Con la instalación de tres parques eólicos generadores de energía eléctrica en el país, el presidente busca ser recordado como incansable ambientalista, ya que no podrá ser “el presidente del empleo y de la seguridad pública” que prometió
Por Isela Serrano / Luces del Siglo
Cancún, Qna. Roo., a 14 de agosto de 2012.-En tierra del cozumeleño Pedro Joaquín Coldwell, líder nacional del PRI, el presidente Felipe Calderón Hinojosa acaricia el sueño de pasar a la Historia como el propulsor de un parque eólico que, a futuro, ahorrará energía eléctrica y reducirá las emisiones de bióxido de carbono.
Con ello, el Ejecutivo Federal pretende trascender como el “presidente ambientalista”, ya que difícilmente será recordado como “el presidente del turismo” o como “el presidente del empleo” que ofreció ser.
Su legado está anclado a la lucha contra los cárteles de la droga y una guerra sin tregua que facturó 70 mil muertos a lo largo y ancho del país, así como a su incapacidad para retener el poder del gobierno federal para el Partido Acción Nacional (PAN) otros seis años.Por eso en el último tramo de su mandato, Calderón Hinojosa busca abanderar todas aquellas causas que le sumen positivos a la hora del juicio final sobre su actuación.
La isla de Cozumel ha sido el lugar predilecto del mandatario mexicano para vacacionar y practicar su deporte favorito: el buceo. Aquí el jefe de Los Pinos cuenta con una residencia frente al mar que fue adquirida desde tiempos del ex presidente Ernesto Zedillo, fascinado también por la exploración submarina.
Aquí se le ha visto frecuentemente los fines de semana con su familia. Mientras su esposa Margarita Zavala asiste a la iglesia o recorre el centro de Cozumel, el presidente permanece alejado de la estridencia de las balas, entre atardeceres y murmullos de olas, que invitan a bucear en esta zona del mar Caribe, donde ha dicho que le gustaría vivir una vez concluido su mandato, y es también en la denominada “isla de las golondrinas” donde busca poner su sello final.
Todo empezó el 7 de julio de 2011, durante un acto en la residencia oficial de Los Pinos. Ahí, cerca de la Calzada de Los Presidentes, donde pueden observarse las 11 estatuas de bronce de los Jefes de Estado que han habitado esta mansión con su particular y dinámico estilo arquitectónico, en el área denominada “la andanada”, Calderón Hinojosa celebró los planes de inversión de energías limpias que ese día había anunciado la compañía Cannon Power Group.
A unos pasos de los jardines tipo japonés en los que antaño jugaban los sobrinos de Manuel Ávila Camacho, quien no tuvo hijos, y el sitio donde se alzó un kiosco en el que Carlos Salinas de Gortari solía desayunar con sus huéspedes, a menudo periodistas, el presidente Calderón no dejaba de sonreír.
Presente en el evento, el empresario Gerald Monkhouse, presidente y fundador de la compañía Cannon Power Group, había comentado al presidente que durante los años 90, su firma realizó una inversión de 90 mil millones de dólares en Italia y que recientemente efectuó obras por 2.5 billones de dólares en Washington, EU, constituyendo los proyectos de energía eólica más ambiciosos de esas naciones.
Pero lo más importante fue cuando el empresario ofreció una inversión de 2 mil 500 millones de dólares –unos 30 mil millones de pesos- para la instalación y operación de tres parques eólicos que se instalarán en los estados de Quintana Roo, Baja California y Zacatecas.
El anuncio fue aprovechado por el Ejecutivo Federal para recordar que cuando fue secretario de Energía, le propuso a su entonces jefe, al presidente Vicente Fox Quesada, realizar el primer Parque de Energía Eólica en el país. “Y después de mucho esfuerzo”, reconoció: “tuve la fortuna de inaugurar, como presidente de México, el primer Parque de Generación Eólica de 100 megawatts”.
Visiblemente emocionado, Calderón Hinojosa habló de lo que calificó como “un tema que a mí honestamente me apasiona”. Aseguró que en la actualidad, México dispone de más de 500 megawatts instalados y concluiría su mandato con cerca de 2 mil megawatts, generando un futuro notablemente promisorio para el país y el mundo.
