En 1987, la improbable pareja musical formada por el japonés Ryuichi Sakamoto y el británico David Byrne, junto al chino Cong Su, pusieron música a la monumental y larguísima epopeya en la que Bernardo Bertolucci narraba la historia de Pu Yi, El último emperador de China.
Uno de los mayores logros de la cinta, ganadora de nueve premios Oscar, incluido el de mejor banda sonora, es su tema principal, imposible de eludir ya para el imaginario colectivo cada vez que se evoca la historia reciente del “gigante dormido”.