Revista Arte
Muro rosa. Collage 30 X 42 Cms.
I
Emerge del sueño confusa, no sabe si ha soñado el impacto o si se trata de un simple accidente... Un segundo impacto lo estremece todo, incluso sus vísceras... La ferocidad de cada nuevo golpe va cambiando la atmósfera que se torna irrespirable por causa del serrín de esmalte que se desprende de las paredes y el techo..., ya no se puede abrir los ojos y las retumbantes vibraciones desequilibran el tino... Una primera hendedura surge en la pared, y se agranda sucesivamente hasta que la luz y el aire se abren paso hacia el interior, cristalizando parte de sus tejidos en un crepitar oloroso a chamusquina... Enmudece por el dolor y se repliega sobre sí misma obstinada en permanecer... Nuevas brechas aparecen, acentuándose tras los estruendos, develadas por las cortinas de polvo que caen después de cada derrumbe... Cree enloquecer, y en un arranque de coraje decide salir fuera precipitando, de una vez, los acontecimientos al parecer inevitables... El más profundo eco palpita en toda la estructura y emerge intermitente, llamándola... Se arrolla, lanzándose a las vueltas interminables y descendentes de la espiral cónica...; extiende alternativamente las extremidades, marcando en las paredes los diferentes compases de cada nuevo giro... Se adentra en el silencio y la oscuridad hasta que sus llagas comienzan a sentir el alivio que les produce la sabia aplicación de cristalinas viscosidades secretas... Las paredes circulares van reduciendo cada vez más su diámetro hasta que el avance le resulta imposible...
II
La mujer que me mira desde el otro lado del espejo parece que lo hace flotando frente a una ventana abierta al vacío... no la reconozco en el brillo del vidrio... deben ser los restos humanos de aquel huracán que me ha arrastrado hasta esta remota orilla... supongo que sea yo, ahora... Sí, recompongo mi cartografía con una brújula diferente que deje de marcar solo al sur de los abismos...
... Al pairo en aquel mar de los retornos infinitos en perfectos círculos... caminando sobre el agua, oscura; con esos aún sueños persiguiéndome... busco, desde el otro lado, el espejo que tengo delante, ahora, para retornar desde mí misma, la distante.
La otra mujer, la del espejo, saca la mano y me acaricia la cara con ternura... entonces me veo en ella... en mí misma... en esa mujer que aún soy en ambos lados del marco...
(Collage literario de Short Stories/Testimonios que pudieran pertenecer a cualquier mujer, a cualquier hora de una calle, en una ciudad cualquiera...)