"Por eso viven tan poco las mariposas, porque la libertad no puede durar mucho tiempo, porque el tiempo es enemigo de la libertad. Vuestras propias actitudes os han hecho presas, como las palabras dichas y no dichas de toda una vida. Qué corta es la vida y qué largos son algunos días."
Siempre que visitamos el rinconcito de otros blogueros anotamos títulos, numerosos títulos. Unos nos llaman más la atención que otros. A veces los compramos, a veces los buscamos en la biblioteca o nos lo prestan, pero son tantos que acabamos dejando muchos por el camino. Este es uno de esos casos, un descarte. Pero ya sabemos que a veces es el libro el que te elige a ti, y eso es justo lo que ha pasado: lo descubrí gracias a Buscando mi equilibrio, anoté, descarté y finalmente el libro vino a mí, y no tengo palabras suficientes de agradecimiento, porque es una maravilla.
Conocemos a Elena, una mujer que se encuenta en el ocaso de su vida. Todo se acabó para ella cuando murió su marido Isidro. Desde entonces se pasa el día sentada tras la ventana observando lo que ocurre en la calle. Se encuentra a gusto en esa soledad en la que se ha instalado, una soledad que se ve interrumpida a veces por sus hijos que, preocupados, deciden contratar a una chica que le eche una mano y cuide de ella. Elena no quiere salir, se limita a pasar las horas mirando y pensando en las transformaciones que ha sufrido el barrio. Cada vez que algún vecino de su generación fallece, Elena siente que muere también un poco de ella misma, un poco de su historia en ese lugar que a lo largo del tiempo se ha ido adaptando y cambiando en consonancia con la actualidad.
El lector acompaña a la protagonista en ese discurrir de sus recuerdos y entonces va conociendo su vida, la niña que fue, sus primeras amistades, su primer amor, su amiga del alma, Carmen, que vive muy cerca y con la que lleva más de treinta años sin hablarse. Poco a poco nos adentraremos en su vida llena de recuerdos, secretos, ilusiones y decepciones propias del caminar por el destino.
Música en el aire es una joya intimista que me ha conmovido y emocionado, me ha envuelto en sus reflexiones, en su halo de nostalgia y en su estilo poético. En menos de doscientas páginas Karmele Jaio (Gasteiz,1970) nos introduce de lleno en la historia de una vida, en lo que fue y en lo que pudo haber sido, en las consecuencias del silencio y del orgullo. Una historia que va llegando a su fin y que se alterna con el presente, de la mano de unos hijos ya adultos que también tienen mucho que contar, y una joven cuidadora extranjera que viene a poner fin a esa apatía vital de Elena.
Sin lugar a dudas repetiré con la autora, y sin lugar a dudas este libro estará entre mis favoritos del año, porque es de los que permanecen en ti tras llegar a la última página, de los que llegan para quedarse, así que gracias de nuevo por ponerlo en mi camino.
Off topic: Cazando Estrellas se va de vacaciones, nos leemos a la vuelta. Gracias por estar :-)