En su discurso destacó que México es un país petrolero que se encamina a la ruta de la economía del futuro: “una economía cada vez menos dependiente de los combustibles fósiles”. Recordó que en el marco de la COP16, su gobierno presentó el Atlas de Recursos Renovables Eólicos y Solares que muestra que México cuenta con un potencial de generación de energías renovables de más de 71 mil megawatts.
“En Quintana Roo –mencionó– no tenemos un parque como tal, pero sí, simbólicamente para la COP16, yo mandé poner ahí el primer generador de energía eólica en la península de Yucatán”.
El primer mandatario se refirió a la polémica torre eólica o aerogenerador de viento que en diciembre de 2010 sirvió para alumbrar las actividades oficiales del evento de talla internacional, la cual fue instalada sobre la carretera federal Cancún- Puerto Morelos sin autorización de manifestación de impacto ambiental.
A pesar de la denuncia interpuesta ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) de Quintana Roo por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), la torre fue inaugurada de todos modos por el presidente Calderón Hinojosa.
En su discurso habló del futuro próximo en cuanto a los Parques Eólicos: “En La Rumorosa, 72 megawatts; en Zacatecas, 180 megawatts; en Cozumel, otros 60 megawatts”.
Y después de hacer la suma, calculó: “vamos a alcanzar más de mil megawatts de capacidad instalada de generación eólica y vamos a avanzar para reducir nuestra dependencia de combustibles fósiles”.
Con lógica de primer grado, dimensionó el proyecto: “sólo por hablar de la reducción de emisiones de carbono va a significar dejar de utilizar 8 mil 600 barriles de petróleo diario, 8 mil 600 barriles de combustóleo menos cada día, cerca de 3.2 millones de barriles al año y vamos a dejar de emitir 1.6 millones de toneladas de bióxido de carbono a la atmósfera. La verdad yo estoy muy contento”, dijo.
Origen de los terrenos
A partir del anuncio oficial, se aceleraron los trámites para poner en marcha este proyecto que ha sido asumido como una petición directa de Los Pinos.
El 22 de agosto de 2011, el gobierno precedido por el priísta Roberto Borge Angulo, suscribió con la compañía un convenio de colaboración para desarrollar el Parque Eólico.
El 29 de septiembre, a menos de tres meses del anuncio oficial, la empresa México Power Group Cozumel Fase 1, firmó con el Instituto del Patrimonio Inmobiliario de la Administración Pública del Estado de Quintana Roo, un contrato para usufrutuar las más de 6 mil hectáreas del parque eólico.
En Cozumel se formalizó el contrato. Como legítimo propietario de esta superficie, apareció el Instituto del Patrimonio Inmobiliario del Estado (IPAE), representado por su directora Claudia Romanillos Villanueva y como usufructuarios John Douglas Prock Barrón y Adolfo González Espinosa, ambos apoderados de México Power Group Cozumel Fase 1, S.A. de C.V. (MPG), empresa constituida ex profeso.
Para acreditar la propiedad de los terrenos, el IPAE presentó las escrituras públicas a través de las cuales el ex gobernador Félix González Canto declaró la extinción del Fideicomiso Caleta de Xel Há y del Caribe (Fidecaribe) y ordenó que todos sus terrenos pasaran al poder del IPAE.
El 30 de mayo de 2005, en el Periódico Oficial del Estado de Quintana Roo se publicó la orden de extinción del Fidecaribe, lo cual revirtió la propiedad de una superficie de 21 mil 161 hectáreas ubicadas en Cozumel, a favor del gobierno del estado y recibidas por el Instituto del Patrimonio Inmobiliario del Estado.
De acuerdo con la escritura pública número 19 mil 191, cuya copia obra en poder de Luces del Siglo, el 4 de julio de 2005 se estableció que este órgano es el único y legítimo propietario y poseedor del terreno, mismo que estaría destinado para la instalación de un Parque de Viento.
