Marina Sanmartín
Habla bajito, con un timbre agudo y cantarín. Oyéndola cuesta creer que escriba novela negra. Porque una a veces lee a golpe de topicazo y piensa que los asesinatos se perpetran en tinta de nicotina y a arrebatos de mala leche, pero Marina Sanmartín (Valencia, 1977) no gasta percha de sabuesa. Y de hecho La clave está en Turgueniev (Ed. Eutelequia), su primer libro, lleva dentro la lectura de una novela negra, pero es también la historia real de Eli, una joven crítica literaria con la que -sí, lo reconoce-, la autora se siente identificada.
La clave está en Turgueniev cuenta la historia "de dos amigas, Eli y Lucía, que, después de años sin verse, se reencuentran una noche en Madrid. Desde el primer momento, Lucía sospecha que Eli, que es crítica literaria y está trabajando en un reportaje sobre novela negra, le esconde un secreto relacionado con la inesperada ausencia de su pareja, Miguel Echarte; y, durante la madrugada que pasan juntas deambulando por la ciudad, Lucía centra sus sospechas en el crimen y se convence de que las pistas para comprender lo que realmente está ocurriendo se hallan en la novela que Eli lleva en el bolso: La clave está en Turgueniev", explica la autora. Pero por debajo de esta trama se asoma "la línea finísima que separa la realidad y la ficción en nuestras vidas; sobre la forma, inevitable, que tenemos de filtrar la realidad que nos rodea a la hora de sacar conclusiones. En definitiva, la novela es un juego que reta al lector a distinguir la mentira de la verdad", cuenta Marina San Martín.
-Una novela negra dentro de otra novela negra, un juego de matrioskas que se refleja hasta en la portada del libro. ¿Hace falta leerlo con un cuaderno de notas al lado?
-Una de las editoras que rechazó esta novela y que se portó fenomenal conmigo, porque me llamó por teléfono para explicarme sus razones, me dijo que la novela no se ajustaba a las reglas de un género en concreto... y yo pensé que eso, más que ser un hándicap, era una ventaja absoluta. La clave está en Turgueniev es una novela de trama, porque desde el principio tuve claro que quería contar una historia de una forma clásica, que pudiera enganchar al lector, pero también es un texto en el que se prioriza muchísimo la forma... y sí, es claramente un juego de muñecas rusas. Si dijera que es fácil estaría engañando a quien la vaya a leer, porque es un reto. Por eso me gusta.
-La clave está en Turgueniev es su primer libro. ¿Por qué se decidió por el género de la novela negra? ¿Acaso por el boom que vive?
-Eli lee una novela negra, La clave está en Turgueniev, y nosotros la leemos con ella. Al mismo tiempo, asistimos al devenir de su propia historia; una historia real que amenaza (no quiero desvelar nada) con superar a la de ficción. Soy muy lectora de novela negra y policíaca, me gusta mucho Highsmith, Le Carré, Maj Sjöwall y Per Wahlöö... y también Larsson, Lehane y Elisabeth Sanxay Holding... quería probar a hacer lo mismo que han hecho ellos y lo intenté. A esa intención hay que sumar el hecho de que la historia se presentó delante de mí sin apenas esfuerzo, gracias a frecuentar los cafés y las plazas de mi barrio, Huertas, que es donde transcurre. Me conformo con que el lector se divierta/sufra tanto al leerla como lo hice yo al escribirla, porque la viví hasta el extremo.
-Lleva años escribiendo sobre los libros de los demás y preparando las presentaciones de otros autores en Fnac. ¿Qué siente ahora que le toca a usted?
