jaime el Conquistador o el mismísimo Cristóbal Colón. Repasamos ya la larga vida de este excéntrico personaje a través de sus más emblemáticas fotografías:

Cayetana nació la noche del 28 de marzo de 1926 en el Palacio de Liria, atendida por el doctor Gregorio Marañón. Fue la primera y única hija del matrimonio formado por Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, al que le agradó que su primogénita fuera una mujer, y María del Rosario de Silva y Gurtubay, que prefería un varón.  Fue bautizada el 17 de abril en el Palacio Real con el rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia como padrinos, a los que podemos ver en la fotografía junto a la nodriza de Cayetana. Como curiosidad, destacar que en ese momento recibió los nombres de María del Rosario Cayetana Paloma Alfonsa Victoria Eugenia Fernanda Teresa Francisca de Paula Lourdes Antonia Josefa Fausta Rita Castor Dorotea Santa Esperanza Fitz-James Stuart y de Silva Falcó y Gurtubay.

De su madre, la noble recuerda poco, ya que después del nacimiento de su hija  siempre estuvo en cama. La Marquesa de San Vicente del Barco estaba enferma de  la letal tuberculosis, y debía estar apartada de su hija por miedo a un contagio.  Fue  enviada a Suiza para una mejor recuperación, pero nada pudieron hacer los  médicos y falleció a los 33 años, cuando su primogénita tenía 8. Por tanto la  educación de Cayetana quedó en manos de institutrices y de su abuela materna,  además disfrutó de la atención de su padre y de su adorado poni Tommy.

Tras el exilio de los reyes a París, el duque decidió marcharse con ellos y Cayetana vivió unos años en la ciudad de la luz, aunque regresó a España para realizar su Primera Comunión. La duquesa de Alba adoraba esquiar durante su adolescencia, y no fueron pocos los viajes que realizó con este fin. Además, disfrutó visitando importantes ciudades como Londres, Italia y Egipto. En la capital inglesa fue donde residió mayor tiempo, al instalarse su familia allí durante la Guerra Civil Española.

De vuelta en España, y como recomendación de su padre, la duquesa contrajo matrimonio por primera vez con el ingeniero industrial Luis Martínez de Irujo y Artázcos, hijo de los duques de Sotomayor y marqueses de Casa Irujo. El enlace se produjo por todo lo alto en la catedral de Sevilla el 12 de octubre de 1947. La repercución total fue tal, que muchos la calificaron como la boda más cara del mundo, y es que no en vano llegó a costar cerca de 20 millones de pesetas de la época, toda una fortuna.

Fruto de este matrimonio nacieron sus seis hijos: Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, Alfonso Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart, Jacobo Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, Fernando Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart, Cayetano Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart y Eugenia Martínez de Irujo y Fitz-James Stuar.

Tras enviudar del hijo de los duques de Sotomayor y marqueses de Casa Irujoen 1972, la duquesa se volvió a casar el 16 de marzo de 1978 con Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate, doctor en Teología y ex-sacerdote jesuita, un hombre culto, once años menor que ella, que se llevó bien con los hijos de ésta desde el principio, ayudando, junto con su hijastro Carlos, a gestionar el patrimonio familiar de los Alba. Cayetana y Jesús Aguirre estuvieron casados durante 23 años.

En el año 2001, la duquesa enviudó por segunda vez: Jesús Aguirre fallecía por un cáncer de laringe.

A principios del 2008, comenzaron a surgir rumores sobre una posible relación entre Cayetana Fitz-James Stuart y Silva y el funcionario Alfonso Díez Carabantes, a quien había conocido muchos años antes gracias a su amistad con su segundo esposo. Alfonso es uno de los doce hijos de José Díez, militar, y de su esposa, Pilar Carabantes, perteneciente a una familia de médicos.

Los rumores sobre la posible relación duraron dos años. En abril de 2010, Cayetana y Alfonso confirmaron su noviazgo, casándose el 5 de octubre de 2011. La pareja había estrechado su relación gracias a varias aficiones comunes, entre ellas, el arte y los viajes.

La jefa de la Casa de Alba, una destacada figura de la vida social y, por encima de todo, un personaje único e irrepetible que no dejaba a nadie indiferente, ha fallecido en Sevilla, la ciudad en la que realizó su penúltimo acto de rebeldía, su tercera boda con Alfonso y donde vivió sus últimos años. El funeral será oficiado este viernes, 21 de noviembre, por Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla. El cuerpo de María del Rosario Cayetana Alfonsa Victoria Eugenia Francisca Fitz-James Stuart y de Silva será incinerado dejando parte de las cenizas en una capilla lateral en la iglesia del Cristo de los Gitanos, a cuya hermandad pertenecía la duquesa, y el resto en el monumental panteón de la Casa Ducal de los Alba.

La duquesa repartió su herencia de manera desigual entre sus seis hijos y su nieto mayor Carlos Fitz-James Stuart. Sus dos hijos mayores serán los principales encargados de la Fundación Casa de Alba, obligados a conservar y mantener todo su legado histórico y monumental. Cayetano se queda con el palacio de Arbaizenea, en San Sebastián, y el cortijo de Las Arroyuelas, gran latifundio sevillano. Eugenia hereda la mansión de Ibiza y otro Cortijo en Sevilla, mientras que Fernando y Alfonso contarán con la mansión de Las Cañas, en Marbella, y la finca, antiguo castillo, de El Tejado, en Salamanca. Quien no ha obtenido más que unas fincas rústicas han sido Jacobo.

Se marchó sin rendirse, siendo la rebelde que siempre fue.