Es sabido que la alternativa a la eutanasia son unos buenos cuidados paliativos. Similarmente, el aborto eugenésico no es la única opción cuando el bebé viene con malformaciones congénitas graves. En la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Chile, un equipo interdisciplinar de profesionales ayuda a los padres que quieren continuar el embarazo de un niño con Malformaciones Congénitas Letales (MCL). Las MCL son una realidad compleja y dramática que muchas veces pone en jaque a los expertos. Estos casos comprometen el aspecto físico, pero también espiritual de los pacientes.
Habitualmente después de recibir la noticia, los padres entran en una etapa de shock. La idea de abortar fue desechada en casi todas las mujeres entrevistadas. Los hombres plantean la posibilidad del aborto, pero posteriormente toman la decisión de no hacerlo, ya sea por un convencimiento personal o para apoyar la decisión de su mujer. Poco después llegan a la segunda consulta habiendo superado ciertas cosas «con muchas lágrimas ya derramadas. Cuando los papás se dan cuenta, ayudados por nosotros, que lo que está en el vientre materno no es una enfermedad o un castigo, sino que un hijo enfermo y vulnerable, merecedor de todo el arte médico, entonces disminuye inmediatamente la tensión en ellos: las parejas venían distanciadas y al irse se toman la mano; no conversaban y se vuelven a unir en el dolor. Esto es un misterio que evidentemente nos supera. ¿Cómo el dolor puede generar un acercamiento?" cuenta el Doctor Jorge Neira.
Él ha asistido más de 13.000 partos durante su carrera. Ha visto de todo, pero este es completamente distinto. «Durante el parto se me nubló la vista. Yo no sabía por qué... Le pedí a la asistente que me ayudara a secarme –le dije la traspiración-, pero eran lagrimones. Fuimos superados por la emoción. Todo el mundo en pabellón estaba en una situación de emoción intensa. Todo el mundo quedó absolutamente tocado», cuenta Neira.
En ese momento, el padre toma al niño en brazos y se lo entrega a Carla. «Me puso el niño en el pecho. Lo miré, lo examiné, lo pude ver bien. Y nos miró y nos habló. Era ronquito igual a su padre. ¡Pobrecito! Nos habló, nos reconoció. Yo le decía: "Hola… Te amamos, estamos aquí contigo". Y le daba besitos y tenía ese olorcito rico», cuenta Carla emocionada. Después, lo bautizaron con devoción y recogimiento, saboreando cada una de las palabras pronunciadas en la fórmula del rito.
Los cuidados paliativos comprenden aspectos físicos, emocionales, espirituales y sociales del paciente. Asimismo, es necesario ofrecer un programa sólido para aquellos padres que han decidido continuar con el embarazo de un niño con MCL, en vez de abortar.