El contrato de Usufructo, cuya copia obra en poder de este semanario, obliga a la empresa a iniciar la construcción del proyecto en un plazo máximo de 180 días, posterior a que obtenga las autorizaciones para realizar dichas construcciones; de lo contrario, el IPAE podrá rescindir del convenio.
El plazo máximo de dicho contrato son 20 años. La fianza fue por 3 millones de pesos. Durante todo el periodo de desarrollo y construcción del proyecto, se estipuló que México Power Group S.A de CV, pagará al gobierno del estado de Quintana Roo una cantidad fija anual de 150 mil pesos y una cantidad variable anual equivalente a 172 mil 500 pesos por cada aerogenerador construido y en operación. Además, a partir del segundo año de operación del Parque, cada año, pagará 4.5 por ciento más, por la renta del inmueble.
Después de este trámite, Juan Oscar Gómez Canto, coordinador Jurídico del IPAE giró el oficio IPAE/CJ/DC/DN/340/2012, dirigido a Heidy Angulo Villanueva, delegada del Registro Público de la Propiedad y del Comercio en Cozumel para inscribir el contrato. Finalmente el 5 de marzo de 2012, el inmueble fue registrado en el Registro Público de la Propiedad en Cozumel.
El 13 de septiembre de 2011, el Cabildo de Cozumel aprobó la exclusión de las Unidades de Gestión Ambiental (UGAS) de los polígonos involucrados en el proyecto. Con 21 votos a favor, uno en contra y cuatro abstenciones, la implementación del proyecto continuaba dando “buenas señales”.
Aunque el presidente municipal de Cozumel, Aurelio Omar Joaquín González, aseguró en entrevista que el proyecto del Parque Eólico es totalmente federal, fue él quien rubricó el 21 de marzo, una carta dirigida al señor John Douglas Prock, director general de MPG Cozumel en la que otorgó la autorización del uso de Derecho de Vías Públicas “con toda eficiencia, para el uso de los postes para el tendido de la red de interconexión con las subestaciones eléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)”.
También, José Alberto Alonso Ovando, director general de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) le dirigió una misiva al empresario, en ella le informa:
“Esta Comisión entiende los grandes retos del C. Gobernador Roberto Borge Angulo, para generar proyectos que fomentan el uso sustentable de las energías renovables (…) en términos del artículo 33 fracción XI, de la Ley de Agua Potable y Alcantarillado, someteré a consideración del Consejo Directivo de esta Comisión, la autorización del derecho de tránsito y ampliación de la calle de la red no. 3, del circuito de agua potable de la isla”, indica la misiva.
Simulan consulta pública
El 4 de enero de 2012, antes de que la compañía presentara la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), tuvo lugar una consulta pública voluntaria con agrupaciones ambientalistas y representantes del proyecto.
En aquella reunión, Sergio Sandoval Vizcaino, titular de Agenda 21 de la isla tomó la palabra. La primera pregunta que planteó fue quizá una de las más sencillas y directas: ¿cuál será el beneficio para la población de Cozumel?
Adolfo Lizárraga, coordinador de 3TIER México, empresa responsables del proyecto, respondió sin titubeos: “Cozumel se volverá una isla verde desde el punto de vista de emisión de gases de efecto invernadero al dejar de consumir energía de origen fósil”.
Sin embargo, aclaró que “no existe un impacto económico para el bolsillo de la población” y consideró que el mayor beneficio sería la posibilidad de que el ayuntamiento tuviera en sus manos más dinero para sufragar gastos en obra pública.
En su oportunidad, Dora Uribe, de Fundación Plan Estratégico, planteó la preocupación de que un aerogenerador de 600 toneladas tuviera que ser clavado al suelo, a 20 metros bajo la tierra provocando un impacto negativo.
“En base a un estudio del subsuelo vía la extracción de núcleos se podrá determinar el modelo de los cimentos de cada aerogenerador y la profundidad de éstos, cada uno va ademado, lo que lo aísla del contacto con acuíferos”, defendió Adolfo Lizárraga.
