Revista Cultura y Ocio

Nannitis

Publicado el 03 agosto 2015 por María Bertoni
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A veces da la sensación de que Moretti no es profeta en su tierra.

Si no surgen cambios de último momento, el próximo jueves se estrenará en Buenos Aires el nuevo largometraje de Nanni Moretti, Mia madre. Éste es el segundo desembarco porteño después de aquél de principios de junio, en el marco de la Semana de Cine Italiano. También es una de las tantas paradas de una extensa gira dentro y fuera de Italia: a título ilustrativo, vale citar las exhibiciones recientes en la 13ª edición del Molise Cinema 2015 de Casacalenda, donde el realizador fue invitado de honor, y en el 32° Festival de Cine de Jerusalén, que abrió con la película en cuestión.

Un seguimiento de Mia madre desde el primer rumor de puesta en marcha sugiere que este trabajo conmueve más al público raso que a críticos profesionales e integrantes de jurados. Por ejemplo, en el 68° Festival de Cannes, el film provocó diez minutos de aplausos sostenidos cuando la presentación oficial, pero no obtuvo ningún premio.

Por otra parte, la película ganó sólo dos de las diez estatuillas a las que fue nominada en la última entrega de los David di Donatello. Los también llamados “Oscar italianos” fueron acordados a la actriz protagónica Margherita Buy y a la actriz secundaria Giulia Lazzarini. En cambio, no hubo ningún reconocimiento para Nanni.

1.1 millón de euros recaudó Mia madre en su primera semana de exhibición en Italia. La cifra récord para una producción nacional dio cuenta de un entusiasmo popular, que la prensa local matizó bastante. Aunque la mayoría de los críticos tanos levantó el pulgar, unos cuantos advirtieron que este film no es obra del mejor Moretti.

A doce mil kilómetros de distancia, a veces da la sensación de que el también autor de Caro diario, La stanza del figlio, Il caimano, Habemus Papam no es profeta en su tierra. En términos muy nuestros, podría decirse que la “prensa hegemónica” de Italia le guarda rencor al realizador por su pensamiento explícito de izquierda en general y anti-berlusconiano en particular.

Giulia Lazzarini y Margherita Buy encarnan a la madre y hermana de Moretti en la ficción.

Giulia Lazzarini y Margherita Buy encarnan a la madre y hermana de Nanni en la ficción.

En octubre de 2013, un periodista del Libero Quotidiano lo bautizó “número uno de los radicales chic de salón”. También, “Príncipe de los girotondi” (así se llaman los ciudadanos opositores a Silvio Berlusconi que en 2002 se agruparon en defensa de la democracia y la legalidad).

Si Moretti fuera argentino, una buena parte de nuestra prensa también lo trataría con esa sorna que enmascara apenas la combinación de envidia y resentimiento. Pero como vive en Roma y es oriundo de la Italia del Norte, esos medios le perdonan sus declaraciones políticas (por las dudas les retacean repercusión) y hacen foco -de la manera más aséptica posible- en su obra cinematográfica.

Espectadores siguió de cerca la trayectoria de Mia madre desde los primeros indicios de pre-producción. Le dedicó casi-casi una decena de posts, incluido este pequeño informe sobre el libro Viaje a Roma con Nanni Moretti, que salió a la venta en el otoño pasado, justo cuando el film se estrenó en las principales salas italianas.

Aquí figura la reseña publicada en el marco de la segunda Semana de Cine Italiano en Buenos Aires. En esa oportunidad opinamos que Moretti recrea con mesura la antesala de la orfandad, y que además invitar a reflexionar sobre la suerte que lo viejo (o lo que no es moderno ni de última generación) corre en nuestra sociedad occidental.


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