Los eruditos tienen miedo.
Espíritu y lenguaje en poesía.
La Isla de Siltolá. Sevilla, 2015.
Espíritu y lenguaje en poesía subtitula José Luis Rey la asombrosa reunión de casi un centenar de ensayos breves que ha escrito "en alabanza de la poesía y por amor a los poetas que me han acompañado siempre" y en los que desarrolla su "propia visión del hecho poético: la poesía concebida como la más alta creación del espíritu, por encima del lenguaje."
Y ese es el eje fundamental que vertebra estos ensayos: una inmersión en el mundo poético de los autores, en su espíritu y en su lenguaje, para llegar a una conclusión que de alguna manera estaba en su punto de partida: que "la poesía debe ser espíritu antes que palabra, esencia del decir antes que piedra megalítica de lo dicho.
Juan Ramón Jiménez, inicio y coda de este libro, su alfa y su omega, "en pie hasta el fin"; Rimbaud, "el golfillo del lenguaje", huyendo siempre hacia adelante; Emily Dickinson, cuya vida "fue un contraerse, volcarse hacia dentro, hacia lo más hondo"; Wallace Stevens y su poesía genesíaca con la que fundó otro mundo; Ungaretti en medio de una noche invernal; Rilke -"¿qué poeta hubo más vivo que él?"-; Dylan Thomas, "ebrio de vida"; García Lorca en busca de otra mano herida; Hölderlin desterrado del cielo; Leopardi, "el poeta del paso fugaz del presente, de la demolición de los sueños"; Shelley, sumergido "en el misterio insondable del mundo" o Claudio Rodríguez en "el paraíso de la epifanía verbal."
Esos son algunos de los nombres que habitan este libro luminoso y lleno de revelaciones, una casa de la poesía generosa en ventanas y pasadizos que comunican a unos poetas con otros en una transparente geometría creativa.
"El hombre no creador -escribe José Luis Rey-, el que puede llegar a saberlo todo sin haber hecho nada, es 'el erudito de una vela', que se acerca para ver el brillo del Ártico rodeándolo. Los eruditos tienen miedo. Y la viva creación los tortura para siempre."
Y no sólo lo dice, lo demuestra: porque, a medio camino entre el lenguaje del ensayo y la prosa poética, con una inusual intensidad de la frase, cargada de sentido y de matices, con un lenguaje no analítico, sino creativo, quizá el único que da acceso a la comprensión de la poesía, cada uno de estos textos aporta al lector en poco más de dos páginas un conocimiento más valioso que la mayoría de los sesudos ensayos académicos de los eruditos a la violeta.
Ilustraciones de Raúl Arias.
Traducción de Luis Alberto de Cuenca
y José Fernández Bueno.
Reino de Cordelia. Madrid, 2015.
Espectacular en el fondo y en la forma, en el formato y en la traducción que ha hecho en colaboración con José Fernández Bueno, Luis Alberto de Cuenca, que en su prólogo -Signifying nothing- recuerda las palabras de Jan Kott en su memorable Shakespeare, nuestro contemporáneo: "La historia en Macbeth es viscosa y espesa como una sopa de sangre."
Y a esa percepción responden las violentas ilustraciones de Raúl Arias, con una paleta que a veces parece untada en sangre, como el trono que Macbeth consigue tras una espiral de asesinatos. Trono de sangre se titula certeramente la adaptación al cine que dirigió Akira Kurosawa en 1957.
Es la tragedia más breve y más intensa de Shakespeare y la que mejor responde a los planteamientos de la normativa clásica del género. Su protagonista, además de ambicioso, es un juguete en manos del destino, sometido primero a los augurios de las tres brujas -el error como desencadenante de la tragedia, ya lo señaló Aristóteles-, a la ambición calculadora de Lady Macbeth y a la carcoma interior de los remordimientos.
La traducción en verso, en ritmos castellanos (endecasílabos o alejandrinos), mantiene la altura deslumbrante del original y se complementa con unas cuantas notas al margen que aclaran el sentido del texto, aunque, como señala Luis Alberto de Cuenca, "leer Macbeth es de por sí una fiesta inolvidable que no precisa de ninguna exégesis."
Vaso Roto Ediciones. Madrid, 2015.
Vaso Roto celebra el cuarto centenario de la muerte de William Shakespeare con la publicación de una espléndida agenda ilustrada con grabados de los siglos XVIII y XIX y con doce de los textos más significativos del autor que inventó lo humano en la literatura.
Seis poetas mexicanos y seis españoles a los que el clásico de los clásicos cede su voz en doce soliloquios intensos que dan la medida de la fuerza inmortal del autor que, más que ningún otro, es sinónimo de contemporáneo. No hay más que echar un vistazo alrededor para darse cuenta de la vigencia de Shakespeare. Un mundo que sigue habitado por Macbeth y Lear, por Hamlet y por Yago. Aquellos que mejor los encarnan hoy no están en las compañías de actores, sino en la calle, en la política, en la escalera de al lado.
El mundo, el hombre y la vida según Shakespeare, cuyo teatro contiene la totalidad de la realidad: la corte y la taberna, la espada y la corona, la traición y la lealtad, la fama y la muerte, el horror y la risa, la simulación y el secreto.
Porque, como a todos los clásicos que lo son de verdad, a Shakespeare no se le acaba de leer nunca. Y por eso hay que releerlo una y otra vez.
Pre-Textos. Valencia, 2015.
Antes, de joven, creía que no había diarios buenos o malos, sino vidas mal contadas. Ahora me parece más sencillo: el problema de muchos diarios es que cuentan vidas mal vividas, y así, lee uno diarios de escritores no para aprender a escribir, sino para aprender a vivir, escribe Andrés Trapiello en Seré duda, la decimonovena entrega de su Salón de pasos perdidos. Una novela en marcha que publica
Veinticinco años después de su inicio con El gato encerrado, se completan con este tomo casi diez mil páginas de esta sucesión de hechos, impresiones y confidencias que se van construyendo como un diario y acaban apareciendo al cabo de los años -este es el diario de 2005- con una distancia que las transforma en novelas.
Precedido de media docena de prólogos - Si por mí fuera, haría libros sólo de prólogos-, este volumen toma su título de una frase frecuente entre los futbolistas que no saben si serán titulares o verán el partido desde el banquillo de los suplentes, pero desde ese enunciado resume una actitud vital afincada en la incertidumbre y alejada de las verdades absolutas.
Porque, como señala en las últimas líneas del libro, cuanto estoy escribiendo está escrito en sueños. Mi vida es sueño. La tuya también. La única certeza.
Altos Estudios Eclesiásticos (Ensayos 1)
Gramática. Narración. Diversiones.