Sin contar con la aprobación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para impactar un área de humedales, la empresa realizó la colocación de dos torres metereológicas en Cozumel. La primera el 31 de agosto de 2011, en un terreno en la zona baja inundable de Chemul; la segunda, el 29 de agosto, también de 2011, en el Rancho Buenavista.
Aunque el plazo para la resolución de la Evaluación de la MIA era del 23 de mayo al 14 de agosto, la Semarnat amplió el término del 14 de agosto al 7 de noviembre para dar su fallo. La reunión pública que está obligada a realizar en Cozumel con organizaciones ambientalistas y representantes de la empresa para explicar el proyecto no ha tenido lugar.
El cronograma del proyecto establece que el inicio de obra será en octubre de 2012 y estará en operación en octubre de 2013; la segunda etapa comenzará en noviembre de 2013 y estará lista para noviembre de 2015 y la última etapa iniciará en diciembre de 2015 para poner punto final en junio de 2017.
Protestas
El proyecto consiste en instalar tres Parques Eólicos. Uno de ellos en Cozumel, donde se colocarían 114 ó 115 aerogeneradores a lo largo de la costa este de la isla, en un área de 6 mil 132 hectáreas cubiertas por ecosistemas naturales como duna costera, humedales, selvas bajas y medias subcaducifolias.
Cada veleta pesa 600 toneladas, sus aspas miden, cada una, 40 metros y, ya cimentadas, alcanzarían una altura de 110 metros.
El Parque Eólico de Cozumel enfrenta el rechazo de una decena de agrupaciones civiles y académicas que alertan que Cozumel no es el sitio apropiado para un proyecto de semejantes proporciones por tratarse de una zona hábitat frágil, con gran número de especies endémicas, amenazadas o en peligro de extinción, especies como el mangle sujetas a protección especial que representan una barrera contra los huracanes.
Entre los daños que provocaría, las agrupaciones ambientalistas destacan la deforestación, pérdida de humedales, remoción de suelos, alteración de drenajes y de patrones de infiltración de aguas al manto friático y contaminación al suelo de Cozumel, la isla famosa por poseer el segundo arrecife de coral más grande del mundo.
Las ONG´s señalan que incluso, en la Manifestación de Impacto Ambiental que la empresa busca sea aprobada, la promotora del proyecto reconoce que entre los daños que ocasionaría el Parque Éólico figuran la "desestructuración de los suelos por las actividades de explanación y remoción de tierras, la compactación de suelo y la pérdida de cobertura vegetal y ocupación del hábitat".
Pero nada de esto detendrá el proyecto con el que el presidente Calderón pretende sumar más positivos a su imagen ante el espejo de la historia. Todo está listo y es cuestión de semanas que las autoridades ambientales decidan si el proyecto es o no factible.
Por lo pronto, el presidente Calderón seguirá nadando entre tiburones como llegó a recomendar a aquellos banqueros adictos a la adrenalina, que asistieron a una reunión con el mandatario en Cancún. “Para aquellos que les gustan las emociones fuertes”, los provocó.
TABLA: Beneficios del proyecto
+ Un 10 por ciento de descuento sobre el promedio de las tarifas de la CFE, en el primer año de operaciones del Parque Eólico.
+ Un incremento de 4.2 por ciento anual en la tarifa, mismo que es inferior al incremento promedio en las tarifas de la CFE en los últimos años.
+ El ahorro en las cuentas del gobierno del municipio en 25 años será de 369 millones 726 pesos.
+ El ahorro en las cuentas del gobierno de Quintana Roo en 25 años será de 4 mil 985 millones 977 mil pesos.
+ Un total de 228 mil 603 toneladas métricas de Dióxido de Carbono (MT CO2e) anuales generados por la no utilización de combustibles fósiles y que serán pagados al municipio de Cozumel, aproximadamente 120 millones de pesos por la vida útil del proyecto.
La fase uno del proyecto contempla instalar 24 generadores con capacidad para producir 60 megawatts; aunque su producción real será de 16.22 megawatts. En la fase dos se colocarán 32 torres con capacidad para 80 megawatts. En la fase tres se ubicarían 35 ventiladores para generar 87.5 megawatts.
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