Estrellas como nuestro Sol, cientos de ellas situadas en el centro de nuestra galaxia, acabando sus ciclos vitales y expulsando sus capas más externas hacia el vacío estelar. Muchas de ellas son los objetos más bonitos que pueden contemplarse en nuestro firmamento y en especial las nebulosas en forma de ala de mariposa.
Más de 100 nebulosas de este tipo han sido estudiadas por el NTT (New Technology Telescope) y el Telescopio espacial Hubble.
Y el resultado ha sido sorpredente.
¿Quién podía imaginar que nebulosas, formadas a años-luz unas de otras, sin ningún tipo de relación en su origen o desarrollo, tuvieran sus ejes alineados a lo largo del plano de nuestra galaxia?
Sistemas estelares simples o binarios, seguramente rodeados de numerosos planetas cuyo final habrá ido unido al de su estrella materna. Eligiendo una misma orientación para extender su preciado contenido, es un espectáculo con el que no contábamos.
“El alineamiento que vemos en estas nebulosas bipolares indica algo extraño sobre los sistemas estelares del interior del centro de la galaxia”, explica Rees. “Para que se hayan alineado de la forma en que lo han hecho, el sistema estelar que formó estas nebulosas debería haber estado rotando en perpendicular a las nubes interestelares que a su vez las formaron, lo cual es muy extraño”.
El hecho de que estos alineamientos se den en la protuberancia central de la galaxia puede dar alguna pista de su origen. Toda esta protuberancia rota alrededor del centro de la Vía Láctea, los astrónomos sugieren que el ordenado comportamiento de las nebulosas planetarias podría estar originado por la presencia de fuertes campos magnéticos generados durante la formación de la protuberancia central.
Este tipo de nebulosas solo tienen este comportamiento en las proximidades del centro galáctico, no se alinean en las zonas más periféricas de nuestra galaxia, fuera de la influencia de campos magnéticos muchos más fuertes se expanden en diferentes direcciones sin ningún patrón reconocible.
Si las fuerzas magnéticas predominan sobre las gravitatorias en los núcleos galácticos puede que tengamos que reescribir muchas hipótesis sobre la formación y desarrollo de nuestra propia Vía Láctea.
Fuente: ESO