En 1980 Carlos Saura obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Berlín gracias a esta crónica de delincuencia juvenil, a las vivencias de un grupo de adolescentes, El Mini, El Meca, Ángela y El Sebas, que desde una barriada marginal de la capital de España inician una loca carrera pistola en mano al asalto de todo banco que se cruza en su camino. Una deriva vertiginosa de espaldas a la cruda realidad del único final que puede aguardarles a la vuelta de la esquina: una muerte tan segura y dolorosa como su impaciencia y su frustración.
Ambiente setentero, pantalones de campana, patillas, lenguaje cheli, vehículos que hoy son ya de colección y, como siempre en Saura, una cuidada banda sonora relacionada con la historia que se está contando. En ella destacan principalmente el flamenco y los aromas gitanos, como Ay que dolor, de Los Chunguitos, uno de los himnos populares de la época.