Gramática. Narración. Diversiones es el subtítulo al que se acoge el primero de los cuatro volúmenes que irán recogiendo la amplia obra ensayística de Sánchez Ferlosio, que ha empezado a publicar Debate con edición de Ignacio Echevarría.
Este primer tomo - Altos Estudios Eclesiásticos- contiene sus ensayos y artículos más relacionados con la gramática y la narratología. Desde las primeras incursiones ("Personas y animales en una fiesta de bautizo", "Músculo y veneno" o el prólogo al Pinocho de Collodi), agrupadas en la sección Antigüedades con las dos entregas de la incompleta Las semanas del jardín o Guapo" y sus isótopos, hasta las Diversiones: El castellano y la Constitución o las incisivas réplicas a Lázaro Carreter en las Glosas castellanas o "Adversus Varronem".
En el Anexo se incorporan la traducción y las notas de Memoria e informe sobre Víctor de Aveyron, de Jean Itard, que Ferlosio considera como su "mejor producto" en "La forja de un plumífero", un escrito autobiográfico que publicó en 1998, donde aparecen estas líneas que justifican el título de este volumen:
Esta preocupación no puede desvincularse de la labor creativa de Sánchez Ferlosio, porque -como explica Ignacio Echevarría- estos textos reflexivos "sirven de inmejorable puerta de acceso al conjunto de una obra cuya importancia y cuyo relieve no cesan de incrementarse con el transcurso del tiempo" y "son el más palpable testimonio de esa búsqueda, de ese empeño por ir "ensayando y errando" una lengua capaz de decir cosas nuevas de una manera nueva."
Atlas de la España imaginaria.
Ilustraciones de David de las Heras.
Nórdica Libros. Madrid, 2015.
Jauja no es jauja. Jauja es un pueblo de apenas 1.000 habitantes situado en la frontera entre Córdoba y Sevilla que poco o nada se diferencia de cualquier otro de Andalucía. Nada que ver, por tanto, con el imaginario lugar que Lope de Rueda describe en La tierra de Jauja, el paraíso donde a la gente le pagaban por dormir, los árboles daban buñuelos en vez de fruta y las calles estaban pavimentadas con yemas de huevo. La Jauja cordobesa (que rivaliza con la otra Jauja, la de Perú, mayor y más conocida, por ser la verdadera del cuento) es un poblacho andaluz ni mejor ni peor que todos los de su tamaño.
Así comienza Esto es Jauja, el primero de los siete capítulos del Atlas de la España imaginaria, en el que Julio Llamazares reúne los textos que se fueron publicando en sucesivas entregas en el Magazine de La Vanguardia con las fotografías de Navia que también se recogen en un espléndido volumen ilustrado que publica Nórdica.
Un viaje por algunos de los lugares emblemáticos de la España mítica: además de a Jauja, los seis capítulos restantes viajan a Babia, Entre Pinto y Valdemoro, La ínsula Barataria, Las Batuecas, Los cerros de Úbeda y Fuenteovejuna. Lugares que existen y en los que el imaginario popular ha proyectado a través de dichos tradicionales el ensimismamiento, la duda, las ensoñaciones, la distracción, la huida dialéctica o la unidad.
Un peculiar libro de viajes en el que contrasta lo imaginario con lo real para comprobar que en Jauja la gente vive de su trabajo, que hay una Babia dulce, rica y melancólica, que entre Pinto y Valdemoro, al borde de la gran ciudad, hoy pasan miles de coches, la pobreza de Alcalá de Ebro, que en Las Batuecas viven ahora siete monjes en un convento carmelita o que los cerros de Úbeda hoy están sembrados de olivos.
33 revoluciones por minuto.
Historia de la canción protesta.
Traducción de Miquel Izquierdo.
Malpaso. Barcelona, 2015.
33 biografías de canciones, como ha señalado Lynskey, en las que Bob Dylan, Víctor Jara, The Clash, U2, Public Enemy, o Rage Against the Machine proyectaron su responsabilidad ética como agitadores de conciencias; usaron las canciones como armas arrojadizas contra la injusticia, las guerras, la pobreza o las dictaduras y pusieron letra y música a su compromiso, sus convicciones y actitudes.
Un recorrido que nos devuelve una imagen del mundo contemporáneo, porque, afirma Dorian Lynskey, "las mejores canciones políticas son periscopios que nos permiten ver una parte de la historia." y "abren una puerta por la que se cuela el mundo exterior"
Edición de Andreu Jaume.
Carlos Barral publicó entre 1975 y 1988 tres entregas - Años de penitencia, Los años sin excusa y Cuando las horas veloces- de unas Memorias que no llegó a reunir en un volumen como el que acaba de publicar Lumen con edición de Andreu Jaume, que explica en el prólogo -"El escritor Carlos Barral"- que esta es la primera "edición unitaria y coherente de la obra, que circulaba con abundantes arbitrariedades y errores de composición" que se han solucionado en esta nueva edición anotada que, además de una selección de fotografías inéditas, incorpora como apéndice los dos capítulos de recuerdos infantiles que Barral dejó sin terminar a su muerte.
Escritas con una prosa de alta calidad, estas Memorias resumen un balance agridulce de daños y de gozos, desde la sordidez de la posguerra al vitalismo rebelde de los años universitarios a la vejez y el acecho de la desmemoria al final de Cuando las horas veloces:
¿Desde dónde fundaré ahora la nueva memoria? ¿O cómo haré para seguir siendo el mismo y para seguir con los viejos propósitos y los nuevos proyectos? ¿Cuándo y dónde se me ocurrirá lo que debo anotar y dónde garabatearé espacios diarios? Aquí seguramente, pero en medio de un vacío a menudo aterrador, de un universo frío que traspasa el calor de los afectos cercanos. Debe de ser eso el envejecimiento y la desmemoria.
Prefacio de Stéphane Mallarmé.
Edición, introducción y notas
Una traducción al español de los Episodios de Vathek, de William Beckford (1760-1844) inauguró la colección Gótica de Valdemar y ahora, a punto de llegar al número 100, se edita en versión íntegra Vathek y sus episodios con una nueva traducción de Mauro Armiño, que recorre en su introducción la compleja historia editorial y textual de este "cuento árabe sacado de un manuscrito inédito" -el viejo procedimiento del manuscrito ajeno- que Beckford escribió en francés tal vez bajo la sugestión de la versión francesa de Las Mil y una noches de Galland.
Escandaloso y extravagante precursor de Byron, Beckford tenía 21 años cuando escribió, en tres días y dos noches de enero de 1782, este texto "bajo la influencia -explica Mauro Armiño- del recuerdo de la fiesta-orgía celebrada en el castillo familiar de Fonthill durante las vacaciones de Navidad de 1781."
