"Muñecos infernales es una película de notable alto y cine en estado puro"
Decir que Tod Browning es uno de los directores que está por derecho propio ocupando un puesto de privilegio en la historia del cine creo que no puede sorprender a nadie, así mismo reconocer que su nombre está indisolublemente ligado a unas cuantas películas en concreto y que el resto de su trabajo es menos conocido no es faltar a la realidad. La película que hoy ocupa nuestro tiempo es una pequeña pero grandiosa obra, Muñecos Infernales acumula en sus 78 minutos de duración todas las virtudes de este director y a día de hoy sigue siendo una delicatessen para todos los aficionados al séptimo arte. Basándose en el relato ¡Arde, Bruja, Arde! / Burn, Witch, Burn! de Abraham Merritt, (publicado en España por Anaya en su colección Ultima Thule), Browning junto a Guy Endore y Garrett Fort crearon un guión, muy cercano al libro, en el cual gracias a cierto tipo de magia negra, un fugado de un penal puede ver satisfechas sus ánsias de venganza para poco después suicidarse. La censura imperante consideró inapropiada la utilización de la magia negra y el suicidio en el argumento, por lo que Browning y su equipo (con alguna ayuda extra, entre ellos Erich von Stroheim) se vieron forzados a cambiar partes del guión, eliminando todos los elementos molestos e inventándose un concepto más científico y un final más al uso, sin embargo los cambios no variaban para nada todo el nudo argumental.
La historia resultante se transformó en película y antes de seguir con el artículo prefiero hacer un pequeño esbozo de la misma:
Paul Lavond (Lionel Barrymore), un banquero que cumple cadena perpetua por una acusación falsa de sus tres socios, y Marcell (Henry B. Watlhall) logran escapar del penal de la Isla del Diablo. Marcel (un científico brillante pero trastornado) conduce a su amigo hasta la casa donde se encuentra su mujer Malita (Rafaela Ottiano), que ha seguido con los experimentos de su marido durante esos años. Una vez en el lugar, Lavond descubre asombrado que el propósito de los experimentos es reducir el tamaño de los seres vivos (tanto animales como personas), una vez reducidos quedan a merced de su creador, ya que, a pesar de estar vivos, el proceso de miniaturización destruye sus cerebros y por consiguiente carecen de voluntad, necesitando la concentración de su creador para realizar cualquier tipo de actividad. Marcel muere durante el último experimento y Lavon convence a Malita para trasladarse a París. Una vez en la ciudad Lavon, disfrazado de anciana, inicia los preparativos para llevar a cabo su venganza.
Como podéis observar los elementos que unen el film son clásicos: drama, terror y venganza, todos ellos sabiamente condimentados con travestismo y seres extraños (los humanos diminutos) siendo todos muy del gusto de Browning. Con semejante material entre las manos no es de extrañar que el resultado final fuera muy bueno. Toda la trama, que en manos de otro director podía haber sido sumamente ridícula, adquiere en esta ocasión un tono amenazador y verdaderamente bizarro a la vez que inmensamente humano, puesto que el realizador se ocupa de que el protagonista sea capaz del odio más extremo pero también del amor más puro sin pedir nada a cambio, dualidad que hace creíble al personaje y al argumento. Es este planteamiento el que otorga al film un aire único, pero no habría bastado si no hubiera un actor capaz de transmitir semejante crisol de emociones, por suerte Lionel Barrymore cumple con creces (a veces parece un clon del gran Lon Chaney) llevando en perfecta comunión con el realizador toda la trama de la película y consiguiendo una complicidad con el espectador que evita que la película decaiga en ningún momento.
El resto de actores está correcto (hombre, alguna sobreactuación hay, pero no es importante), siendo la actriz Rafaela Ottiano, en su papel de Malita, la que más resalta, pues su personaje es el contrapunto de locura necesario para apoyar la interpretación de Lionel. También me gustaría mencionar la aparición de Maureen O'Sullivan (la novia de Tarzán) interpretando a la hija de Lavond, siendo su papel el menos conseguido (demasiado lacrimógeno).
Por otro lado tengo que citar las escenas que, indudablemente, quedan grabadas en la retina del espectador, me refiero a las secuencias con los humanos miniaturizados, Browning consigue momentos verdaderamente atmosféricos, casi asfixiantes, que provocan una creciente inquietud y una sensación de miedo absolutamente magistral, los ataques de esos seres (con sus pequeños estiletes emponzoñados) han pasado a los anales de la historia del cine de terror, y no es para menos.
En el apartado de efectos visuales la labor del equipo técnico es brillante, casi mágico si tenemos en cuenta la época en que está rodado. Con escenarios gigantescos, transparencias y sobreimpresiones consiguen en todo momento apoyar la narración y hacer creíble los sucesos que en ella ocurren. Un trabajo de maestros.
Muñecos infernales fue un relativo fracaso en taquilla, la diferencia entre lo invertido (sobre los 400.000 $) y lo recaudado (68.000 $ de beneficio) dejó un margen mínimo que no satisfizo nada a la productora y acrecentó aún más la mala fama de Browning en relación a la comercialidad de sus obras. Siempre es curiosa la reacción del público, pues productos que no se apreciaron en su momento, años después, una vez fallecido su creador, se convierten en auténticas joyas y su valor se revaloriza hasta límites insospechados; un caso patente de esta dicotomía es La parada de los monstruos / Freaks (1932) que de ser repudiada ha pasado a ser considerada una de las obras maestras totales y absolutas del séptimo arte. Quién se lo iba a decir al pobre de Tod.
Bueno, Muñecos infernales es una película de notable alto y super recomendable para cualquier seguidor del cine en toda su extensión, sin entrar en preferencias de género ni demás parámetros, cine en estado puro que no es poco ¿verdad?
Pronto le dedicaré a este maestro una serie de artículos, pues la verdad, su carrera es verdaderamente fascinante. Podéis ver el tráiler en nuestro canal de Youtube:
The Devil Doll
A disfrutar que son cuatro días mal contados. Un saludo.