El origen de este pequeño pueblo de la Sierra Norte de Guadalajara data de la Edad Media, en la repoblación posterior a la Reconquista, y su nombre hace referencia al color de la vegetación del lugar. Está ubicado en el “camino salinero” que bajaba desde las explotaciones del rio Salado; de terreno áspero y frio tiene bosques de robles y encinas. 
El pequeño casco urbano conserva algunas casas tradicionales de sillarejo y caliza. De la iglesia, de origen románico pero totalmente reconstruida en el siglo XVI, destacan los portones del atrio. La ermita (en ruinas y en periodo de restauración) y la fuente santa (renovada en 1.931, ubicada debajo de la ermita) merecen una visita. Sus vecinos celebran las fiestas de San Benito el 2do fin de semana de agosto.

Lar-ami, gerente de CR La Vereda de Puebla, entre cárcavas y olivos milenarios. Todo sobre Actualidad, Costumbres, Fiestas, Mundo Rural y Paisajes y Lugares de la Sierra Norte de Guadalajara.
