Revista Coaching

Mujeres sobrantes

Por Soniavaliente @soniavaliente_

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En unos días, concretamente el 31 de enero, se celebra el año nuevo chino y entraremos en el año del Caballo. Un año donde, según los orientales, habrá estabilidad, energía y optimismo. Que buena falta hace. Salida de un año y entrada en otro que se aprovecha para reuniones familiares, manjares especiales y todo tipo de celebraciones entre la comunidad china. Vamos, como aquí. Sólo que con más presión. Riánse de las preguntas de su abuela o de su tía la del pueblo preguntándole a la treintañera independiente de turno si ya tiene fecha para pasar por el altar. O si ya se ha engañado a algún incauto, reproducirse para cuándo. Que el arroz va a quedarse más pegado que el de la primavera recalentada de algunos restaurantes.

Porque en China, la presión es asfixiante. No basta con tener estudios, idiomas, una brillante trayectoria profesional. Y ser mona, si le apuran. Una puede ser pluscuamperfecta pero sin un hombre al lado, en esa sociedad tradicional e intransigente, una mujer con más de 30 está incompleta. Como una muñeca rota. Mujeres sobrantes se les llama. Como a las croquetas del cocido. Que se elaboran con las sobras del puchero. Las sobras de las sobras. Pues qué quieren que les diga. Algunos alimentos cogen más cuerpo y sabor después de pasar por varias manos. Y enfriarse. Y recalentarse en segundos para volver a ser paladeadas. Lástima de gourmets.

Mujeres sobrantes

Algunas mujeres están tan desesperadas por aparentar ser quienes supuestamente son que recurren a novios de alquiler. Como lo oyen. Incluso existen agencias especializadas que por unos 200 dólares a la semana –el salario mínimo interprofesional en China- le cuelgan a una del brazo del yerno ideal.

No importa que sea mentira. Que sea un amor de pega. Lo que sea por no ser una paria social, una mujer sobrante. Sentirse querida, arropada, aceptada por la manada. Con un chulazo en alquiler. Sin opción a compra.


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