El día de hoy me tope con un post en el blog de Greg Sandow, donde se comentaba el resultado de una encuesta hecha por la revista Vanity Fair y el programa de TV llamado 60 minutes
En esta encuesta se preguntó a personas de los Estados Unidos cuál género musical, de entre 5 propuestos, encontraban más difícil de disfrutar. Los resultados se resumen en la pequeña tabla:
Lo cual llevó a Greg Sandow a la conclusión que se nota en el título de su post: La música clásica es fácil. Usted puede ver el post aquí.
La idea que Sandow sugiere es que la encuesta nos dice que en realidad la música clásica no parece poseer esa complejidad que los expertos y amantes le atribuyen. Y que claro, ya que el público no siente un mínimo reto al escuchar música clásica (no es difícil de disfrutar, según la encuesta), es por eso que no van a conciertos.
Como era de esperarse, estas ideas le merecieron una lluvia de comentarios en facebook. Las recriminaciones obvias fueron por supuesto: tomar tan en serio una encuesta hecha por una revista y no deducir que lo que la gente considera "clásico" era probablemente música de crossover (para relajación, para bebés, easy listening, etcétera).
Sin embargo, yo creo que el primer y único error de Sandow fue hacer una deducción arriesgada: que la "complejidad" es lo único que puede hacer que un género sea difícil de disfrutar.
Lo más probable es que la persona entrevistada al azar, piensa en "disfrutar música" como la música que pone de fondo para sus actividades diarias. Es obvio que es mucho más difícil trabajar con heavy metal que con música clásica, aún cuando no se comprenda la complejidad de ésta última. Yo creo que es evidente que la naturaleza tímbrica de estos "géneros" es lo que marca su "dificultad de disfrute". Pero en fin... ya habrán otros estudios.
Lo que si es cierto, y en cierta manera nos muestra la encuesta es que, muchos pensamos que las personas no aman a la música clásica porque no pueden con la complejidad; pero la verdad es que las personas no pueden identificar siquiera eso que llamamos "complejidad" o "riqueza". Necesitamos que escuchen y dejen solo de oír.