Con las fiestas de Navidad a la vuelta de la esquina, toca abordar algo que en los últimos años es una tendencia imparable: turrones, mantecados, y otros dulces navideños sin azúcar. ¿Son la solución para comer mejor en estas fechas? ¿se convierten en saludables por no llevar azúcar? ...
La industria alimentaria está respondiendo con relativa rapidez al reto que supone reformular muchos productos donde el azúcar ocupaba una posición privilegiada, como primer o segundo componente, y con una presencia que rondaba entre el 40 % y el 70 %. Hoy ofrece nuevas versiones de cientos de productos, no solo los típicos navideños. Y lo hace etiquetándolos con leyendas y símbolos muy coloridos para que sean rápidamente vistos por el consumidor.
Las versiones "sin azúcar" de los dulces navideños
Hace unos años aparecieron en el mercado las versiones "sin azúcar" de todos estos dulces, como alternativa saludable y adecuada para personas con algún problema de salud o tan solo preocupadas por su peso. Según la marca y el tipo de producto, hay fabricantes que han optado por sustituir el azúcar por edulcorantes sintéticos o por fructosa.
- Respecto a los edulcorantes, hoy se sabe que su consumo afecta de manera negativa a la microbiota intestinal, causa molestias digestivas (como flatulencias o diarrea, según la tolerancia individual) y no funciona bien en pérdida de peso ni en prevención de la diabetes. Además, los edulcorantes siguen acostumbrando al consumidor al sabor dulce. No son, por tanto, una solución.
- Por otro lado, reemplazar el azúcar por fructosa tampoco aporta ventajas reseñables. Se sigue tratando de un azúcar añadido que se debe limitar. Aunque se argumenta que su índice glucémico es menor que el de la sacarosa (azúcar común), este hecho no lo convierte en una alternativa saludable ni es una opción mejor para las personas diabéticas, para las que el consejo sigue siendo reducir el consumo de cualquier azúcar añadido. La ingesta de fructosa añadida se relaciona también con menor salud cardiovascular y aumento de grasa hepática, peso y grasa visceral.
En cuanto a las calorías, tampoco aportan ninguna ventaja reseñable. La diferencia calórica entre el producto normal y la versión "sin azúcar" es ínfima; basta con ver los etiquetados para comprobarlo. En cambio, sí hay diferencias muy notables en el precio. Según qué marcas, las versiones sin azúcar pueden ser hasta un 50% más caras. Y si se tiene en cuenta que el azúcar está lejos de ser el único problema de estos productos, no parece que las versiones "sin azúcar" presenten ningún tipo de ventaja.
Su elevado valor calórico y la frecuente adición de grasas de mala calidad los hacen dulces para consumir de manera muy esporádica y en raciones pequeñas, lleven o no sacarosa. Y aunque el dulce estuviese fabricado con edulcorantes para así reducir su aporte energético, tampoco se obtendría un producto saludable. La cantidad de polialcoholes que contienen estos alimentos no los convierte en "saludables", solo en "preferibles al azúcar".
No nos queda otra solución que la sencillez y la lógica a la hora de alimentarnos bien: elegir productos sin procesar o poco procesados, y si nos apetece comer postres tradicionales navideños, tendremos que moderar nuestra ingesta. Cabe recordar que los higos secos, las pasas o los orejones -productos también típicos de estas fechas- son alimentos saludables, por lo que pueden formar parte de cualquier cena en estos familiares y emotivos días. También los frutos secos son alimentos saludables que podemos disfrutar en nuestros postres de forma moderada, pues contienen muchas calorías.
Por tanto, la recomendación a nivel general, también aplicable a personas con diabetes o con exceso de peso, es huir de este tipo de productos y comprar solo una pequeña cantidad de dulces típicos, si es posible de buena calidad (con alto porcentaje de frutos secos y sin adición de grasas poco saludables para abaratar), tal vez en algún comercio donde los preparen de manera artesanal.
Productos navideños que más azúcar contienen
Turrón de chocolate Suchard: El turrón de chocolate es tal vez uno de los productos que más azúcar contiene. Una tableta de la marca Suchard tiene 130 gramos de azúcar (unos 32 terrones de azúcar) en 260 gramos de producto.
"Tenemos que diferenciar los turrones tradicionales, como el de Jijona, que tiene más o menos un 30% de azúcar, de los turrones más modernos, que son variedades tipo praliné o chocolate. Estos pueden llegar a tener hasta un 70% de azúcar", asegura Antonio R. Estrada, impulsor de Sinazucar.org, el proyecto a través del cuál revela el azúcar libre que hay en los alimentos que consumimos.
Alfajor de dulce de leche: Las estanterías de los supermercados se llenan estos días también de otros dulces como los polvorones, los mazapanes y los alfajores. Para su elaboración casera siempre se han utilizado ingredientes como la pasta de almendras, nueces y miel. Sin embargo, en la fabricación a nivel industrial se emplean también grasas animales como la manteca de cerdo.
Ferrero Rocher : Los bombones también son grandes protagonista de la Navidad. Podrían ser una opción a considerar si estuviesen elaborados íntegramente con chocolate con un 85% de cacao y no incluyesen licores, cremas, rellenos y demás. Que en una caja de bombones se indique que están elaborados con chocolate puro o negro no significa absolutamente nada. De hecho, son reclamos que utilizan las marcas y que suelen llevar a engaño. Cuatro Ferrero Rocher (50 gramos), contienen 20 gramos de azúcar, que equivalen a 5 terrones.
Carbón dulce : Es un clásico del Día de Reyes. Este dulce que se regala a los niños es, simple y llanamente, puro azúcar. Tal y como explican en Sinazucar.org, 100 gramos de este producto contienen 96 gramos de sacarosa. En román paladino: el 96% de esta golosina es azúcar, y su contenido equivaldría a unos 24 terrones.
Licor Baileys: La gran mayoría de cenas y comidas de Navidad se terminan con el clásico "licor digestivo", una crema de orujo o un orujo de hierbas. En realidad, este tipo de bebidas no tienen propiedades digestivas. Se trata de una creencia popular que no tiene ninguna base científica. Es más, el consumo de alcohol después de una comida copiosa puede perjudicar la digestión . Además, este tipo de bebidas también tienen azúcar. En este caso, 100 mililitros de Baileys contienen 20 gramos de azúcar, lo que equivaldría a cinco terrones de azúcar. "La normativa europea exime a los productos con más de 1,2 grados de alcohol de declarar sus ingredientes y su información nutricional, así que es muy difícil saber con qué se han elaborado", confirma Estrada.
No pretendemos amargar las Navidades a nadie, pero es importante comprar y comer con la cabeza. Es importante leer las etiquetas de los productos para elegir mejor. Recordar que el azúcar es adictivo, el cerebro reacciona al azúcar de la misma forma que al alcohol. Es adictivo porque libera dopamina en grandes cantidades. Dejar el azúcar crea síndrome de abstinencia como irritación y dolor de cabeza.
Fuentes: Eroski // ElEspañol // Sinazúcar.org