Don Mancini y Tom Holland nos trajeron hace mas de 30 años un personaje de esos que quedan y marcan de por vida. Los terrores infantiles se veían reflejados en ese pequeño y diabólico muñeco de nombre “Chucky”. Es difícil que un nombre se asocie tan rápidamente con una forma de ser. Cuando oímos el nombre de este muñeco, cuando alguien tiene ese mote… todos rápidamente asociamos el porqué. Es por ello por lo que, Muñeco Diabólico (1988) ha tenido posteriormente más de cinco secuelas y ahora, por fin, llega su ansiado remake.

Todo esto podría conducir a un retrato terrorífico sobre las tecnologías y las pesadillas infantiles, pero la película decide tomar el camino mas del humor negro y la risa autorreferencial. Lars Klevberg, encargado de esta nueva aventura, director del reconocido corto Polaroid (2015) y su posterior y fracasada adaptación al largometraje, decide aferrarse más a los últimos Chucky, o algo como el de esa gamberrada de La novia de Chucky (1998, Ronny Yu). Es una vuelta de tuerca que proporciona momentos de diversión y grandes risas, pero que se queda a medio camino, con una historia que al no apartarse 100% de los márgenes, se llega a hacer repetitiva. También se echa de menos algo de esa inocencia de la original, que aquí se transforma en producto corporativo, mas prefabricado y faltó de alma que la original.

Es por todo ello que la película va sufriendo de cierto desgaste según avanza el metraje y la sensación final es de un divertimento que no llega a marcar mucho más. De todos modos, aquellos fans del gore y la comedia de terror tienen aquí un producto con el que poder disfrutar este verano. Las escenas de asesinatos son mucho mas salvajes que en la original, y el tercer acto se convierte en un festival de violencia alocado, que encontrará bastante aceptación en un público que busque ese sin sentido burlón.
En definitiva, Muñeco diabólico (2019) es un filme que decide cambiar el terror por humor gamberro, y que se adapta a esa gala de remakes ochenteros tan de moda, introduciendo incluso al grupo de niños cercano a las actuales IT o Stranger Things. No logra engatusar, incluso a momentos se hace algo pesada y repetitiva, pero al menos ofrece esas grandes dosis de sangre y absurdidad, que pueden recompensar que uno acuda a pasar un rato a la sala de cine, si es con amigos, mejor que mejor. Eso sí, si esto es o no el inicio de una nueva saga de Chucky, es algo que el tiempo dirá. Opciones, sin duda, tienen para ello.
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- ##check## Lo bueno
- La nueva vuelta de tuerca tecnológica.
Que sea una gamberrada sin mucha más ambición que esa. - ##times## Lo malo
- La perdida de inocencia y magia ochentera de la original.
Se hace bastante repetitiva para su corta duración.
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- Ambientación 6.0
- Una ambientación escasa en escenarios, pero suficiente para la historia que se nos narra.
- Desarrollo de Personajes 6.0
- El desarrollo es un poco inexistente, excepto en Chucky, que resulta bastante divertido.
- Argumento / Guión 5.5
- Una vuelta de tuerca a la original, incluyendo nuevas tecnologías y bastante mas humor. No es nada del otro mundo, pero con el tercer acto algo mejora.
- Banda / Sonora 7.0
- Bastante buena, sobre todo la canción original, que resulta entre terrorífica y graciosa.
- Entretenimiento 6.5
- Es entretenida, aunque en ocasiones se vuelve demasiado repetitiva.
- Montaje / Innovación técnica 6.0
- El montaje funciona y la innovación en la recreación del muñeco supone un gran avance respecto a otras secuelas de la saga.
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- Puntuación Total 6.5 / 10
Fuente Imágenes: Vértigo Films