Revista Cultura y Ocio

Mujeres disonantes

Publicado el 08 marzo 2017 por María Bertoni

“Sé bella y callate”. La legendaria frase que resume uno de los mandatos patriarcales más resistentes al paso del tiempo nació hace más de medio siglo en Francia, de la mano del cine y la música. De hecho, fue título de esta comedia que Marc Allégret filmó en el invierno boreal de 1957-1958, y de esta canción que Serge Gainsbourg presentó en sociedad dos años después.

Es más bien romanticón el guión que Roger Vadim escribió para Brigitte Bardot, pero que terminó en manos de la actriz protagónica Mylène Demongeot. En cambio los versos* del cantautor parisino ayudan a desarticular la retórica machista que dicta el deber ser femenino a partir de un biologicismo rudimentario.

Si la naturaleza sabia, rectora, normalizadora les dio voz a todos los animales, entonces la orden de callar a las mujeres proviene de otro lado. La lógica es tan simple como efectiva a la hora de descubrir el mandato sociocultural detrás de la fachada de lo natural, lo debido, lo correcto.

Las activistas feministas reconocieron esta estrategia discursiva décadas antes del lanzamiento de aquella canción. Sois belle et tais-toi les resultó muy útil para llamar la atención de las congéneres desprevenidas y para subrayar la relación entre los dos mandatos: es disonante la mujer considerada fea; es fea la mujer verborrágica, ruidosa, protestona, indiscreta.

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Lejos de la Francia de los incipientes años ’60, una buena porción de argentinos y argentinas sigue pensando en 2017 que la mujer debe esmerarse en por lo menos parecer linda y discreta. A estos conciudadanos les resultan particularmente indigestos los días como los tres primeros de esta semana, con tanta señora y señorita desobediente, decidida no sólo a expresarse sino a hacerlo de viva voz, de manera colectiva y en la vía pública.

Si el paro nacional que los gremios docentes realizaron entre ayer y antes de ayer consiguió una adhesión representativa de la cantidad de personal de establecimientos educativos que el Ministerio de Educación de la Nación censó en 2014, entonces vale imaginar que en las calles de nuestro país se reprodujo la proporción de educadoras mujeres (75.7 por ciento) y educadores varones (22.7) relevada en aquel recuento oficial.

Esa abrumadora mayoría da lugar a una cifra contundente cuando se le suma la cantidad de trabajadoras de otros gremios que ayer marcharon en respuesta a la concocatoria de la CGT, y la cantidad de mujeres de toda condición laboral que hoy pararán y también marcharán para volver a reclamar políticas públicas concretas contra las distintas formas de violencia misógina.

En total desacato al imperativo que exige silencio, cada vez más argentinas ganan la calle y conforman un sujeto político cuya voz traspasa nuestras fronteras. A eso le temen sus compatriotas con mentalidad machista que siguen defendiendo la idea de que el silencio y cierto estereotipo de belleza individual son bastiones de una sociedad ordenada, sana, normal.

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* Traducción de Espectadores

La paloma arrulla, el gorrión pía.
Cacarea la gallina, vozna la urraca.
El camello solloza y el búho chuchea.
Ruge la pantera y gruye la grulla.
Vos, vos, vos, vos, sé bella y callate.

El elefante barrita, la yegua relincha.
Ulula la lechuza, bala la oveja.
El sapo croa, pipía el pollito.
El cuervo grajea, crocita el arrendajo.
Vos, vos, vos, vos, sé bella y callate.

El ciervo brama, el asno rebuzna, el león ruge.
Grazna el pato, el toro muge.
El pavo gluglutea y vocea el pavo real.
La codorniz grita, silba la serpiente.
Vos, vos, vos, vos, sé bella y callate.

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Dos aclaraciones importantes
1) El título Sois belle et tais-toi suena a derivación del verso “Sé encantadora y callate” (“Sois charmante et tais-toi“) del Soneto de Otoño que Charles Baudelaire publicó a mediados del siglo XIX en Las flores del mal.


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