Museo de Semana Santa © Fernando Guerra 2011
Un volumen de hormigón blanco tallado por la luz envuelve un recorrido sinuoso entre los pasos de Semana Santa. Estos se encuentran colocados sobre unos grandes pedestales de madera que a su vez organizan el espacio y alojan algunas vitrinas. De esta manera, inversa a lo que sucede en las calles, es el espectador el que procesiona entre las imágenes que permanecen estáticas y va descubriéndolas desde distintas perspectivas. De la antigua casa del conde, cuyo solar ocupa el museo, se conserva la fachada principal, con sus pinturas restauradas y su volumen demolido es transformado en luz, que inunda el espacio tamizada a través de una nueva piel de u-glass y trámex. La adecuación a la escala del entorno, formado por estrechas callejuelas con fuertes desniveles, obliga al edificio a escalonarse y abrirse mediante patios que fragmentan el volumen, dejan pasar la luz y posibilitan vistas diagonales de manera selectiva.
fuente: Exit architects