«Hace ya un tiempo que en el primer mundo existe una extendida conciencia de la injusticia que esta desigualdad supone, de la relación causal entre la riqueza de unos y la pobreza de los otros. Las ayudas financieras y la cooperación han aumentado mucho en los últimos tiempos. Pero la generosidad de unos pocos no basta. Son simples gestos, humanamente admirables, pero insuficientes. La solución a estas desigualdades vendrá por el camino del egoísmo: cuando el mundo rico se dé cuenta que la pobreza de los demás pone en peligro su prosperidad. Es entonces cuando empezarán a preocuparse y a buscar soluciones». Francesc de Carreras.

