Vale, vale, como director era un churro, y como actor quedó confinado y encasillado en un único papel relevante (aunque tiene otras estimables apariciones por ahí). Pero precisamente por eso es un icono del cine, una de las imágenes más reconocibles del siglo XX, y además el tío tenía el suficiente sentido del humor como para chotearse de sí mismo (y de algún socio) impunemente.
Bruno Mars, Lazy song. Cortesía de Francisco Machuca.
Y el choteo continúa: