Desde hace varios años suelo viajar con cierta asiduidad a la Región de Murcia, máxime desde que mi despacho se convirtió en la Asesoría Jurídica de AOTEC, cuya presidencia obstenta Tele Cartagena.
En este último viaje, relámpago como suele ocurrir en los últimos tiempos, me acompañó mi socia y amiga Cristina y como quiera que las más de cinco horas de trayecto Madrid-Murcia-Cartagena en Altaria y las mismas de viaje de vuelta, dan para mucho, unido al hecho de que ambos somos de lengua suelta, ella me confesó que parte de su familia vivía en tierras murcianas.
Fue Cristina quien me recordó que en Murcia se celebraba la fiesta de la primavera y que fruto de la misma, una cadena de televisión, creo que Tele5, celebraba su programa especial “Murcia, ¡qué bonita eres!”. Yo le decía que siempre había tenido cierto cachondeito con este eslogan, pues por la forma de hablar de los murcianos, debería decirse “Murcia, ¡qué bonica eres!“.
El caso es que esta fiesta se celebra para dar la bienvenida a la primavera y por tanto después de la Semana Santa que en Murcia alcanza unos valores cuasi-místicos y en especial en Cartagena, cuya Semana Santa Cartagenera no tiene nada que envidiar a la sevillana.
Me llama poderosamente la atención que una “fiesta” con un altísimo contenido religioso, obviamente Católico, Apostólico y Romano sea seguida de una fiesta eminentemente pagana y en definitiva sea celebrada con tanta devoción como la primera.
Dentro del altísimo respeto que siento por quien profesa la fé católica, como el que siento por cualquier tipo de creencia y sin ánimo de ofender a nadie, me pregunto cuántos de los seguidores de ambas fiestas son realmente conscientes de que por sus orígenes, ambas son diamentralmente opuestas e incompatibles. Máxime cuando en la primera supuestamente se celebra la muerte y resurección del llamado Hijo del Hombre y en la segunda es un motivo de alegría constante pues en sus orígenes lo que se celebraba realmente era el fin del invierno y el inicio de la siembra, que se agradecía al Dios correspondiente.
Politeismo versus monoteismo, incoherencia en definitiva. Como ese pedazo de cartel que te encuentras en la Ronda de Murcia Capital clamando “Agua para todos” y apenas 10 kilómetros después, te topas con grandiosos campos de golf. Pero bueno, esa es otra historia de la que opinaré en otro momento …
Pero bueno, en realidad lo que yo quería contarles es que Murcia … ¡está muy lejos! ¡Y no les hablo ya de Cartagena! Y que creo que ya va siendo hora de que los poderes públicos hagan llegar el tren de alta velocidad hasta estas tierras, pues no considero de recibo que desde Madrid se tarde el mismo tiempo en coche que con la línea ferroviaria actual.
¿Cómo quieren fomentar el uso del transporte público si este se presenta como cinco horas de viaje sin posibilidad de fumeque si la alternativa es el transporte privado fumando y tirándote pedos con total libertad?
Pues eso.
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