Acogido a dos tendencias muy significativas de la segunda mitad del siglo XVIII: el orientalismo y el horror gótico que anticipan ya el irracionalismo romántico y su tendencia al escapismo, Beckford demostró en Vathek y sus episodios una potente capacidad descriptiva, a la que se refería Mallarmé cuando en el Prefacio de 1876 que reproduce esta edición hablaba de la prosa de Beckford, en la que "todo fluye de manantial, con una limpidez viva, con una ondulación amplia de periodos."
Esa fuerza plástica se despliega especialmente en el episodio de bajada a los infiernos que se produce en el Palacio Subterráneo del Fuego, el reino demoníaco de Eblis.
Probablemente pensaba en esas páginas Borges cuando en Otras inquisiciones escribió estas líneas en las que reconoce en el Vathek de Beckford el primer arquetipo, el prototipo, del terror gótico prerromántico:
"Hay un intraducible epíteto inglés, el epíteto uncanny, para denotar el horror sobrenatural; ese epiteto ( unheimlich en alemán) es aplicable a ciertas páginas de Vathek; que yo recuerde, a ningún otro libro anterior."
Cinco llaves del mundo secreto
Atalanta. Imaginatio Vera.
Como una revelación y a la vez como un misterio define la pintura de Remedios Varo Alberto Ruy Sánchez en el prólogo -"Cinco pájaros que salen del hielo"- que abre el espectacular libro con el que Atalanta aborda el universo creativo de Remedios Varo (Gerona, 1908- México, 1963) a través del enfoque multidisciplinar que sustenta los textos de Tere Arcq, Fariba Bogzaran, Peter Engel, Walter Gruen, Janet A. Kaplan y Sandra Lisci.
Cinco llaves para entrar en un mundo secreto y mágico: la llave esotérica que nos abre un nuevo modelo visual del universo; la llave arquitectónica que da paso a sus moradas del inconsciente y a su escenografía onírica; la llave literaria con la que accedemos a una pintura esencialmente poética y narrativa; la llave surrealista que nos permite entrar en los símbolos de este entramado pictórico y la llave onírica con la que penetramos en el fondo psicoanalítico de muchos de estos desconcertantes y magnéticos cuadros.
Una pintura en la que lo delirante forma parte de un sistema coherente de símbolos y formas, de manera que su discurso plástico, como señala Alberto Ruy Sánchez, "establece una rigurosa lógica del sinsentido" a partir de un complejo sistema conceptual y simbólico cuyas claves se explican detalladamente en este libro a partir de decenas de espléndidas ilustraciones que reproducen la parte fundamental de la obra pictórica de Remedios Varo.
La casa en los confines de la tierra.
Traducción de José Luis Piquero.
Ilustraciones de Sebastián Cabrol.
Hermida Editores. Madrid, 2015.
Espléndidamente ilustrada por Sebastián Cabrol, Hermida Editores recupera La casa en los confines de la tierra, una novela de terror cósmico de William Hope Hodgson que apareció en 1908 y que, con traducción de José Luis Piquero, acaba de publicar en una cuidada edición que rescata uno de los títulos fundamentales del género.
Una obra con una potencia visionaria que influyó decisivamente en los relatos de Los Mitos de Cthulhu, de Lovecraft, que escribió estas líneas sobre ella en El horror sobrenatural en la literatura: "Quizá la mejor de todas las obras de Hodgson, nos habla de una casa solariega y tenebrosa en Irlanda, centro de una encrucijada de horribles fuerzas cósmicas y acosada por blasfemas monstruosidades que surgen del abismo. El peregrinaje del espiritu del protagonista a través de ilimitados años-luz de espacio cósmico y kalpas de eternidad, y su visión de la muerte del sistema solar, constituyen algo casi único en la literatura popular. Y en todas partes se manifiesta el poder del autor para sugerir vagos horrores acechantes en escenarios naturales."
Un viaje que se remonta desde el horror de los siniestros seres ocultos que acechan al protagonista hasta los confines del tiempo y el espacio en un trayecto que anticipa la ciencia ficción contemporánea y la experiencia interestelar del astronauta de Kubrick y Arthur C. Clarke en 2001. Una odisea del espacio.
Jaime Gil de Biedma.
Edición de Andreu Jaume.
El único diario que Gil de Biedma había publicado antes de morir fue el Diario del artista seriamente enfermo (1974), una versión autocensurada del Retrato del artista en 1956, la edición definitiva que dejó preparada y que apareció póstumamente, en 1991.
El Diario de 'Moralidades', el más importante de los inéditos, además de incluir reflexiones personales o políticas, íntimas o morales, refleja el proceso de composición de los poemas de un libro como Moralidades, que se publicó en 1966 y que se convertiría en un título central en su producción poética.
Este volumen no es una autobiografía ni una biografía literaria, pero sus páginas aportan una información fundamental para conocer en su dimensión total la obra de uno de los poetas fundamentales de la segunda mitad del siglo XX.
El universo sobre nosotros.
Çrítica. Barcelona, 2015.
Y de Newton a Einstein casi a la velocidad de la luz de la mano de Antonio J. Durán, que une a su condición científica de catedrático de análisis matemático una capacidad narrativa que se ha concretado ya en dos novelas.
En este magnífico volumen se unen esas dos capacidades, el conocimiento científico y el talante del contador de historias para llevarnos del caos al cosmos, de la coreografía astral y las danzas planetarias a los agujeros negros, desde un firmamento con fantasmas a la imagen de un universo en expansión a partir de la gran explosión.
"El propósito de este libro -explica su autor- es mostrar cómo ha cambiado el relato que la ciencia ha ido haciendo de lo que observamos en el cielo, desde la astronomía griega hasta la cosmologia actual. En cierta forma, las teorías del universo se configuran como si fueran relatos literarios" porque -añade- "se podría decir que una buena teoría científica es una colección de excelentes metáforas."
Desde el cielo barroco del Quijote, con el que Cervantes cambió decisivamente la forma de contar el mundo, al cosmos vanguardista de la teoría de la relatividad, con la que Einstein cambió también la forma de relatar el universo sobre nosotros.
Traducción de Juan Ramón Ortega Ugena.
"Lo que espera Claudel -escribe el traductor en ese prólogo- es oír a los cuadros /.../Apoyándose en las notas que tomaba en su ubicuo Diario, Claudel desgrana las impresiones que la vista de obras pictóricas, musicales, arquitectónicas, de diferentes objetos artísticos... le provocan."
