Si se crean un millón de empresarios y cada uno de ellos crea a su vez otros tres puestos de trabajo, tendremos un total de tres millones de empleos y un millón más de pequeños empresarios, esos sobre los que antaño recaía la responsabilidad de ser el motor de la economía productiva. Pero los bancos cerraron el grifo y, en pleno proceso de cambio de ancho de vía, la locomotora quedó estancada esperando un cambio de ejes que no ha llegado nunca. El cálculo de González Pons, que demuestra un vasto conocimiento de la tabla del 1, entra de lleno en la retórica simplona de campaña electoral porque parece fácil. ¿O no? No lo debe ser tanto cuando desde el PP han hecho caso omiso de este cálculo biliar, lo que tiene su aquel teniendo en cuenta que lo ha dicho su portavoz. En su lugar, han mirado a Cuenca, ciudad recurrente en estas ocasiones, seguramente por estar encantada al igual que los líderes del PP de conocerse.
A las 7,20 h., el 43% de los votantes se lo creía (Fuente: El Mundo)
No será porque no haya ofertas de empleo. La NASA anda escasa de viajeros espaciales, sin duda desilusionados por el fin del programa de transbordadores. Sus responsables de Recursos Humanos deberían darse una vuelta por aquí y poner a algunos en órbita.
