Viendo la adoración que experimentan algunos videojuegos por parte de niños y mayores no nos extraña la noticia de que se haya abierto un museo dedicado a los videojuegos en Berlín. Aunque la idea no es nueva, pues existen secciones de grandes museos dedicadas a este tema en otros países como Reino Unido o Estados Unidos, sí es cierto que hasta ahora no había un museo enteramente dedicado a este género.
La filosofía del museo es acercar el mundo de los videojuegos a todas las generaciones. Para ello dispone de más de trescientas obras que incluyen rarezas, juegos clásicos y obras de arte en torno al GameArt y las perfomance interactivas. Los visitantes viven un viaje a través del tiempo para todas las edades, que abarca a familias, escolares, adictos a los videojuegos, especialistas o simplemente curiosos.
Según su creador, Andreas Lange, de 46 años, el museo del videojuego de Berlín cuenta con “una de las colecciones más grandes del mundo, seguramente la más grande de Europa”, no en vano muestra al público un recorrido por los 50 años de historia del videojuego a través de 14.000 juegos, más de 2.000 tipos de hardware y 10.000 documentos.
El museo incluye diversas instalaciones entre las que destaca el “muro del hardware”, una colección de máquinas que han marcado historia en la evolución de los videojuegos con las primeras videoconsolas de los años 60. También está expuesto el primer videojuego automático producido en serie, la ComputerSpace, que funcionaba con monedas.
Otras instalaciones de este museo de los videojuegos interesantes son el simulador de 3D, un sistema de realidad virtual de 1994, que se ha podido restaurar gracias a la cooperación del departamento de Informática de la universidad Humboldt de Berlín; el joystick gigante (1977), cuyo tamaño obliga a interactuar con otros jugadores, lo que en su momento sirvió para demostrar que se pueden alcanzar nuevos sentidos de diversión manipulando el diseño del mando de los videojuegos, y por último la “estación del dolor”, que pone de manifiesto cuánto dolor es capaz de mantener el ser humano con tal de conseguir la victoria a través de una adaptación del clásico “Pong”, en la que al perder la pelota se sufre un castigo físico (calor, pequeña descarga eléctrica, etc.).
La odisea de Lange por tener un museo dedicado a los videojuegos se remonta a 1997, cuando abrió una galería en la que exponía videojuegos de su colección privada, sin embargo esta tuvo que cerrar en 2001 por problemas económicos. Esperemos que en esta ocasión su proyecto tenga más éxito, por lo menos ha empezado con buen pie y el actual museo del videojuego de Berlín cuenta con el respaldo del alcalde de la ciudad y de la Unión Europea.
Más información | Computerspiele Museum Berlin
Vía | msn tecnología