Revista Coaching

Murphy y los abogados

Por Falcaide @falcaide
Murphy y los abogadosHace ya algún tiempo publicamos un post que llevaba por título: De abogados. Eran anécdotas y chistes variopintos sobre la profesión, que sabemos que da para mucho… Por ejemplo: Un respetable Profesor de Derecho le dice a sus alumnos: "Recuerden muchachos, lo más importante cuando se es abogado es saber que algunos casos se ganan y otros se pierden... pero en todos se cobra".
Se suele decir que “los problemas con los chistes de abogados es que los abogados no consideran que sean graciosos y que otras personas no consideran que sean chistes”...
El otro día hablábamos de algunas Leyes de Murphy para trabajadores, y ahora apuntamos algunas Leyes más en este caso aplicables a los abogados. Como siempre, no es fácil aguntar la risa:
Ley de Griffin: Si no fuera por los abogados no necesitaría abogados.
Ley de Bersani: Si un abogado le dice: cobro mucho… créale.
Ley de Oppenheimer: La ignorancia de la ley no impide que el abogado que ha perdido un pleito cobre la minuta.
Ley de Dalton: Un mal abogado puede hacer que un caso se alargue durante años; un buen abogado lo puede alargar eternamente.
Principio de Jefferson: La profesión de abogado consiste en preguntar todo, no producir nada y hablar durante horas.
Ley de G. David: Lo importante no es ganar… hasta que se pierde.
Ley de Spencer sobre la Ley: Cualquier abogado puede presentar un alegato si se le proporcionan hechos suficientes; un buen abogado puede presentar un alegato sin medios suficientes; un abogado perfecto puede actuar en la más perfecta ignorancia.
Ley del debate: Nunca discuta con un tonto, puede que nadie note la diferencia.
Reglas de Spark para abogados:

– Primero: esfuércese por tener siempre un aspecto impecable.
– Segundo: hable con autoridad pero sólo de hechos evidentes y comprobados.
– Tercero: escuche como los demás discuten el problema. Ataque entonces un asunto trivial y apabulle a los otros.
– Cuarto: si un subordinado le hace una pregunta inoportuna, mírelo como si se hubiera vuelto loco. Cuando dirija la vista al suelo, hágale a él la misma pregunta con otras palabras.
– Quinto: cuando salga del despacho, camine con rapidez. Esto reduce al máximo las preguntas de subordinados y superiores.
– Sexto: Mantenga siempre cerrada la puerta de su despacho. Esto hará que sus visitantes se pongan a la defensiva o piense que usted está en una reunión importante.
Ley de J. J.: Es muy poco probable que el interés de su abogado sea real.
Ley de Mcdonell: Nunca permita que su abogado se entere de cuánto dinero tiene.

Volver a la Portada de Logo Paperblog