Revista Cultura y Ocio

Y descendió a los infiernos...

Por Miguelo87
Comúnmente se acepta o aparece en algunos calendarios que la Semana Santa cristiana termina con los oficios religiosos dY descendió a los infiernos...el Viernes Santo, quizá porque la parte más dramática de este período ha pasado, sin embargo, en el ámbito religioso prosigue hasta el domingo.
El Sábado Santo, es el día que la Iglesia "no hace nada", es decir, no hay misas, no hay oficios religiosos en las iglesias,... bueno sí hay, pero todo más minucioso y lleno de simbolismo. El altar de las iglesias está sin mantel, la cruz que se encuentra sobre él, se quita o se le pone un velo, y se abstiene de celebrar misa.
Este día, antes era llamado Sábado de Gloria o Gran Sábado, pues en esta fecha se recuerda el descenso de Jesucristo a los infiernos, no al infierno de condenación, sino al Limbo de los Patriarcas. Tal vez este concepto no esté muy arraigado al imaginario popular, pero para los judíos tiene mucho significado. En la Divina Comedia, Dante y Virgilio descienden al Infierno, y la primer región infernal después del río Aqueronte es el Limbo, el lugar donde residen los justos que no han sido bautizados y por tanto no pueden ir al Paraíso. Sin ser dogma de fé, pero de gran arraigo se creyó en la existencia de este Limbo, y que de hecho los bebés sin bautizar iban allí (idea hoy descartada), pero que tiene su origen en el Sheol hebreo. Los judíos lo llaman el Seno de Abraham, y según la tradición cristiana Jesucristo bajó a ese lugar para liberar a los justos que le precedieron en la muerte, empezando por Adán. Este episodio lo recoge un evangelio apócrifo conocido como de Nicodemo.
La Iglesia ortodoxa, tan rica en simbolismos religiosos en sus pinturas y terminología lo conoce como Anastasis (en griego: Aναστασις, resurrección) y ha sido un tema muy concurrido en los iconos posteriores al Conflicto iconoclasta del siglo IX, en el Imperio bizantino. Aunque tampoco es parte de las Sagradas Escrituras cristianas, el siguiente texto es Y descendió a los infiernos...parte de un antiguo sermón sobre el Sábado Santo, así como parte de la Liturgia de las horas propio del Sábado Santo.
¿Qué es lo que pasa? Un gran silencio se cierne hoy sobre la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey está durmiendo; la tierra está temerosa y no se atreve a moverse, porque el Dios hecho hombre se ha dormido y ha despertado a los que dormían desde hace siglos. El Dios hecho hombre ha muerto y ha puesto en movimiento a la región de los muertos.
En primer lugar, va a buscar a nuestro primer padre, como a la oveja perdida. Quiere visitar a los que yacen sumergidos en las tinieblas y en las sombras de la muerte; Dios y su Hijo van a liberar de los dolores de la muerte a Adán, que está cautivo, y a Eva, que está cautiva con él. El Señor hace su entrada donde están ellos, llevando en sus manos el arma victoriosa de la cruz. Al verlo, Adán, nuestro primer padre, golpeándose el pecho de estupor, exclama, dirigiéndose a todos: «Mi Señor está con todos vosotros». Y responde Cristo a Adán: «y con tu espíritu».
Y, tomándolo de la mano, lo levanta, diciéndole: «Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos y te iluminará Cristo». Yo soy tu Dios, que por ti me hice hijo tuyo, por ti y por todos estos que habían de nacer de ti; digo, ahora, y ordeno a todos los que estaban en cadenas: “Salid”, y a los que estaban en tinieblas: “Sed iluminados”, y a los que estaban adormilados: “Levantaos.” Yo te lo mando: Despierta, tú que duermes; porque yo no te he creado para que estuvieras preso en la región de los muertos. Levántate de entre los muertos; yo soy la vida de los que han muerto.
LevántaY descendió a los infiernos...te, obra de mis manos; levántate, mi efigie, tú que has sido creado a imagen mía. Levántate, salgamos de aquí; porque tú en mí y yo en ti somos una sola cosa. Por ti, yo, tu Dios, me he hecho hijo tuyo; por ti, siendo Señor, asumí tu misma apariencia de esclavo; por ti, yo, que estoy por encima de los cielos, vine a la tierra, y aun bajo tierra; por ti, hombre, vine a ser como hombre sin fuerzas, abandonado entre los muertos; por ti, que fuiste expulsado del huerto paradisíaco, fui entregado a los judíos en un huerto y sepultado en un huerto.
Mira los salivazos de mi rostro, que recibí, por ti, para restituirte el primitivo aliento de vida que inspiré en tu rostro. Mira las bofetadas de mis mejillas, que soporté para reformar a imagen mía tu aspecto deteriorada. Mira los azotes de mi espalda, que recibí para quitarte de la espalda el peso de tus pecados. Mira mis manos, fuertemente sujetas con clavos en el árbol de la cruz, por ti, que en otro tiempo extendiste funestamente una de tus manos hacia el árbol prohibido. Me dormí en la cruz, y la lanza penetró en mi costado, por ti, de cuyo costado salió Eva, mientras dormías allá en el paraíso. Mi costado ha curado el dolor del tuyo. Mi sueño te sacará del sueño de la muerte. Mi lanza ha reprimido la espada de fuego que se alzaba contra ti. Levántate, vayámonos de aquí. El enemigo te hizo salir del paraíso; yo, en cambio, te coloco no ya en el paraíso, sino en el trono celestial.
Te prohibí comer del simbólico árbol de la vida; mas he aquí que yo, que soy la vida, estoy unido a ti. Puse a los ángeles a tu servicio, para que te guardaran; ahora hago que te adoren en calidad de Dios. Tienes preparado un trono de querubines, están dispuestos los mensajeros, construido el tálamo, preparado el banquete, adornados los eternos tabernáculos y mansiones, a tu disposición el tesoro de todos los bienes, y preparado desde toda la eternidad el reino de los cielos.»
De una antigua Homilía sobre el santo y grandioso Sábado (PG 43, 439. 451. 462-463)
¡Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado! Y descendió a los infiernos...

Christ is Risen! Truly He is Risen!

Christ est ressucité! Il est vraiment ressucité!

Christus ist auferstanden! Er ist wahrhaft auferstanden!

Christus resurrexit! Resurrexit vere!

Χριστός ἀνέστη! Ἀληθῶς ἀνέστη!

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