En el primer ensayo, Introducción a la pintura holandesa, explica Claudel esa suma de sensaciones ante la pintura: "entenderíamos mejor los paisajes holandeses, esos temas de contemplación, esas fuentes de silencio, que deben menos a la curiosidad que al recogimiento, si aprendiésemos a prestarles oído al mismo tiempo que por los ojos alimentamos nuestra inteligencia con ellos."
Con esa actitud meditativa, Claudel propone un recorrido por la pintura española del Greco y Velázquez, Zurbarán o Goya; hace breves exégesis de algunos cuadros de Rembrandt o Tiziano; eleva la vista a las vidrieras de las catedrales francesas de los siglos XII y XIII; recorre la catedral de Estrasburgo o se deja arrebatar por la música, porque si " la pintura detiene al sol. La arquitectura petrifica la proporción y la escultura, la actitud... La música nos arrastra con ella "
Con una inusual capacidad de penetración en su mirada, con sensibilidad meditativa y silencio contemplativo, un conjunto de certeras incursiones de Claudel en busca "de lo fugitivo, de lo inmaterial y de lo instantáneo."
Seis ensayos reúne Jacobo Siruela en el volumen Libros, secretos, que publica Atalanta en su colección Memoria mundi.
"Un libro de paso, en palabras de su autor, un libro del camino, que reúne textos misceláneos" que abordan las claves ocultas que permiten vencer la resistente oscuridad de cinco libros de secreto hermetismo: el manuscrito Voynich, compuesto en un alfabeto desconocido e ilustrado con imágenes de plantas fantasmagóricas y diagramas alejados de la realidad -"seguramente el texto más inaccesible de nuestra cultura"-, las planchas sin texto del Libro mudo y su alquimia barroca o el babélico Finnegans Wake de Joyce.
Y además del ensayo más amplio, el inicial Libros secretos, el volumen contiene otros cinco ensayos de diverso calado y varia lección: Un examen de la vida y la obra de la poeta francesa Valentine Penrose, una de las musas del surrealismo- y su libro La condesa sangrienta; la recuperación de El vampiro. Un mito moderno, el texto prologal de su antología Vampiros; una reinterpretación de la epopeya de Gilgames y una reivindicación de los mitos antiguos como productores de sentido, como interpretaciones del mundo; el análisis del sueño como metáfora absoluta, como una de las grandes imágenes ontológicas de la vida. Y, finalmente, una reflexión sobre las fotografías del japonés Masao Yamamoto, El mensajero de la naturaleza.
Más allá de su condición miscelánea, más allá de la mera reunión de textos, los ensayos de Libros, secretos producen una impresión unitaria: son una suma de exploraciones que buscan iluminar el secreto o delimitar el contorno de lo opaco que se resiste a las indagaciones.
Porque en este libro, profusamente ilustrado, juega un papel decisivo la mirada a los libros y al mundo, una mirada que asume la zona de sombra que permanece siempre en el secreto. Y por eso tienen las imágenes tanta importancia en estas páginas, no sólo como meras ilustraciones de acompañamiento, sino como desarrollo o como soporte de la palabra.
Qué vemos cuando leemos.
Traducción de Santiago del Rey.
Seix Barral. Barcelona, 2015.
En su colección Los tres mundos Seix Barral publica Qué vemos cuando leemos, un asombroso libro, repleto de ilustraciones y de reflexiones sobre la lectura de Peter Mendelsund, uno de los más prestigiosos diseñadores de portadas del mundo.
Una fenomenología con ilustraciones, como indica el subtítulo, porque la imaginación lectora es fundamentalmente visual, está construida sobre las imágenes que pasan por la mente del lector mientras lee. Pero esa imaginación visual, que se nutre de la experiencia y la memoria de cada lector, mira más hacia dentro que hacia fuera, usa el ojo interior del que hablaba Wordsworth y crea imágenes propias de cada lector.
Porque imaginar es ver imágenes, un acto creativo que suscita la lectura y estas imágenes que vemos cuando leemos son personales. Lo que no vemos es lo que el autor imaginaba cuando estado escribiendo un libro. Dicho de otro modo: cada narración está hecha para que la sometamos a una transposición, para que la traduzcamos con la imaginación; para que la traduzcamos mediante asociaciones personales. Es decir, es nuestra.
Traducción de Pablo González-Nuevo.
Hoja de Lata. Gijón, 2015.
Tras El fin del mundo, el título que inauguraba la serie Historia narrada, Hoja de Lata publica Entre dos mundos, que Upton Sinclair escribió a distancia suficiente de los hechos para tener perspectiva del telón de fondo panorámico en el que transcurre la peripecia de Lanny Budd.
La época de entreguerras, entre el Tratado de Versalles y el crack de Wall Street en 1929 es el periodo que abarca este novelón de casi mil páginas en el que la paz da lugar a la explosión vitalista de los felices años veinte y a la especulación con un dinero que parecía crecer en los árboles.
En aquel fin de época se estaba enterrando el mundo anterior a la Gran Guerra y se estaban poniendo los cimientos de los totalitarismos y el desastre económico.
Con el contrapunto sostenido de la acción novelesca y la crónica periodística, aquel sueño degeneró en pesadilla, en el despertar de la fiesta y en una mala resaca de la borrachera como en la canción que se evoca al final de estas páginas, cuando los nubarrones de la historia asoman ya en el horizonte: "Porque esta noche seremos felices, felices seremos / y mañana sobrios estaremos."
Sinclair lo publicó en 1941, cuando ya había estallado la Segunda Guerra Mundial y podía preguntarse en el texto inicial: ¿Cuánto durará todo esto? No puedo precisarlo. Depende en gran medida de dos figuras públicas y bien conocidas ya: Hitler y Mussolini. ¿Qué serán capaces de hacerle a la humanidad y cómo responderá la humanidad ante dichos actos? Me resulta difícil creer que cualquiera de los dos se resigne a una muerte pacífica. Tan solo espero sobrevivir a ambos para poder contarlo. Y, ocurra lo que ocurra, Lanny Budd estará lo suficientemente cerca como para contarlo.
Eso ocurriría al año siguiente, en Los dientes del dragón.
Malditas pesadillas indigestas.
Planchas completas 1904-1906.
Traducción de María Robledano.
Reino de Cordelia. Madrid, 2015.
En lo alto de la torre.
Traducción de Julián Gea.
Ardicia publica, con traducción de Julián Gea, En lo alto de la torre (1895), una novela corta del francés Albert Robida (1848-1926), junto con Verne el más significativo autor de literatura de anticipación fantástica.
Visionario e imaginativo, previó en su obra los medios de transporte y comunicación del futuro, pantallas murales que emitían noticias ininterrumpidamente y permitían algo parecido a una videoconferencia o los problemas medioambientales que ocasionaría el progreso.
A la vez fábula y parábola, En lo alto de la torre se desarrolla en Flyssemugue, donde Narcisse Gurdebeke obtiene el puesto de vigilante de la torre del ayuntamiento, encargado del carillón de la iglesia, director de la banda municipal y archivero.
Ejercerá ese empleo cuarenta y cinco años y vive con su mujer y sus siete hijos en una torre de seis pisos separada del suelo por cuatrocientos veinticinco escalones que no invitan a bajarlos y subirlos a diario.
En la torre, a ochenta metros del suelo, en busca de autosuficiencia y de contacto con la naturaleza, construirá jardines colgantes y un huerto, mantendrá una granja elevada y fabricará un arroyo en lo alto. Y ahí empezarán a surgir algunos problemas.
Menoscuarto. Palencia, 2015.
"Los lectores en el fondo son muy ingenuos. Quieren leer historias que les hagan olvidar la mediocridad de su vida cotidiana, de la rutina", dice un personaje femenino que ha huido de Montevideo, "ciudad de múltiples aguas y vientos desbocados", para instalarse en Barcelona en Los amores equivocados, el relato que da título al volumen de cuentos de Cristina Peri Rossi que publica Menoscuarto.
Es uno de los once relatos por los que circulan torrencialmente la vida y la literatura, la memoria y el desengaño, el deseo y el secreto, la delicadeza y la carnalidad, los encuentros inesperados, las relaciones fallidas e inolvidables, los destinos cruzados y las traiciones extraconyugales.
Recorre estos relatos intensos, elípticos y perturbadores, como un hilo conductor, lo imprevisto y lo excepcional en las variadas relaciones de pareja, con su fragilidad o su carácter explosivo.
Aurelio Garzón del Camino.
Hermida Editores. Madrid, 2015.
La mujer abandonada, El contrato de matrimonio, La Grenadière, Gobseck y Modesta Mignon son las cinco novelas cortas que recoge este tomo con la traducción de Aurelio Garzón del Camino.
Como en el resto del ciclo, estas novelas de Balzac tienen su centro de interés en el lugar en donde se cruzan los individuos con la sociedad, los ideales con las reglas del juego, el idealismo con el pragmatismo. Las devastaciones del tiempo, las convenciones sociales frente a los derechos del sentimiento, el matrimonio como contrato, el amor y el interés, el deseo y el dinero aparecen aquí bajo la sutileza de la mirada de Balzac.
Y dos momentos imprescindibles en este volumen: la capacidad del autor para el paisajismo en La Grenadière y Gobseck, una de las novelas más intensas del ciclo, construida alrededor de uno de los personajes mejor acabados de toda la serie: el usurero inolvidable que da título a la obra.
Molinos de viento en Brooklyn.
Traducción de Ignacio Gómez Calvo.
Epílogo de Jorge Ordaz.
Hoja de Lata Editorial. Gijón, 2015.
Hoja de Lata sigue enriqueciendo su catálogo, ahora con el rescate de una novela de Prudencio de Pereda (Nueva York, 1912- Sunbury, 1973) que no había sido traducida al español.
Con traducción de Ignacio Gómez Calvo y epílogo de Jorge Ordaz, Molinos de viento en Brooklyn es una reconstrucción novelada de su infancia en medio de una colonia de emigrantes españoles en Brooklyn,
Escrita con solvencia y eficacia, era su tercera novela. La publicó en 1960 y es un relato autobiográfico de formación en torno al paisaje urbano y humano de su niñez y su adolescencia. El negocio -legal o ilegal- de los habanos o de los cigarros falsificados: el abuelo, afable, pobre y triste; Agapito López, el más hábil e imaginativo de los traficantes de habanos falsos, el miembro más famoso de la colonia; una atractiva viuda con la que se inicia en la sexualidad; Manolín, "el mejor bailarín español del mundo", y la abuela, que tiene un papel fundamental en el último capítulo, son los referentes que habitan el mundo del protagonista-narrador en esta oportuna recuperación de la obra de un escritor olvidado.
Anexo es una espléndida novela corta de Nelson Galtero (Buenos Aires, 1978), un texto escrito con descaro y potencia, con un estilo trabado y trabajado y una sintaxis sin fisuras y un inusual magnetismo.
Narrada como anexo a un informe técnico escrito por un topógrafo que llega a un pueblo para informar de las condiciones de un pueblo donde se va a levantar un hotel.
Como en la novela de Kafka, donde el agrimensor K. llega a la aldea que tiene un castillo en lo alto donde habita el invisible, inalcanzable, inexistente señor Klamm, aquí vive el inaccesible Grossman en el teatro de un pueblo en le que se entra pero del que no se sale más que por un túnel de mano única.
Con esas resonancias kafkianas evidentes, filtradas por un agudo sentido del humor, con un tono que no es el detalladamente frío y burocrático del maestro de Praga, sino el de la urgencia conversacional, un relato asombroso con un alcance que no cabe en una reseña: "Piensa que yo aquí te estoy haciendo un resumen, hay mucho más, esto no es nada."
Los caprichos de la suerte.
Nota preliminar de José-Carlos Mainer.
Edición de Ernesto Viamonte Lucientes.
De esa trilogía que Baroja escribió entre 1949 y 1951, sólo publicó una novela, El cantor vagabundo. Por distintas razones no llegó a preparar para la imprenta las otras dos. La que debía iniciar el ciclo - Miserias de la guerra- tuvo problemas con la censura y se publicó por primera vez en 2006, y ahora, casi diez años después, en edición de Ernesto Viamonte, se rescata esta novela inédita que forma parte del ciclo de novelas cuyo título genérico hace alusión al desorden que reinaba en aquellas saturnales, unas fiestas romanas que negaban por unos días la autoridad y las leyes e instauraban un caos que Baroja veía repetido en la España de la guerra civil.
Además de ese telón de fondo, las tres novelas del ciclo están vinculadas por la aparición de algunos personajes que pasan de unas a otras, como el coronel británico Carlos Evans, escéptico y distante, o por el recurso a la técnica del manuscrito ajeno, porque en el prólogo de la obra Baroja insinúa la posibilidad de que "el que escribió este libro, medio en serio medio en broma, fue Luis Goyena y Elorrio", el protagonista, periodista y máscara de Baroja, que recrea su experiencia personal y sus ideas sobre la vida - "Sí, pero ¡qué se va a hacer! El hombre es malo, cruel y cobarde"- a través de la mirada de ese personaje que sale de un Madrid en guerra para instalarse en París.
Salvador Gutiérrez Solís.
Biografía autorizada.
La Isla de Siltolá. Narrativa. Sevilla, 2015.
Novelista incesante y cuentista accidental, Salvador Gutiérrez Solís publica en la colección de narrativa de La Isla de Siltolá Biografía autorizada, un homenaje a la música pop rock y a la memoria sentimental de su generación.
Una novela torrencial de más de quinientas páginas en las que reviven la infancia y Ana Belén, los salesianos de Córdoba y la carta de ajuste, el cine de Scorsese y las series de televisión, Fargo y La bola de cristal con Alaska al fondo.
Una espléndida incursión narrativa en la autodenominada cultura popular y en la mitología urbana a través de un peculiar protagonista, una estrella del rock nacional que acomete el proyecto de reconstruir su memoria personal en un nuevo proyecto discográfico.
Ese protagonista, Carlos Jesús Adán Arroyo, nacido significativamente en 1968, fundador y vocalista de la banda Almas Sin Konciencia, hace un ajuste de cuentas con el pasado de la movida, con los Rolling y los Beatles en una novela que tiene como banda sonora el rock nacional e internacional, David Bowie, el whisky y los orfidales, Gabinete Caligari y Bruce Springsteen, Bunbury y Los planetas. Carlos J. y el rock que lo levanta y lo destruye a través de una relación bipolar de amor y odio con la música y con su propia identidad.
Vino generoso y otros relatos.
Traducción de Luisa Juanatey y Francesca Peretto.
Pasos Perdidos. Madrid, 2015.
Con una nueva traducción de Luisa Juanatey y Francesca Peretto, Pasos Perdidos publica cuatro relatos de Italo Svevo bajo el título Vino generoso y otros relatos. Cuatro relatos muy significativos, porque contienen condensadas las claves de la narrativa del autor triestino.
Es ese un texto central en la narrativa de Svevo, que cuando habló en él de un perdedor con ilusiones literarias en el que se cruzan lo ridículo y lo admirable proyectó sus propias experiencias de expectativas y frustraciones de escritor en busca de reconocimiento y a pesar de todo víctima de la envidia.
Completa el volumen Con alevosía, en el que el cruce de un triunfador con mala salud y un fracasado se resuelve con un sentimiento de liberadora venganza involuntaria.
El individuo y la moral social, el sueño y la culpa, la indagación en la zona oscura del hombre atraviesan estos relatos en que conviven el detallismo de las técnicas naturalistas con la introspección psicoanalítica para explorar los complejos procesos psíquicos.
Hay siempre en estos relatos algo opaco, una zona de sombra inaccesible a la razón. Decía Montale que Svevo "es un escritor siempre abierto. Nos acompaña, nos guía hasta cierto punto, pero no nos da nunca la impresión de haberlo dicho todo: es amplio y no saca conclusiones, como la vida "
Traducción de Julián Gea.
En la niebla es una clásica novela de detectives victorianos ambientada -no por casualidad, sino de manera muy significativa- en el Londres de la gran niebla de 1897.
Como es obligado en el género, al principio hay un crimen rodeado de misterio, en este caso un doble asesinato cuyas claves van resolviendo y desenmarañando cinco socios del club más elitista de Londres, The Grill.
"Ni siquiera el mismísimo Sherlock Holmes podría resolver el misterio que desconcierta esta noche a la policía de Londres", dice uno de los interlocutores, que en su conversación van articulando el entramado de pistas para desentrañar el misterioso crimen.
Y para que no falte nada, hay cuando menos se espera un giro sorprendente, una sorpresa final con la que el autor demuestra su eficacia narrativa y su astucia para diseñar una trama tan bien construida como esta, con un fondo de niebla que rodea el ambiente de la novela y que se convierte en metáfora del misterio opaco que plantea y resuelve el relato.
Edición de Paul Viejo.
Páginas de Espuma. Madrid, 2015.
Acaba de aparecer el tercer volumen de la monumental edición de los Cuentos completos de Chéjov en Páginas de Espuma, que recoge, con edición de Paul Viejo y las versiones de sus mejores traductores al español, los relatos escritos entre 1887 y 1893.
Tras una decisiva evolución estilística y con la nueva conciencia estética que se instala en su obra a partir de 1886, fueron estos unos años de máxima creatividad de Chéjov, en los que publicó algunos de sus mejores relatos, con los que obtuvo el reconocimiento de la crítica y los lectores.
Chéjov escribió a partir de 1886 cuentos menos ligeros y más reflexivos, con un mayor nivel de autoexigencia que le obligaba a ser menos torrencial. Porque también en estos años se dedicó más a vivir y menos a escribir, redujo mucho sus colaboraciones en revistas, y además también se dedicó al teatro y a sus amantes.
Era un descenso que afectó a la cantidad, no a la calidad de unos "relatos cada vez más grandes -en todos los sentidos-, cada vez más lentos de escribir", como explica Paul Viejo en su Introducción. Está aquí ya el Chéjov imprescindible y minimalista, capaz de sugerir con una enorme economía de medios, un Chéjov con menos humor y más melancolía, a caballo siempre entre la crítica y emoción, entre la compasión y la ironía que proyecta su mirada sobre un mundo habitado por personajes que se mueven entre la esperanza y las frustraciones, incapaces de comprender la reglas opacas con las que funciona el mundo.
Alguna vez se ha dicho que sus relatos son una enciclopedia de la vida rusa. No es verdad. Son una enciclopedia de la vida. Y eso es lo que lo convierte en un clásico universal.
Edición de Asunción Castro.
Cátedra Letras Hispánicas. Madrid, 2015.
En un formato más amplio del habitual, Cátedra Letras Hispánicas publica El reino de Celama en una espléndida edición preparada por Asunción Castro, autora de un completo estudio introductorio sobre el universo literario de Luis Mateo Díez y sobre el ciclo de Celama, formado por las tres novelas que recoge el volumen: El espíritu del páramo, La ruina del cielo y El oscurecer.
Se incorpora así a la nómina de los clásicos un conjunto novelístico fundamental en la narrativa española de los últimos años, una trilogía que tiene como eje un territorio a la vez real e imaginario, trasunto del Páramo leonés.
Alguna vez ha definido el propio autor su trilogía en términos de poema sinfónico, de manera que el primer título sería una obertura; La ruina del cielo una sinfonía y El oscurecer un solo sostenido y elegíaco articulado en torno a la imagen de un pájaro decapitado que cuelga de un poste de la luz.
Con esa novela cierra Luis Mateo Díez un conjunto al que se añade como apéndice Vista de Celama, que fija su cartografía y hace una descripción en cinco textos de la geografía física y la toponimia de ese espacio en que el autor funde memoria con ficción y salva del olvido el mundo real que sustenta este mundo literario que es ya inmortal.
Edición y traducción de Mauro Armiño.
Páginas de Espuma. Madrid, 2015.
Un magnífico volumen en el que Páginas de Espuma reúne todos los cuentos que Marcel Schwob publicó en vida. Con una espléndida edición de Mauro Armiño, estos Cuentos completos reflejan la potencia de un mundo literario asombroso e irrepetible que su autor creó en poco más de cinco años.
Desde Corazón doble (1891) hasta La cruzada de los niños (1896), pasando por El rey de la máscara de oro, Mimos, El libro de Monelle y Vidas imaginarias, se agrupa en este volumen imprescindible la obra narrativa de un autor fundamental, secreto durante mucho tiempo y cada vez más conocido, porque la potente sombra de sus propuestas narrativas se ha proyectado en la literatura posterior a partir -las palabras son de Mauro Armiño al final de su esclarecedor Prólogo- de "las dos pasiones de su vida: la erudición, la vida antigua, que fueron el material sobre el que la imaginación de Schwob tejió su mundo mágico de fantasía y misterio."
Entre la recreación y la invención, entre la ficción y la filología, Marcel Schwob mezcló ejemplarmente en sus obras mayores ( Vidas imaginarias o La cruzada de los niños) la realidad y la ficción y organizó su mundo literario con una mezcla de terror y piedad, las dos pasiones extremas que debía equilibrar el alma humana.
Hay una red de relaciones -lógicas y secretas a la vez- que une en algún alto lugar de la literatura a Stevenson con Villon y a este con Shakespeare o Poe. Muchas de las líneas de esa red las ha trazado o las ha recorrido Marcel Schwob.
Decía Borges hace décadas que "en todas partes del mundo hay devotos de Marcel Schwob que constituyen pequeñas sociedades secretas." Hoy las cosas han cambiado: el número de devotos de Schwob ha crecido mucho y con libros como este sus lectores ya no forman parte de esas pequeñas sociedades secretas.
Juan Eduardo Zúñiga.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2015.
Entre 1837 y 1916, entre dos detonaciones, dos suicidios y dos escritores, Larra y Felipe Trigo, transcurren las páginas relampagueantes y sombrías de Flores de plomo, de Juan Eduardo Zúñiga, un título que apareció en 1999 y que reedita ahora Galaxia Gutenberg.
Entre un fogonazo y otro todos son sombras y máscaras en esta novela que rememora el suicidio de Larra un lunes de carnaval. Una novela menos histórica que psicológica, porque lo que interesa en ella son los comportamientos que se repiten en situaciones personales parecidas y en contextos históricos semejantes para producir similares consecuencias.
Escrita en once viñetas breves y rápidas, más allá de su anécdota histórica es una reflexión sobre la condición humana y la vida en sociedad, sobre la simulación y las ambiciones, sobre el amor y la envidia con un marco histórico, el Madrid romántico y un país de sombras, que funciona como contrapunto de los problemas individuales, de la insatisfacción y del desengaño sentimental, político y existencial compartido por los dos escritores suicidas.
Y el olvido que se metaforiza en el título, porque "las pesadas coronas, los adornos de cinc y las flores de plomo, sin aroma alguno, sin brillo ni color, querrían ser testimonios de inalterable memoria, pero sus fríos metales, que la lluvia ajaría, anunciaban imparable olvido."
Desde que el mundo existe.
Traducción de Susana Carral.
Reino de Cordelia. Madrid, 2015.
"Nunca me han molestado los recuerdos ajenos. Desde niña siempre me gustó escuchar cuando alguien hablaba del pasado. Mi madre decía que le resultaba extraño en alguien tan joven. Pero creo que incluso entonces ya adivinaba lo que ahora tengo muy claro, aunque mi habilidad con las palabras no me permita expresarlo bien: que no hay nada que resulte tan agradable como la alegría recordada ni tan amargo como la desesperación que ya no puede hacernos daño. Para mí el pasado es semejante a una de esas caracolas que en la costa de Maine solían adornar las repisas de las chimeneas de los hogares marineros."
Así comienza, en la traducción de Susana Carral para Reino de Cordelia, Desde que el mundo existe, la novela con la que Rachel Field obtuvo en 1935 el National Book Award.
Ambientada en la costa de Maine (Nueva Inglaterra), superpone un conflicto sentimental y el telón de fondo histórico en el que chocan la tradición y la modernidad, representados por la decadencia de los viejos astilleros de veleros industriales frente al empuje de los barcos de vapor.
Ese es el conflictivo contrapunto de las tensas relaciones entre el comandante Fortune, un poderoso armador, y su heredero, Nathaniel, pianista enamorado de Kate Jordan, hija del ama de llaves de la familia y narradora de una novela ante la cual, como indican los editores en el prólogo, "el lector no tendrá que hacer grandes esfuerzos para reconocer el escenario de esta historia" y los efectos devastadores del progreso sobre la naturaleza: "Una marea muy viva -concluye la narradora cuando han muerto todos y ella es la única superviviente- fue la que se apoderó de nuestras vidas y las arrojó lejos para que se mezclaran con la sal, el sol y las intensas corrientes de nuestra juventud."
Traducción de Juan Manuel Macías.
Epílogo de Vicente Fernández González.
Pre-Textos. Valencia, 2015.
Con traducción de Juan Manuel Macías y epílogo de Vicente Fernández González, Pre-Textos publica en su Biblioteca de Clásicos Contemporáneos una cuidadísima edición edición bilingüe de la Poesía completa de Cavafis que recoge los 154 poemas canónicos seleccionados por el propio poeta, además de los poemas ocultos, inéditos hasta 1968, y de tres poemas en prosa, en un conjunto que fija el corpus poético completo del autor alejandrino.
Una poesía elegiaca en la que la historia es una metáfora del presente, un ingrediente fundamental de una escritura iluminada muchas veces por la tenue luz melancólica de una vela temblorosa. Con su tono de voz inconfundible, Cavafis intenta retener por un momento el brillo de lo efímero desde la memoria de las pérdidas.
Juan Manuel Macías aporta con esta traducción de Cavafis una nueva lectura de su obra, porque, como señala en su prólogo, "ante la poesía, la lectura crítica más extrema es una traducción." Una traducción de la que Vicente Fernández escribe en el epílogo: "tras la lectura de esta nueva traducción de los poemas de Cavafis compartimos agradecidos, con el traductor, la pasión y la mirada, junto al deslumbramiento de nuestro propio, humano, necesariamente incompleto, viaje a Ítaca."
La violación de Lucrecia.
Traducción de José Luis Rivas.
