Escrito por el Arqueologo Jesus Martin
No sabéis lo que nos gusta que este blog vaya creciendo poco a poco gracias a todos vosotros. Nos encanta leer cada uno de vuestros comentarios. Y eso, día a día, semana a semana, nos anima a continuar en este proyecto.
Hoy, nos encontramos haciendo un seguimiento arqueológico en el Puerto de Santa María. ¡Nuestra primera obra en Cádiz!
Hemos aprovechado y cuando hemos acabado nos hemos acercado a la capital. A patear sus calles…Y te contamos lo que nos ha parecido en este nuevo artículo ¿nos acompañas?
LA CIUDAD
Es un delito, lo sé. Yo, que soy 50% andaluz, que me conozco casi toda Andalucía, que he vivido durante muchos años en Estepona (y no en un ático como otros) no había puesto mis pies de arqueólogo en Cádiz.
Bueno es un poco mentira porque si la conocía, pero tenía un recuerdo borroso: Fue cuando no cumplía ni los 10 años y vine con mis padres a unos carnavales. Entonces no me gustó, pero eso es otra historia.
Y mirar por donde, en este pasado mes de Febrero la he visitado dos veces: una por ocio y otra por trabajo.
LOS CARNAVALES
No es la intención de este post contaros lo bien que nos lo pasamos durante el primer fin de semana de los carnavales de 2016. Pero me apetecía que os pudierais asomar a nuestra experiencia y además daros un poco de envidia
Sino los conocéis os aconsejo que vayáis. Es una fiesta muy diferente a todas a las que estamos acostumbrados. La música puede vivirse en cada rincón y es una experiencia realmente única e inolvidable. Además si lo que te va es el turismo gastronómico, creeme, también los carnavales pueden disfrutarse de esta manera.(Y si no me crees, échale un vistazo a la foto de abajo).
Puesto de Marisco en las Calles de Cádiz
Pero Cádiz merece mucho más que sus famosos carnavales. Hoy, último día de Febrero bisiesto, con un sol invernal, pasear por las calles de su casco histórico son una delicia para cualquier paseante, amante de la historia y la arqueología.
Dejaros llevar y perderos por sus estrechas calles y plazas, muchas de ellas peatonales, donde apenas hay coches: Plaza de la Mina, La Caleta, Castillo de San Sebastián, Plaza de la Catedral, Barrios de La Viña o de El Populo, la llamada Plaza de las Flores, el Mercado, sus murallas…incluso la facultad de letras, un sin fin de lugares. Se respira autenticidad y armonía.
MUSEO DE CÁDIZ
Pero si no os es suficiente, pasear por esta monumental ciudad, podéis acercaros al Museo de Cádiz. Está localizado en la Plaza de la Mina (de la que hemos hablado antes).
El Museo está ubicado en un edificio tardoneoclásico, diseñado por el arquitecto Juan Daura en 1838 rehabilitando una zona del desamortizado Convento de San Francisco. De hecho la actual Plaza de la Mina fue en su momento, huerta del monasterio.
Entrada al Museo de Cádiz
En 1887, tras el hallazgo del sarcófago antropoide masculino (que podéis ver en la foto), comienzan en Cádiz numerosas intervenciones arqueológicas que darán lugar poco tiempo después al Museo Arqueológico.
Aunque el Museo de Cádiz está dividido en tres partes, nosotros sólo visitamos la planta inferior, esto es, la dedicada a la arqueología.
En lo que respecta a la arqueología, es un Museo clásico y de pequeñas dimensiones para lo que es una ciudad tan importante a nivel arqueológico como es Cádiz.
Resulta algo anticuado en su forma de transmitir la información histórica siendo, bajo nuestro punto de vista, claramente insuficiente el aporte gráfico: sólo dos mapas y muy pocos vídeos.
Sala I del Museo de Cádiz
La sala más grande es la dedicada al mundo romano (Sala III), con sus grandes estatuas de Baelo Claudia y de Medina Sidonia. Al fondo un pequeño espacio, reformado, dedicado al comercio con los diferentes tipos de ánforas (Sala V).
Curiosamente la más pequeña (Sala VIII) es en la que se encuentra lo poco escogido para representar el mundo islámico, claramente insuficiente.
La sala más impactante, por sus piezas, es la dedicada al mundo de las colonizaciones. Vajillas fenicias; estatuas en piedra fenicias; perfumario del templo dedicado a la Diosa Astarté, único en la Península Ibérica y estatuas de bronce de Melkar; Terracotas de la Diosa Astarté recuperadas en la calle Juan Ramón Jiménez y un largo etc.
Estatua en Piedra Ostionera Fenicia
En el centro de esta sala, los dos sarcófagos de piedra del siglo V a.C. Puestos el uno al lado del otro, uno, el masculino, descubierto en 1887 y otro, el femenino, en 1980.
Creemos que es un Museo pequeño que no refleja la importancia arqueológica que tiene esta monumental ciudad.
PARA ACABAR UN HISTORIA DE LO MÁS CURIOSA
Estando de visita en el Museo de Cádiz, escribí un tweet mencionando a la cuenta del propio Museo. Una vez terminada nuestra visita, me escribieron que les encantaría conocernos y que si aún seguíamos allí. Por desgracia no era así y por ello pensé que era una buena idea ir al día siguiente a conocernos en persona.
Aunque breve, pudimos conocer a Jose y a una de sus compañeras, responsables de la difusión del Museo. Son ellos los encargados de las Redes Sociales del Museo y de las visitas guiadas. Todo en uno. Y son gente encantadora.
El poco tiempo que hemos podido disfrutar con ellos (tenían justo una visita programada casi a la misma hora en la que hemos llegado), nos han contado que están reformando el Museo poco a poco, trabajando día a día para mejorarlo.
También nos han contado una historia increíble que quiero reproducir aquí porque pienso que merece la pena.
Sarcófagos de Mármol
Todo comienza con el hallazgo “casual” del sarcófago masculino en 1887 en Punta de la Vaca. A partir de esa fecha, atracan en Cádiz numerosos estudiosos con el fin de encontrar más sarcófagos de este tipo, entre ellos Pierre París, el de la Dama de Elche.
Pero el que más tiempo dedicó a la búsqueda de nuevos sarcófagos, obsesionado con la idea de la pareja femenina del mismo, fue Pelayo Quintero, natural de Uclés, Cuenca y quien había estudiado además de Derecho, la carrera de Archivero Anticuario Bibiotecario.
Murió Don Pelayo en Tetuán en 1946 sin haber logrado su objetivo.
No fue hasta 1980 cuando durante un vaciado de tierras se localiza el segundo sarcófago (el de la mujer) donde previamente, el arqueólogo Ramón Corzo, había estado haciendo una serie de catas.
Y, aquí viene lo curioso de la historia, justo en los terrenos que pertenecieron a Don Pelayo Quintero. Si amigos, había buscado por toda Cádiz su querido sarcófago y lo tenía justo debajo, donde se asentaba su casa, en Puerta de Tierra.