-Estoy más nerviosa de lo que creía. Presento la novela este jueves 18 de octubre en Fnac Castellana, donde trabajo, y llevo ya algunas noches conciliando el sueño tarde y mal, pensado en el momento en que me va a tocar a mí sentarme en el Fórum como protagonista y no como organizadora. En cualquier caso, me gusta mucho el trabajo que desempeño en Castellana y el de colaboradora en Revista de Letras. Creo que se complementan con el de escribir ficción. Durante este último año y medio viendo las presentaciones de los otros, he aprendido mucho. Estoy convencida de que lo fundamental ante semejante trance es ser uno mismo y estar convencido de que merece la pena defender tu disco, tu libro o tu peli. En ese caso no tengo problema, porque mi fe en La clave... es absoluta.
-Organiza presentaciones casi a diario, ¿cuál es la que más le ha impresionado?
-Hay un antes y un después en mi existencia y en la del equipo tras el paso de Paul Auster por Castellana, es un hecho; pero la gracia de este trabajo está en sorprenderse con alguien que no esperas. A mí me pasó escuchando al fotógrafo Ramon Massats y, más recientemente, con la música del último trabajo de Estrella Morente. Escucharla en directo, después de seis años de silencio musical, fue brutal. Y también está Garci: después de una miríada de sábados siguiendo su tertulia de madrugada, de una a otra autonómica, conseguir que se sentara en nuestro Fórum para hablar de cine nos subió la adrenalina a mil... ¡madre mía, si me pongo no paro!
-Y ahora que no nos lee nadie, ¿sirve de más venderse bien que escribir bien?
-A corto/medio plazo, sin duda; y si lo que quieres es ganarte la vida con esto, también. Hay que venderse, no hay vuelta de hoja. Pero quiero creer que, a largo plazo, sobrevive la calidad y no la popularidad. Me produce curiosidad pensar qué novelas de esta década se recordarán dentro de diez años, seguramente no las que ahora mismo están en el top ventas de nuestras librerías... o a lo mejor sí, si realmente su calidad lo merece.
-Para la blogosfera es La fallera cósmica (http://lacomunidad.elpais.com/esa-fal/posts). ¿El cosmos es el único escondite posible para una valenciana en el desbarajuste del politiqueo de su región?
-Jejejeje... para ver las cosas con claridad hay que alejarse de ellas lo máximo posible. En su momento, hace ya algo más de tres años, creé La fallera cósmica para tomar distancia de una situación sentimental que me estaba pasando factura... no me podía imaginar que con el blog tendría éxito y que acabaría convirtiéndose en un cuaderno de reflexiones de todo tipo, tanto emocionales como literarias o políticas. Si me pregunta por el "desbarajuste", le diré que, desde mi posición ficticia en el espacio sideral, tengo la impresión de que todos hemos aceptado ocupar un puesto en el cuadro de baile, yo la primera, y nos limitamos a interpretar nuestro papel: políticos, indignados, manifestantes... policía, medios... nadie se plantea la posibilidad de ir más allá de sus límites; sólo cuando alguien se atreva a dar ese paso decisivo las cosas empezarán a cambiar. Difícil.
-Su blog recibió el Premio Revista de Letras al Mejor Blog Nacional de Creación Literaria 2010. ¿Qué le aporta escribir para la red que no le da una novela y viceversa?
-Escribir para la red me da la libertad de experimentar con la forma y de poder ser menos selectiva con el contenido. No me exige la continuidad indispensable en el caso de la novela. Durante el tiempo que dediqué a la escritura de La clave está en Turgueniev, La fallera cósmica actuó como la válvula de escape de una olla exprés... el blog es mi banco de herramientas particular y también mi medio de contacto más directo con el lector. El feedback es inmediato y las posibilidades son infinitas, porque te permite recurrir también a las imágenes y a la música, cada vez más presentes en mi idea de cómo construir la realidad.
La clave está en Turgueniev (Ed. Eutelequia) se presenta el jueves 18 de octubre (19.30 h) en Fnac Castellana (Madrid) y el jueves 22 de noviembre (19.30 h) en Fnac San Agustín (Valencia).
[Publicado en Diariocrítico.com]