Estos días se cumple el aniversario de una de las series que, justo a Lost y Verónica Mars, cambió totalmente allá en el 2004 la manera de entender y hacer series: Mujeres Desesperadas. Me cuesta mucho ser imparcial con las chicas de Wisteria Lane, porque lo cierto es que es gracias a ellas por las que he desarrollado mi pasión por las series. Me frustraba tanto no poder seguirlas en condiciones por la televisión en abierto que tuve que convertirme en un talifan hecho y derecho que se las apañara para verlas como yo realmente quería por otros medios. Soy todo un Bree: demasiado perfeccionista. Eso de que emitieran las temporadas en el orden que les diese la gana y todas esas guarradas que tenemos que soportar los espectadores españoles (un ejemplo actual, el caso de Broadchurch en Antena 3) era algo que no iba a consentir. Nanay, nada de nada, ni harto' vino.
Por todas esas razones que os he resumido rápidamente, debéis entender que mis circunstancias personales han influido mucho en mi visión de la serie, convirtiéndola en una ficción realmente especial que siempre recordaré con mucho cariño. Al margen de todo eso, creo que la decepción semi-generalizada que hubo con sus temporadas finales fue, como poco, exagerada. Es cierto que nunca pudieron igualar el nivel de la impresionante calidad que hubo en las primeras, pero eso no quiere decir que las últimas fueran infumables como dicen algunos. Mujeres Desesperadas se mantuvo muy digna hasta el final, algo de lo que muchas series (hola, Dexter) realmente no pueden presumir.
'Mujeres Desesperadas' es única en su especie
Podría decir que 'Mujeres Desesperadas' fue una serie totalmente rompedora en el 2004, pero lo cierto es que aún hoy en día, en el 2014, lo sigue siendo. Se trata de una serie que protagonizan mujeres amas de casa, en su mayoría con mocosos a su cargo. El planteamiento no es nada especial; lo que la hace singular es la forma en que lo tratan. El comienzo de la serie ejemplificaba perfectamente lo que estaba por venir: grandes dosis de humor negro con un telón engañosamente idílico de fondo. Mary Alice Young, nuestra narradora de suave y atrayente vocecilla, comenzaba un día como otro cualquiera con su rutina del hogar hasta que decidía volarse los sesos con un revolver.
Ha sido precisamente ese humor negro, tan arriesgado conceptualmente, lo que hizo de 'Mujeres Desesperadas' algo especial. Momentos como el de "Danielle Van de Kamp se ha intentado suicidar con una cuchara" ya han pasado a la historia de la televisión. Esa dualidad entre humor negro y ternura, tan bien equilibrada en las primeras temporadas, junto con una crítica social muy aguda hacia la realidad de las mujeres amas de casa fue algo en lo que nadie, aún, ha podido superar a 'Mujeres Desesperadas'.
Bree Van de Kamp, la desesperada que ha pasado a la Historia de la TV
Es evidente que cada espectador puede tener a su desesperada favorita, pero lo que creo que es indudable es que la desesperada que más ha llamado la atención, la más arriesgada y una de las que más evoluciona a lo largo de la serie es Bree Van de Kamp, una republicana clasista y anticuada que duerme con una escopeta bajo su cama. Todo en ella, desde sus sonrisas hipócritas hasta su característico peinado rojo en doble punta, ha sido brillante. No obstante, tampoco podemos olvidar a Lynette, una de las desesperadas que más corazón ha tenido (gracias a la enorme interpretación de Felicity Huffman, una de las mejores actrices), a Gaby, la más divertida y tierna a ratos, a Susan, que fue todo un adorable coñazo, a Edie, que ya desde el principio nos ganó con su "hola Mike, te traigo salchichas a la putanesca" y, por supuesto, a Karen, que ha sido la auténtica quinta desesperada. Katherine y Renee, si bien tuvieron grandes momentos, nunca pudieron llegar a la altura de las demás, quizá por falta de tiempo.
¿Y qué decir de la pérdida de calidad de las últimas temporadas? Pues que es verdad, salta a la vista. La sexta temporada, en especial, fue bastante floja. Sin embargo, creo que la serie se ha conservado muy bien, dándonos regularmente grandísimos episodios (en CineTelevisión.COM recopilo una lista de los 10 mejores) que el público y los Emmy nunca supieron apreciar. Las desesperadas, de ser el último grito de los Emmy, pasaron a ser las grandes ignoradas. La excepción fue la nominación al Emmy de carácter póstumo a Kathryn Joosten, la actriz de Karen, que falleció de cáncer poco después de acabar la serie y que, sin embargo, perdió en favor de una actriz de Modern Family.
Aún y con todo, a pesar de esa pérdida de calidad del tramo final, siempre recordaré a Mujeres Desesperadas como una de las mejores series que he visto. Y ojo, lo dice alguien que ve The Good Wife Los grandes momentos son tantos, y tan grandes, que compensan los bajones, y con creces.
Felicidades por esos 10 añazos. Ay, que me emociono.
Isidro López (@Drolope)