Mi silencioso camellero posando junto a su fiel animal
Quería hacer una foto que reflejase el alto grado de compenetración que observaba entre los habitantes de este desierto del Rajasthán y sus monturas, los resistentes camellos jaisalmeri, sin los cuales no podrían sobrevivir en este inhóspito y arenoso desierto del Thar. Estos camellos ó más bien dromedarios, que pueden aguantar sin comer ni beber hasta un mes en la época invernal y una semana en las calientes épocas veraniegas, no solo son su único medio de transporte ó sus animales de carga, sino que también son una importante fuente de alimento, la leche de camello de sabor bastante salado, se bebe en todas las comunidades y poblados de esta región.
Para intentar lograr una imagen, que expresara este alto grado de complicidad y cariño entre hombre y animal, no dude en solicitar la colaboración de mi silencioso conductor de camellos y comunicandonos con la mirada y los gestos conseguimos finalmente reflejar este vinculo con la foto que encabeza este artículo, que ya forma parte de algunas publicaciones y exposiciones.
Pobladores del desierto con sus camellos
Durante mi paseo por las dunas del desierto, había ido captando algunas otras fotografías, con las que quería reflejar la simbiosis establecida entre el hombre rajastani y sus camellos, unos animales que como ya he indicado aportan mucho y exigen poco, gracias a su extraordinaria formación biológica, que le permite beber de una sola vez hasta 100 litros de agua, que luego almacena en forma de grasa en su joroba.