¿Os imagináis bailar salsa sin música? No, ¿verdad? Está claro: cuando queremos bailar, una de las cosas más importantes es la música. Con ella nuestro cuerpo se fusiona con el de nuestra pareja y nos podemos mover al ritmo que suena.
¿Pero vale cualquier cosa? Desde luego que no: aunque el repertorio puede ser infinito, siempre dependerá del gusto personal o del tipo de salsa que se esté bailando, pues existen suficientes variedades y pasos como para que nos centremos exclusivamente en unas determinadas canciones.
Elegimos música para bailar salsa
Algunos consejos y recomendaciones para elegir canciones de Salsa:
• Evitar la sesión continua: y con sesión continua nos referimos a las canciones que van totalmente pegadas la una con la otra y en la que es difícil determinar cuando acaba una canción y cuando empieza la otra. Básicamente el principal problema que tienen estas sesiones es que al no estar marcado el cambio, entonces dificulta bastante el hecho de poder ir cambiando de parejas. Este hecho no es en sí un problema cuando se baila siempre con la misma, pero en algunos ejercicios de escuelas de baile, fiestas o eventos si se da, y puede llevar a alguna confusión.
• Evitar silencios musicales: si el anterior caso penalizaba las canciones seguidas, aquí en este segundo punto daremos énfasis a la importancia de que no hayan silencios muy largos entre canciones. Es decir: se debe notar la diferencia entre una canción y la otra, pero no debe cortar el rollo: con unos pocos segundos será más que suficiente. De hecho ya suele ser el espacio natural que hay entre canciones de un cd o bien cuando se activa la reproducción automática en un ordenador.
• No mezclar tipos: hay muchos tipos de salsa, y no es del todo recomendable mezclarlos entre ellos. Cierto es que la línea divisoria es muy fina y la mayoría de canciones sirven para varios tipos de baile a la vez, pero algunos muy evidentes es mejor separarlos. En algunos casos se puede hacer por etapas. Por ejemplo, empezar con un tipo durante media hora y después ir cambiando de estilos. Esto lo suelen hacer muchas discotecas y pubs musicales que no tienen sala diferenciada, y ponen un rato pop, luego otro rato dance, etc.
• No mezclar velocidades: muy ligado al punto anterior están las velocidades: hay algunos tipos de baile que requieren música con más ritmo, mientras que en otras ocasiones se deben buscar melodías más lentas. Tampoco es aconsejable mezclarlos en un breve espacio de tiempo, así no se rompe el ritmo de las personas que bailan.
Almacenamiento y reproducción
Las unidades de almacenamiento de música han ido variando a lo largo de los años. Si bien hace décadas lo más normal eran los discos de vinilo, ahora nos encontramos con multitud de opciones:
• CD – El más clásico y que pronto estará ya en vías de extinción. En un cd podemos poner un número muy limitado de canciones, pero para una sesión de baile de una hora y poco más nos puede servir.
• Pen drive: las unidades de memoria son una buena solución. Se conectan en un ordenador y según la capacidad que tenga se podrán almacenar decenas, centenares o incluso miles de canciones (existen discos duros portátiles muy bien de precio)
• Listas en línea: Internet ha revolucionado el mundo musical. Hoy en día basta con buscar una lista de reproducción en Youtube o en programas como Spotify y tener música al momento y separada por estilos. En el caso de Spotify se pueden crear listas compartidas y podéis ser varios los que la vayáis rellenando.
A continuación os comentamos algunas canciones que podrían servir para confeccionar una lista, aunque no debe tomarse al pie de la letra: como ya hemos dicho anteriormente, cada uno debe elegir según su estilo y sus gustos:
1. Tu volverás, de Víctor Manuelle
2. No Basta, de Marlon
3. De amor ya no se muere, de Charlie Cardona
4. Si te vas, de Marc Anthony
5. Pobre Corazón, de Divino
6. Loco de amor, de Jerry Rivera
7. Quién como tú, de José Alberto el Canario
8. Hacer el amor, de Héctor Tricoche
9. Yo Te Sigo Queriendo, de Saned Rivera
10. Quiero Dormir Cansado, de Viti Ruiz
Sirva pues, simplemente como base y ejemplo ¡y engrosad la lista tanto como os apetezca!