Vaso Roto Esenciales. Madrid, 2015.
Con una magnífica traducción del poeta mexicano José Luis Rivas, Vaso Roto edita en su colección Esenciales La violación de Lucrecia, un poema narrativo que Shakespeare publicó en 1594, cuando la peste había cerrado los teatros de Londres y el dramaturgo necesitaba encauzar su escritura por otras direcciones que le permitieran la protección de un noble como el conde de Southampton, a quien dedicó este largo poema.
Sus casi dos mil versos, construidos con la gravedad y la altura propias del lenguaje trágico, relatan un episodio -la violación de Lucrecia por Tarquino, el último rey romano- que desencadenó el final de la monarquía de Roma y dio origen a la República.
Con una mezcla de brutalidad y delicadeza que es muy del gusto de la mentalidad barroca, La violación de Lucrecia contiene en su configuración narrativa el germen de asuntos que Shakespeare desarrollaría después en Cuento de invierno o en Cimbelino; su capacidad introspectiva en el análisis de la reacción de Lucrecia prefigura el lamento de Ofelia y el remordimiento del violador Tarquino anuncia las dudas de Macbeth o de Otelo.
Pero sobre todo, la tensión del lenguaje y el tono trágico que sobrevuelan el ambiente opresivo del poema muestran a un autor cada vez más dueño de una potente voz que a partir de entonces, abiertos ya los teatros, crearía obras decisivas.
José Manuel Benítez Ariza.
Nosotros los de entonces.
(Poesía amatoria 1984-2015)
La Isla de Siltolá. Colección Arrecifes. Sevilla 2015.
"Nosotros, los de entonces, / esos desconocidos", escribe José Manuel Benítez Ariza en uno de los últimos poemas de su antología de poesía amatoria que publica La Isla de Siltolá en su colección Arrecifes.
Una antología temática que reúne a lo largo de tres décadas de poesía una parte significativa de la obra de José Manuel Benítez Ariza, que señala en su introducción que "poesía amorosa" equivale simplemente a "poesía" y que "no hay poesía amorosa que no sea elegíaca."
Y por eso ese título nerudiano que el autor ha elegido para recoger esta selección que incorpora un libro inédito, La intemperie, hasta completar un conjunto de sesenta poemas que reflejan la persistencia del tema amoroso en la poesía Benítez Ariza, su matizada evolución de tono, enfoque y estilo.
Entre una Canción inicial - "Amor que acaricia el cuerpo / buscando tocar el alma" y la Canción final -"en ese espacio sin gente / hay sitio para los dos"- en el centro del libro el texto que le da título y que resume desde el presente la nostalgia de otro tiempo: "Hoy es domingo y llueve. / Esta lluvia me trae nostalgia de la nieve."
Traducción de José Luis Rivas.
Vaso Roto Esenciales. Madrid, 2015.
Vaso Roto Esenciales publica una edición bilingüe de Sonetos y canciones de John Donne con una espléndida traducción de José Luis Rivas.
Coetáneo de Shakespeare y de Quevedo, con cuya poesía guarda más de una semejanza y afinidades de tema y de estilo, de concepto y de lenguaje, John Donne es el mejor representante de la poesía metafísica inglesa, cuyo rasgo característico no es la temática filosófica, sino la integración de sentimiento y pensamiento, de pasión y razón.
Una suma que encuentra su cauce muchas veces, como en Quevedo, en la poesía de contenido amoroso, y que como en el español, refleja una mezcla muy barroca en clarosuro de lo idealizado y lo grotesco, de lo alto y lo bajo.
Ironía y desengaño recorren estos textos en los que se conjugan la intensidad emocional y la densidad intelectual y se funden la sensación y el pensamiento para crear esa forma peculiar de imagen que es el concepto metafísico.
La fuerza expresiva, la complejidad verbal y la musicalidad de los textos originales plantean una exigencia especial a la difícil traducción de esta poesía y hacen particularmente meritoria una versión tan brillante como la de José Luis Rivas.
Traducción de Vicente Fernández González.
Ilustrado por Federico Delicado.
Cuando la travesía emprendas hacia Ítaca,
pide que sea largo tu camino,
lleno de aventuras, pleno de saberes.
Con esos versos comienza uno de los poemas imprescindibles de la historia de la literatura, un viaje a la libertad y al conocimiento, pero sobre todo un viaje al fondo de uno mismo a través de mares tranquilos o agitados. Un viaje cuyos peligros están más dentro de uno mismo que fuera.
Como todos los grandes textos clásicos, Ítaca es, además de un poema memorable, un texto un poema lleno de matices, abierto a las interpretaciones y que conserva inaccesible una parte de su sentido. Uno de sus secretos, sin duda, el tono de voz: ese tono inconfundible de Cavafis, del que Auden decía que no puede ser descrito, sólo imitado o parodiado.
Metáfora de la vida, invitación al viaje, pero también texto de despedida, su ambigüedad nace en el primer verso con el uso de una segunda persona que puede ser la de Ulises, la conciencia del propio poeta o la del lector. Esa ambigüedad, el funcionamiento simultáneo de esos niveles de significación, acaba enriqueciendo de esa manera el contenido del poema.
Las espléndidas ilustraciones de Federico Delicado proponen una interpretación plástica del poema con diversidad de rostros y edades sobre el fondo del mapa de las islas del Egeo, del Mar de Mirtos y del Mar Jónico, donde está Ítaca, a donde se llega sin temor y sin prisa.
Una Ítaca que, además de la patria de Ulises, es el destino en un doble sentido -destino geográfico y destino individual-, pero es también el motor del viaje hacia el conocimiento y hacia el fondo de uno mismo:
Con la sabiduría que has alcanzado, con tu experiencia,
ya habrás comprendido qué significan las Ítacas.
Prólogo de Tomás Néstor Martínez.
Notas críticas de Juan Manuel Molina Damiani.
Bartleby Poesía. Madrid, 2015.
Desde el desarraigo a la mirada a las raíces en busca de la identidad propia entre el agua y la piedra, entre el sueño y el recuerdo, a la temporalidad como ámbito en el que se cruzan el presente y pasado, La ciudad es un libro que se levanta sobre los cimientos de la memoria y el material que aportan las imágenes y las sombras, las presencias y los reflejos en un proceso que, como señala Tomás Néstor Martínez en su introducción, recorre "fases o etapas diversas: reflexión, contemplación y fusión."
Un proceso que va desde la sombra a la luz, desde la incertidumbre al conocimiento, desde la contemplación nostálgica a la conciencia reflexiva para convertirse, en palabras de Molina Damiani, en "un poemario capital de uno de los mejores poetas de la poesía española del siglo XX."