Revista Comunicación
No sabremos con exactitud hasta dentro de unos meses si la lacrimógena declaración de amor de Nagore, ex concursante de Gran Hermano, a su novia, Sofía Cristo, hija de Angel Cristo y Bárbara Rey, es un o una argucia de ambas para incrementar su caché en los platós de televisión y en las revistas del corazón. Y, entre ambas, una mujer con un pasado de historias rocambolescas, de lágrima fácil, que reclama su cota de protagonismo en este nuevo romance, la mismísima Bárbara Rey, madre de Sofía y compañera de concurso (Acorralados) y suegra de la hermanísima Nagore.
El omnipresente presentador de Telecinco, Jorge Javier Vázquez, curtido en mil batallas en los campos de mina de los estudios de la cadena televisiva, terminó reconociendo que la declaración de Nagore a su amada Sofía había sido uno de los momentos más bonitos que ha vivido durante su dilatada carrera. No nos extraña. Teniendo en cuenta las guerras infernales que vive casi a diario en esa casa de locos llamada “Sálvame”, la ternura se apoderó de Vázquez con las palabras de Nagore, las lágrimas de Bárbara y la cara de incrédula de Sofía.
Se admiten apuestas con respecto al futuro de una pareja sobre la que existían rumores acerca de su noviazgo entre las lenguas viperinas que comparten plató con las protagonistas. Las mismas lenguas que ya se han lanzado a la yugular de ambas para especular sobre si es un montaje o una historia de amor tan real como la vida misma. Todo ello aderezado con esa capacidad de estrangulamiento que tienen algunos de los tertulianos para descabezar a quien se le ponga por delante con tal de imponer su tono y su criterio.