Aunque salga en los tabloides, Mick Jagger es un cantante extraordinario y uno de los intérpretes más extraordinarios que jamás ha pisado un escenario en cualquier disciplina artística. Keith Richards es el motor que impulsa a los Stones y hace que su música sea reconocible al instante. Sus estilos complementarios, su conexión incomparable y genial a la hora de escribir canciones e incluso sus publicitadas peleas los han convertido en el epítome del binomio cantante-guitarrista de rock & roll, como dos hermanos siempre a la greña que han sido profusamente imitados, pero jamás superados. Ron Wood, como guitarrista, ha formado una gran unión rítmica con Richards y, además, colorea y da cuerpo a las canciones de la banda con hábiles toques melódicos. Y, no hace falta decirlo, Charlie Watts es uno de los baterías más grandes y versátiles del rock. Es a la vez la roca que ancla el grupo y la fuerza sutil que le da su ritmo característico. Ninguno de sus gestos, de una simplicidad elegante y un impacto demoledor, es superfluo: todos son necesarios.
El patrimonio musical de los Rolling Stones no para de crecer desde hace más de 50 años y su éxito en todo el mundo sigue a todo tren.
Para sellar su amistad con los Rolling Stones, Zenith ha creado una edición de 250 unidades de este legendario cronógrafo: El Primero Chronomaster 1969 Tribute to The Rolling Stones.