El cáncer es, sin duda, una de las mayores lacras de los últimos tiempos que afecta y golpea a la humanidad sin distinción de clases sociales o nacionalidades... todos podemos sufrirlo en cualquier momento. Se ha investigado desde hace generaciones, y si bien es cierto que se ha avanzado, sobre todo en la prevención y diagnóstico en sus primeras fases, sigue sin existir una cura eficaz cuando la enfermedad ya se ha desarrollado, y esto es algo que la nanotecnología, haciendo uso de los nanorrobots, quiere cambiar.
Los tratamientos actuales para intentar acabar con el cáncer, son, en su mayor medida, demasiado agresivos y con numerosos efectos secundarios, que muchas veces dejan incapacitado al paciente, o su calidad de vida sufre un descenso drástico. Esto es algo que Samuel Sanchez, investigador español, quiere mejorar con sus nanorrobots.
¿Quién es Samuel Sanchez?
Samuel Sanchez es un joven científico español que está desarrollando sus investigaciones con nanorrobots, y cuyo principal objetivo es poder usarlos en la lucha contra el cáncer.
Como muchos otros científicos españoles, Samuel no obtuvo aquí los medios que necesitaba para sus investigaciones, así que emigró a Japón a un centro para jóvenes investigadores, donde empezó a desarrollar su proyecto con nanorrobots. Presentó su trabajo a Oliver Schmidt, profesor del Institute for Integrative Nanosciences de Dresden (Alemania), quien quedó impresionado con su trabajo y le ofreció la posibilidad de trabajar allí con ellos, donde consiguió el premio al mejor investigador joven, otorgado por el MIT (Massachusetts Institute of Technology). Ahora en 2015 ha vuelto a casa, a trabajar en el IBEC (Instituto de Bioingeniería de Cataluña), donde seguirá trabajando en su investigación.
Su trabajo con nanorrobots
La investigación de Samuel Sanchez se centra en nanorrobots tubulares, cuyo cometido es servir de "transporte" a los fármacos para que estos actúen directamente en el centro del problema. En el caso de células cancerígenas, los fármacos actuales sólo actúan en la periferia de la célula. Con este sistema los nanorrobots perforarían el núcleo de la célula permitiendo a los fármacos actuar de una forma mucho más precisa.
Estos diminutos robots comprenden unos tamaños que varían entre 50 nanometros y 50 micras, un tamaño similar al de bacterias y virus. Es decir, son unas 1000 veces más pequeños que el diámetro de un cabello humano.
Recientemente, su equipo ha dado un gran avance ya que ha conseguido usar materiales biodegradables y no dañinos para el cuerpo humano como combustible de los nanorrobots, en este caso son la glucosa o la urea. Esto, según las propias palabras de Samuel, era uno de los objetivos prioritarios y uno de los mayores impedimentos en el avance de esta investigación hace unos meses.
Una vez solucionado el problema de un combustible potencialmente dañino para nuestro sistema, queda por decidir el destino de los nanorrobots dentro de nuestro sistema... ¿Qué pasa con ellos una vez acabada su función? Para esto proponen opciones como el uso de materiales biodegradables como el silicio para la fabricación de los nanorrobots que inyecten en nuestro cuerpo, así una vez acabada su función simplemente se disuelven. O la otra opción es añadir componentes metálicos y extraerlos a través del magnetismo una vez acabada su tarea.
¿Cuáles son las previsiones para su aplicación?
Como hemos dicho, el principal uso de este estudio, es aplicarlo en la lucha contra las células cancerígenas. Todavía queda mucho por recorrer, ya que esto es sólo el "transporte" de los fármacos, y tanto los nanorrobots como la medicina necesitan ir de la mano para que su uso sea efectivo en su lucha contra el cáncer. Aun así, Samuel Sanchez se muestra optimista, y vistos los avances que ha obtenido, espera poder conseguir resultados en humanos antes de 10 años.
A parte de su uso para combatir el cáncer, los nanorrobots también podrán desempeñar otras funciones, incluso en un plazo de tiempo bastante inferior. Así por ejemplo, parte del equipo de Sanchez que se ha quedado en Alemania temporalmente, está trabajando en usar los nanorrobots contra la infertilidad en hombres.
Se planea usarlos para limpiar aguas contaminadas, incluso a gran escala. Otros usos incluso más cercanos en el tiempo, podrían ser el uso de los nanorrobots para limpieza de conductos, tuberías u otros conductos de difícil acceso en quirófanos y otros lugares donde la higiene es esencial. También se podrán usar para luchar contra la infección de heridas tras operaciones quirúrgicas, provocada por bacterias y principal problema de recaídas tras una intervención.
¿Superará la realidad a la ficción?
El simple hecho de crear nanorrobots capaces de moverse libremente dentro del cuerpo humano es ya un gran avance y nos sitúa de lleno en escenarios propios de novelas de ciencia ficción. Esto, por supuesto, creará polémica, e imagino que no poca. Bien es sabido los movimientos que existen en contra de las vacunas, por ejemplo. Seguro que mucha gente se mostrará recelosa de dejar que diminutos robots se introduzcan en sus cuerpos, y siempre aparecerán conspiraciones y teorías en su contra.
Esto es sólo el comienzo, y quien sabe, quizá algún día estos nanorrobots si que sean capaces de reparar tejidos por su cuenta, o de reforzar las defensas naturales de nuestro cuerpo. Quizás éste sea uno de los primeros pasos para una mayor longevidad, ya que dispondríamos, literalmente, de un ejército de robots luchando por nosotros.
Os dejo dos enlaces, de dos entrevistas a Samuel Sanchez que me han servido para conocer su trabajo... El primero es en La Rosa de los Vientos y el segundo es más antiguo, del año pasado, cuando no tenían solucionado el combustible aún.