Revista Cocina

Natura Gourmet, un vegano de Alicante, la ciudad que no es bonita

Por Lapastanoengorda

Holi. Hacía mucho tiempo que era de las que más envidia me daban, sobre todo los sábados, era el día que más rabia me daba ver sus stories, la cuenta de Instagram de Rafa muchas veces he pensado en bloquearlo pero me cae bien y me daba un poco de pena.

El caso es que fui a Alicante y le dije que me llevara a algún sitio de los que hacen que se te caiga la baba con sus fotos y odiarlo, eligió Natura Gourmet y a mí me pareció genial, desposité toda mi confianza en él y allá fuimos. En la comida había más gente pero es secreto y no puedo hablar de ellos, mantendré su anonimato.

La carta es bastante larga, por lo tanto es difícil decidirse, yo tenía un mono de rúcula que no podía con él y no lo solucioné hasta 24 horas después, pero eso no es lo que importa, lo que importa es que pidas croquetas. Hay varias diferentes para pedir sueltas o una tabla para que no te quedes con la intriga de ninguna, una de chorizo, una de algas, otra de setas y la otra no me acuerdo. Todas muy buenas, cruientes por fuera, cada una con una salsita y lombarda a un lado, no es rúcula pero me hizo de placebo durante un rato. Si tuviera que elegir a la reina de estas cuatro croquetas, sería la de setas sin duda, la más aplastada y sabrosa.

Los otros pidieron patatas fritas de primero, no diré nada al respecto. En los segundos estábamos todos muy indecisos, pregunté al aire que qué tal las costillas de seitán ahumadas, Rafa dijo que estaban muy buenas y que las pidiera. Como somos así de originales hicimos casi pleno, tres de los presentes pedimos de costillas de seitán y el discorde se inclinó por un burrito que no recuerdo que llevaba pero entre los ingredientes había curry y leche de coco. Yo le di un par de mordiscos por cumplir y culturizarme gastronómicamente y la verdad estaba rico, pero las costillas mucho más, el siguiente párrafo está dedicado a ellas.

Lo primero de las costillas es la presentación, viene la camarera con una especie de urna llena de humo que abre delante de ti para que veas cómo se evapora, huele toda la sala como si hubieran hecho una hoguera pero luego se va quitando y quedando en el recuerdo lentamente, creo recordar que era humo de madera de haya. Cuando se difumina el humo aparecen una especie de muslitos de seitán pinchados en unos palitos de caña de azúcar, bajo ellos unas patatas y salsa de vino tinto. A mí la salsa no me entusiasmó demasiado pero los pinchos estaban buenísimos, además la textura era bastante curiosa para ser seitán, era como grumosa en lugar de sólida y compacta como esperaba, algo tipo filetes rusos bañados en salsa barbacoa coreana.

Otra cosa curiosa es el palito, si lo muerdes y absorves su jugo sabe dulce, yo nunca lo había probado y me sorprendió bastante, me dijeron que se podía mascar la madera y tragártela pero no me lo creí, me dio la sensación de que era demasiado dura y podía ahogarme si lo hacía, pero puedes probar a ver qué pasa.

Los postres los omitimos y nos fuimos a una playa nudista.

Natura Gourmet, un vegano de Alicante, la ciudad que no es bonita

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